ME RESULTÓ CELOSO EL JARDINERITO

3.1K 148 3
                                    

— ¿Qué tal su salida con Emmett hija?— papá estaba muy contento ese fin de semana, había cerrado un negocio importante, lo malo es que se pasó los dos días en casa, con las ganas que tenía de ir a ver a Edward.

—Bien, me llevó a un restaurante oriental— dije mientras le daba la vuelta a la página a mi revista de la nueva temporada de primavera—verano. Necesitaba algunas prendas, las que tengo eran de la temporada pasada. Alice me gritaría si las volvía a usar.

— ¿Te agrada?— insistió Charlie.

—Es muy gracioso, me hace reír— dije sin prestar mucha atención.

—Me alegro. ¿Vas a hacer algo por tu cumpleaños?— preguntó interesado.

—Creo que sí. Tal vez una pequeña fiesta.

—Voy a viajar a Europa esos días, lo siento— me entristecía al oír eso pero ya había pasado sola mi cumpleaños muchas veces.

—No te preocupes, la fiesta me alegrará— fingí una sonrisa pero me dolió mucho. —Creo que voy a ir de compras, necesito algunas cosas— me levanté de un salto, no podía permitir que la tristeza me eche a perder el día.

—Yo tengo un día larguísimo. Suerte en tus compras— me dio un beso en la frente.

—Papi, ¿puedo llevar a alguien del servicio para que me ayude a cargar todo?— le hice un puchero para convencerlo.

—Claro hija— se fue sin decir más.

Corrí entonces a cambiarme el pijama para buscar a Edward. Lo encontré en el claro, seguía trabajando en mis flores silvestres. Me acerqué muy despacio y le tapé los ojos.

—Hola Bella— me dijo sin dudar. Miré hacia todos lados y no vi a nadie, estaba alejado de la casa. Me agaché un poco y le di un beso en el cuello.

—Te extrañé. ¿Quieres acompañarme a comprar?— me dejé caer entre sus brazos, no me importaba ensuciarme, lo encontraba muy excitante.

— ¿A comprar qué?— preguntó acomodándome en su pecho.

—Ropa, accesorios, revistas, tengo ganas de ir de tiendas. ¡Vamos!— Pedí.

—Ese no es mi trabajo, tu padre…

—Le pedí permiso a papá y me dijo que sí. Además me ayudarás a cargar mis compras. Por favor— rogué, sabía que me bastaba con ordenárselo pero por algún motivo quería que aceptara por voluntad propia.

—No tienes que pedir por favor, sabes que te acompañaría al fin del mundo— a veces sus comentarios eran tan cursis.

—Súper. Cámbiate y nos vamos— me levanté dispuesta a apurarme.

—Bella. Lo siento, no tengo más ropa— parecía abochornado. No había contado con eso. Bueno, algo se podría hacer.

—Tengo una camiseta ancha que una vez usé para dormir y… veré que mas encuentro. Regreso enseguida— iba a salir corriendo cuando me detuvo.

—No. Si vamos a salir que sea como estoy. Soy un empleado— a veces me cansaba su postura de chico serio.

—Así no te llevo a ninguna parte— le hablé algo molesta. —Si no quieres ir conmigo sólo dímelo y me voy sola— le di la espalda para irme pero sentí su mano en mi brazo, me atrajo hacia él y me besó desesperadamente, a este paso mis castas hormonas estaban despertando. Más valía zafarme o no la contaba. Fui muy difícil terminar ese beso. Cada vez que me besaba yo quería más.

—Lo siento. Haré lo que digas— esbozó una tímida sonrisa.

Encontré unas zapatillas deportivas de papá, esperaba que calzaran del mismo número. Y unos jeans desgastados de cuando papi era más delgado.

El Jardinero - Terminado-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora