EL EGOÍSTA

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Otro día más se terminaba. Cansada, abatida, deprimida y hastiada de que me considerase su criada, limpiando y cocinando para él. No tenía tiempo para mí. Solo él, siempre él, y yo oyendo sus quejas y lamentos.

De vez en cuando me obsequiaba con una sonrisa que intentaba simular agradecimiento.

Así pasaban los días y yo sentía la vida escapárseme. Siempre supe que llegaría un día en el que no podría más y lo abandonaría.

Esa noche, conduciendo, tomé la decisión y en medio de la carretera paré el vehículo. Fuera del coche y le dije qué pensaba. Solo me miraba, parecía no entender.

Sin pensarlo dos veces, me volví al auto y arranqué. Mientras me alejaba aún podía oírle. Y pensé:

"¡Egoísta! Seguro que lo único que quieres es tú biberón".

Estrella Vega

CRISOL DE SUEÑOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora