Amanecí con fiebre. Y todo el cuerpo me dolía, no sólo mis partes, sino todo. No había razón, sólo había hecho el amor, no había corrido una maratón.
Ya me resfrié. Y cuando yo me enfermo soy muy aniñada, me tiro a la cama a morir.
Y nunca tengo quien me cuide, en estos momentos es que de veras extraño a mamá.
Miré televisión por casi 8 horas, al menos estuvo encendida ese tiempo, yo dormía y volvía a despertarme.
—Le traje un té caliente señorita— Ángela era la única que parecía que le importaba un poquito.
Me sentía tan sola. Cómo me gustaría que Edward viniera a verme. Pero no puede entrar aquí, no sin ser visto y no quiero que nadie se entere de lo nuestro.
—Ángela ¿me haces un favor?—
—Si señorita, lo que diga.
—Creo que mis flores están tan enfermas y tristes como yo… ¿podrías llevarle mi maceta con orquídeas al jardinero? Dile que las abone o les eche algo para que se curen— le señalé la esquina de la terraza.
—Si señorita, las llevo ya mismo— suspiré al verla irse.
Creo que no podía haberle enviado una indirecta más clara a Edward, así al menos sabría que si no he salido todo el día no es porque me hubiera arrepentido por lo de ayer o que mi padre me haya reprendido.
Volví adormir porque la fiebre estaba empeorando. Papá no vendría hoy, había ido a Seattle.
—Bella ¿Cómo te sientes?— una aterciopelada voz me sorprendió. Tocó mi frente y luego me dio un beso.
Abrí mis ojos sorprendida, Edward me miraba preocupado.
—Bien, ¿Qué haces aquí?— pregunté incorporándome. Ya era de noche.
—Me dijeron que estabas enferma, quise esperar pero no pude. Estaba muy preocupado.
—No te apures, es sólo un resfriado, me la he pasado estornudando todo el día y me duele la cabeza— no me gustaba que me viera así despeinada y enferma.
—Déjame que me quede contigo— tomó una toalla del baño y trajo agua tibia.
Puso compresas sobre mi frente, me arropó y se echo junto a mí, mientras me tarareaba algo para dormir y con una mano hacía suaves caricias en mi cabeza. Me quede profundamente dormida.
Cuando desperté ya no estaba, me sentí sola otra vez.
Pasé toda la mañana descansando.
Esa tarde me sentí mejor y salí a buscarlo, estaba podando unas rosas cerca de la casa.
—Hola doctor Masen— le sonreí.
— ¿Te sientes mejor?—
—Sí. Gracias por cuidarme.
—Qué bueno que estés bien.
—Quiero pasar la noche contigo— le pedí ya que papá no regresaría hasta mañana.
—Puedo venir a verte, ya sé cómo trepar por tu balcón— sonrió.
—No. Quiero quedarme en tu casita— tenía muchos deseos de abrazarlo pero había gente cerca, sabía que las empleadas sobre todo Jessica siempre estaba husmeando.
.
Pero cuando me disponía a salir a pasar una noche feliz, llegó Alice. Seguro algo presintió porque ella siempre era así de inoportuna. Con la intuición que tenía debió dedicarse a la adivinación en vez de la moda.
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El Jardinero - Terminado-
FanfictionEL JARDINERO (Mayores de 18 años, contenido sexual explícito) Todos los personajes le perteneces a S. Meyer, sólo la trama es original. QUEDA PROHIBIDA TODA COPIA SIN PERMISO DE LA AUTORA Introducción: Un nuevo jardinero pondrá de cabeza el mundo e...