Apenas quedé expuesta sentí su dureza atravesando mi piel, Edward se movía magistralmente sobre mí, besando, mordiendo y tocando todo cuanto podía. Mientras salía y entraba de mi cuerpo.
No había otro lugar en el mundo en el que quisiera estar, nada más que entre sus brazos, siendo uno como ahora.
Demasiado pronto mi deseo se vio saciado, pues mis paredes interiores empezaron a temblar y me dejé ir, pero mis brazos se resistían a soltarlo.
Edward también alcanzó su liberación pero esta vez no se preocupó como antes en protegerse.
Cuando quiso salir de mí me aferré más a su espalda, no estaba dispuesta a dejarlo libre.
—No me voy a ir a ningún lado mi amor— limpió mis lagrimas mientras repartía dulces besos en mi cuello.
— ¿Me lo juras?— sollocé.
—Bella, no se debe jurar… te lo prometo. No me iré de tu lado mientras me ames— mordisqueó mi mandíbula, haciendo que mi cuerpo volviera a encenderse. Pero me bastaba con que estuviera conmigo para sentirme completa.
.
—Amor, princesa… Cariño— abrí mis ojos ante esas palabras tan dulces, sonreí a ver a Edward recostado a mi lado. –Bella, debo salir ahora, antes que amanezca— me fijé mejor, tenía una de mis manos aferrada a su camiseta.
—No te vayas— me removí.
—Amor debo salir temprano con tu padre a su oficina, me dijo ayer que hoy tenía una junta a las 8. Regresaré pronto, tal vez podamos salir por allí con el auto y conversemos un poco ¿Si?— me dio un beso suave y lo solté, volví a dormir.
Desperté tarde, me cambié y bajé a desayunar.
Esperaba que Edward llegara en cualquier momento.
Después del medio día vi aparecer el auto y me subí tan rápido que ni tiempo le di de bajarse.
—Ey, ya estoy lista— subí feliz.
— ¿A dónde señorita?— me sonrió mirándome por el retrovisor.
—A donde usted quiera mi capitán— apenas salimos de casa pasé al asiento delantero, no quería estar allí atrás sola. Me pegué a él mientras conducía. Salimos de Forks y tomamos un camino distinto, pronto se terminó el asfalto y seguimos por una carretera sin afirmar.
Edward detuvo el auto cuando se termino el camino.
— ¿Dónde estamos?— pregunté.
—Quiero mostrarte algo— bajé mirando a todos lados… estábamos en el inicio del bosque.
Después de dejar su chaqueta y la gorrita del uniforme en el auto sacó una canasta de la maletera y me dio la mano para seguirlo.
Caminamos casi media hora hasta llegar a un hermoso prado, era diez veces más grande que el mío y con flores preciosas. Caminé soltándome hasta llegar dentro.
—Edward, esto es… hermoso— él me miraba entre la sombras. En el claro el sol parecía más brillante.
—Me alegro que te guste. Encontré este lugar cuando vine a buscar tus flores silvestres— me sonrió.
Edward tendió una manta para que no me ensuciara y nos sentamos. Sacó de su canasta algunas cosas de comer y refrescos.
—Bella— dijo acariciando mi rostro. — Te amo tanto— sus caricias y su cercanía me gustaban. Era feliz a su lado, más que en cualquier otro lugar.
Había caído en mi propio juego, ahora sabía que no lo dejaría ir y eso me asustaba. ¿Hasta dónde podría llegar debido a mi enamoramiento? ¿Y cuánto tiempo podríamos mantenerlo en secreto?
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El Jardinero - Terminado-
FanfictionEL JARDINERO (Mayores de 18 años, contenido sexual explícito) Todos los personajes le perteneces a S. Meyer, sólo la trama es original. QUEDA PROHIBIDA TODA COPIA SIN PERMISO DE LA AUTORA Introducción: Un nuevo jardinero pondrá de cabeza el mundo e...