El sol se coló por alguna rendija en el techo y atravesó el parabrisas trasero, molestando al ojo derecho de Jimmy. Finalmente había logrado dormir, y se despertaba con el mejor humor posible. Cas se acomodó en su peso, mirándolo con una sonrisa.
- Buenos días. – Dijo el ángel.
Jim tamborileó de nuevo sus dedos en las caderas del menor, completamente desnudo ahora.
- ¿Ocurrió algo mientras dormía?
Pero, mientras Cas le contaba lo tranquila que había estado la noche, Jim notó esa extraña textura en la espalda baja del menor. Enderezándose un poco, lo vio.
- ¿Qué es eso, Cas?
El ángel volteó hacia su derecha, en donde estaba ese extraño símbolo rojizo, apenas más grande que una moneda.
- No sé qué sea. - Confesó Castiel.
Paso su mano por el símbolo, y un millón de imágenes se le presentaron, como un video trozado y mezclado. Sea de donde sea que venía, esa gente se lo había hecho, dolió y se retorció, pero no pudo evitarlo.
- ¿Cas? ¿Estás bien? – Llamó su atención perdida Jim.
- No estaba aquí cuando lo hicieron.
- ¿Aquí donde?
- En este cuerpo. – Dijo, mirando a la nada.
Castiel solo tenía un boceto de la realidad, palabras que entendía pero su cerebro no lograba relacionar con un contexto completo. Pero Jimmy poseía una verdad más absoluta, y solo tuvo que unir las piezas para descubrirlo. Ese sello evitaba que Castiel pudiese volver a Jim y, probablemente, fue el causante de su pérdida de memoria cuando intento ocupar un recipiente con la misma sangre que él.
- Tenemos que deshacerlo. – Dijo, cayendo en cuenta de lo que significaba encontrar la causa de sus problemas.
Se vistió con rapidez, tomó algo de comer y apresuró a Castiel. Tenía que encontrar una forma de quitar ese símbolo. No estaba en el cuerpo de su difunto sobrino, estaba en Castiel, directo en su verdadera forma, tan marcada que podía verse en su recipiente.
La espada.
La espada de ángel era perfecta para deshacerse el símbolo y en cuanto eso pasara, Castiel podría regresar al cuerpo de Jimmy sin problemas.
- Cas, te confesare una pequeña parte de la verdad. – Llamó la atención del más bajo.
- ¿Qué es? – Pregunto, mientras se ponía la gabardina.
- Tienes una espada.
- ¿Dónde? – Ignorante de tal cosa.
A lo lejos se escuchó un auto, Jim no podía decir si eran o no los Winchester, pero tan solo el sonido lo paralizo.
- Impala 67'. - Identificó. - Sam y Dean se acercan. – Dijo Castiel.
- Sube al auto. – Ordenó Jimmy.
Luces apagadas y muy lento, no quería que escucharan el motor. Retrocedió y ubicó el auto muy despacio, justo enfrente de la puerta. Escuchaba a los hermanos acercarse. Contrarios a la vez pasada, no siguieron por el camino recto, giraron a la derecha, adentrándose en el abandonado terreno.
- Cas, necesito que saques tu espada.
- No sé cómo.
- Tú brazo. Es parte de ti, tienes que aprender. – Dijo Jim, sin quitar su mirada del portón y hablando despacio. – Como lo de las manzanas, cariño.
- Lo intentare. – Prometió Castiel.
Esperó, esperó hasta que el Impala se detuvo, alumbrando entre las tablas el interior. Cambio la palanca de posición y dejó que el motor se hiciese escuchar cuando las puertas del Impala se cerraron.
- Abre la puerta, Cassie.
El ángel, en un simple movimiento, quitó la madera que sellaba las puertas. Dean gritó el nombre de Jim y algo más, pero no estaba escuchando.
- Agáchate, cariño, tienen armas. – Pidió, a lo que el ángel obedeció también.
Efectivamente, los Winchester abrieron las puertas, apuntando directo a Jimmy con sus armas, pero este no se detendría. Apretó el acelerador y estuvo a poco de atropellar a Sam.
Jim esquivó el Impala y escapó por el mismo camino por el que habían llegado, seguido por una lluvia de balas contra la carrocería.
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Parte de mi.
Fiksi PenggemarCastiel es arrancado del cuerpo de Jimmy, su recipiente. ¿Cómo enfrentara la vida el humano después de tanto? Sabe que el ángel sigue allí, esperando a por él pero sin poder unirse. Jimmy x Castiel. NA: Una mención especial a @CassieImpala67, auto...