Habían pasado un par de horas en las que nada se escuchó, ningún auto a kilómetros. La noche cayó, pero Jim no podía dormir. El momento de preocupación ya había pasado, y aunque estaba tranquilo, se sentía inquieto aún. Apoyó su cabeza en la ventana, sentado de lado en el asiento de atrás. Aburrido, tamborileó sus dedos sobre la cadera de Castiel, quien leía su libro sentado entre las piernas del mayor.
Pero terminó cerrándolo bruscamente, el ángel apartó el libro hacia el asiento de adelante y se acurrucó contra el otro.
- ¿No puedes leer? – Le abrazó Jim,
- Dean está rezando de nuevo. – Bufó.
Intentando tranquilizarlo, Jimmy tapo sus ojos con su mano y dejó que el ángel recostara la cabeza en su hombro.
- Solo concéntrate en otra cosa. – Besó el cuello a su alcance.
- Es... difícil. – Suspiró y se estremeció ante las atenciones del humano.
Castiel buscó quitarse la mano que cubría sus ojos, pero Jim atrapó su brazo, entrelazando sus manos.
- Quiero besarte. – Reclamó el ángel, ante su plan frustrado.
- Temó ir demasiado lejos si comienzas a besarme. – Susurró James contra el oído ajeno.
- Vayamos lejos. – Rogó, intentando de nuevo quitarse la obstrucción en su mirar.
En cuanto se sintió libre, Cas volteó buscando unir sus bocas, se sentó sobre el regazó del humano y comenzó a besarlo con desesperación. No entendía que le pasaba, simplemente necesitaba tenerlo cerca. Más cerca que nunca, tan cerca que no existiera espacio entre los átomos de su composición.
Jim quería controlarse. Le había dado muchas vueltas al tema en su cabeza, sin llegar a un acuerdo entre sus ideas. Entonces, allí tenía a Castiel, su perfecto ángel, besándole con lascivia y moviendo sus caderas instintivamente. Su juicio estaba cayendo a pedazos como una pared vieja, en cuanto diera rienda suelta a sus deseos, no podría pararlos.
Con los labios rojizos y húmedos, Cas se alejó de Jim, solo para comenzar a desprender la camisa del otro con ímpetu. Sentía calor y ansias, ansias del roce de su piel con las del otro.
Teniendo más experiencia, Jimmy podía controlar sus instintos mucho mejor. Apartó las manos del ángel y deslizó la gabardina hacia abajo, marcando una vez más el blanco cuello. Con la prenda caqui lejos, hurgó bajo la camiseta del ángel.
Cas buscó de nuevo sus labios, no le gustaba despegarse de ese sabor encantador. Las manos danzando sobre su cuerpo le estremecían y erizaban su piel, arrancándole jadeos incontenibles. Pronto tuvo que despegarse de los ajenos labios, cuando Jim levantó su camiseta hasta quitársela. Sus pieles finalmente se encontraron y su gracia latió en frenesí.
Lentamente, Jimmy acarició el lugar de su corazón, consciente también de la energía celestial que despertaba. Empujó suavemente hacia atrás al ángel y se acomodó encima de él, entre sus piernas.
El ángel enredó sus manos en el azabache cabello, hundiéndose en nuevos y más profundos besos. La camisa blanca del humano desapareció, y tuvo la posibilidad de investigar su marcada espalda. Su gracia se encendió con la cercanía, hasta aportar ese brillo celeste a sus ojos.
Jimmy le quitó el pantalón junto a la ropa interior, tirándolos al asiento delantero, volviendo a unir sus cuerpos segundos después.
- Duele... - Gimió Castiel.
El humano comprendió a que se refería su ángel, por lo que debía apresurarse. Colocó dos dedos entre sus bocas, haciendo que Cas copiara sus movimientos y los embadurnara en saliva. Llevó su mano a la entrada del ángel, que se estremeció con la cálida sustancia, pero no opuso resistencia al primer intruso. Contrario a lo esperado, Castiel movió sus caderas, no era suficiente para él, y esta posición de distanció con su Jim no le gustaba nada.
James obvio los preámbulos, atacando los labios ajenos y desprendiendo su pantalón. Tomando aire, descasó su frente en la ajena, mirando a la profundidad de la brillante gracia de Castiel.
Sin quitar la unión de sus miradas, Jim se adentró en el interior del ángel, embelesado por sus gemidos.
Cas sabía que podían acoplarse mucho mejor, como antes, pero esta nueva sensación en su interior le encantaba. No tuvo más tiempo de pensar cuando el humano comenzó a moverse, aumentando la intensidad resplandeciente en los ojos del ángel.
Era la primera vez del ángel y no soportaría demasiado, era su primera vez de algo que no comprendía del todo, pero ese algo le ponía más cerca de aquello que deseaba poseer... Jimmy.

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Parte de mi.
FanfictionCastiel es arrancado del cuerpo de Jimmy, su recipiente. ¿Cómo enfrentara la vida el humano después de tanto? Sabe que el ángel sigue allí, esperando a por él pero sin poder unirse. Jimmy x Castiel. NA: Una mención especial a @CassieImpala67, auto...