yes or yes ♡ kookmin

uno ♡

Preescolar, primer año.

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—Muy bien, niños... ¡Hoy tenemos un nuevo compañero de grupo! —anunció la maestra con alegría, tomando la mano del chiquito que se escondía detrás de ella. —Vamos, cariño, presentate.

—Hola... —dijo en un tono voz muy bajo, ese día el pequeño rubio le había rogado a su padre que no lo llevara, era la primera vez que se separaba de su padre por mucho tiempo. —Soy Jimin, Park Jimin y tengo cuatro añitos... ¡Espero seamos amigos! —finalizó con poco de aegyo, el cual hizo chillar a las demás niñas por la ternura que daba.

—Vamos, Jimin... Busca un asiento. —continuó la maestra, regalándole una sonrisa para que se sintiera más seguro.

Jimin buscó con la mirada, había muchos asientos vacíos pero uno llamó más su atención. Un niño mucho más bajito que él, yacía sentado en el último banco, estaba coloreado algo. Realmente ese no fue lo que le invitó a sentarse junto a él, sino lo bonito que era el niño.

Jimin siempre tuvo cierta fascinación por las cosas extremadamente bonitas.

El otro niño no se dio cuenta de que Jimin se había sentado junto a él, estaba muy concentrado en su dibujo. Lo hizo después, Jimin intentaba ver que hacía y se acercó mucho.

—¿Qué haces aquí? —dijo, mirándolo con recelo.

—Hola, soy Jimin... Y soy tú nuevo compañero. —sonrió, achincando más sus ojos. —¿Cuál es tú nombre?

Sin embargo, no respondió. Se limitó a mirarlo con desprecio, inspeccionó su atuendo en sí y luego se giró para volver a hacer su trabajo. Pero, Jimin no era alguien que se rendía fácilmente; al menos no ese día.

—¿No tienes nombre? —preguntó bajito, la clase comenzó y no quería ser reprendido el primer día.

El pequeño de cabellos negros ya ni siquiera lo miró, trataba de prestar atención a lo que la maestra decía.

Jimin frunció sus labios.

—Jeon Jungkook... Pase al frente. —habló la maestra, Jimin se percató se que el nombre pertenecía a su compañero de banco.

Había letras en el pizarrón, lo supo porque su padre le había enseñado sobre ellas antes de venir. Eran vocales. Al ser el primer día, la maestra partió por lo más básico, lo primero que un niño debe aprender.

Su sorpresa fue mucha cuando Jungkook dijo y repitió las vocales sin siquiera haber escuchado a la maestra decirlo. Sí, él ya las sabía. Además de que podía formar pequeñas palabras bisílabas e incluso contar hasta el veinte.

—¡Eres un genio! —bramó mientras aplaudía.

—Silencio, Jimin. —y se sintió feliz, a pesar de que le dijo que se callara. Eres las primeras dos palabras dirigidas hacía él, era un buen comienzo.

—Lo que digas, Kookie. —sonrió.

espero les guste :)
cualquier error ortográfico, lo arreglo luego.

los quiero personitas ♡