CRISOL DE SUEÑOS

ME ABANDONAS

Cómo todos los días, al llegar la tarde, nos dirigíamos al paseo del río para ver el atardecer. Las aves revoloteaban y dedicaban sus últimos trinos al sol que se escondía.

Luego volvíamos paseando por el tortuoso caminito entre los almendros. En primavera solíamos disfrutar del aroma de los campos de lavanda, mientras correteábamos entre los árboles. En otoño nos encantaba andar entre las hojas caídas de los árboles, como un manto anaranjado y pardo, que cubría el campo.

Me encantaba esconderme entre las moreras y que él viniese a buscarme. No se lo ponía difícil, pues estaba deseando ese momento en el que por fin me encontraba y me abrazaba.

Cuando llegábamos a casa, me acurrucaba entre sus brazos sintiendo sus caricias mientras veíamos la televisión.

La gente pensaba que éramos inseparables. Me presentaba a sus amigos y yo estaba segura de que me quería. Me sentía feliz solo con estar a su lado.

No sé cuándo cambió. Ahora prefiere pasar horas enteras delante del ordenador, a nuestras noches tranquilas en el sofá viendo la televisión o a nuestros paseos por el campo en el crepúsculo.

Hoy saldrá con sus amigos y me dejará sola. Me quedaré mirando en la terraza, esperando a que él vuelva. Deseando que se arrepienta y me eche de menos al no estar conmigo.

Algunas veces lo llevo mejor, pero hoy está lloviendo y hace frío. Echo de menos su calor y su compañía. La gente al pasar, me mira sin verme. No les importo, ni se fijan en mí.

Sé que no me servirá de nada, pero es lo único que me queda: ladraré toda la noche.

Estrella Vega