I. 𝑼𝒏 𝒏𝒖𝒆𝒗𝒐 𝒉𝒐𝒈𝒂𝒓.

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La luna estaba presente, iluminaba las calles oscuras mientras caía la fría lluvia en ellas. Y evitar mojarse.

Los zapatos de aquella chica de piel blanquecina estaban mojados, y al dar un paso tras otro se escuchaba un ruido chillón sobre ellos. Había olvidado su sombrilla, la tarde pintaba alegre pero las clases habían terminado hasta tarde y nadie la había ayudado con sus labores, - motivos el cual odiaba trabajar en grupo -, prácticamente ella hizo todo el proyecto del los últimos semestres.

-Ahg...idiotas.- bufo la chica con enojo, sus compañeros eran unos patanes.

El frío no ayudaba. Con sus brisas comenzaba a caer en frío, sus espalda empezaba a temblar. Y sus piernas flojeaban con cada paso que daba, se hacían más débiles y más temblorosos.

Al caminar cerca de un callejón, se escucharon unos fuertes golpes de metal contra el suelo, no de dió mucha importancia pero de un momento a otro un chillido se apareció entre el golpeteo.

Actuó rápido y se adentro al solitario callejón, gracias a los truenos que brindaban luz, se guiaba de sus pasos.

Un brazo se levantó muy alto, quien miro y era uno de sus compañeros de clases: Natsuko.
Rápidamente se aventó hacia la cachorrita atrayendo la hacia su pecho; quien dió vueltas sobre el suelo.

- ¿¡Qué crees que estás haciendo maldito enfermo!? - acurrucó a la cachorrita en su mochila.

Arrugando sus libretas y demás, podía hacerlo nuevamente en el transcurso de los días pero la vida de este animal, no se podría repetir.

-¡Quítate, merece morir! - contraatacó el chico de cabellos lacios, a sus tambaleós. Estaba borracho. Caminaba en dirección del indefenso animal pero la chica le golpeó del brazo e hizo que se cayera su arma.

- ¡Aihara! No te in...terpongas en mi camino- intento golpearla pero miraba en diferentes direcciones y solo daba golpes al aire.

-¡Basta! - Acto seguido le dió una patada en la cara para que el contrario cayera.
Levantó a la perrita lo más rápido y corrió.

Corrió y corrió, la chica llevaba su mochila al frente observando a la mascota llena de sangre, comenzó a buscar un veterinario por las calles que recorría pero pasaban más de las diez de la noche, provocando desesperación en la canina.

-Tranquila, deberás aguantar un poco más. Tienes que vivir - dijo con preocupación la azabache, al mirar a la canina a punto de morir.

Sin más remedios decidió ir a su casa, dónde aventó todo sin importar el valor. Prendió el conector y se dirigió directamente al baño, dónde giro la perilla de la pequeña bañera que se encontraba en aquel cuarto. Nivelo la temperatura del agua.

Se dirigió a su cama y saco a la cachorrita con mucho cuidado. Solo veía como sus ojos estaban en blanco y su lengua por fuera, era una cachorra de tamaño promedio, podría decirse que era raza: Chihuahua.

« ¿De verdad hay personas así de crueles en este mundo?»

Debería de estar soñando, pero era la terrible realidad.

Inmediatamente, fue por agua oxigenada, y comenzó a curar al animal. Comenzó a chillar al sentir el líquido sobre sus heridas, la de piel blanquecina trataba de tranquilizarla pero sus chillidos no eran de evitarse.
Después de curar algunas heridas la metió a la ducha dónde, el agua se hizo negra y roja. La canina chillaba y chillaba.

Por el momento solo la lavo con agua, sin jabones o algún producto de limpieza. Podría infectar sus heridas.
Espero hasta que la canina finalizó su llanto. La saco de la ducha y la cargo hasta llevarla a su césped, no era tan grande. Donde coloco la canina pero sus patas eran tan frágiles que no podía mantenerse de pie. Solo llego a mostrar su cabeza, la chica fue hasta la cachorra y su raza era distinta, era una Husky siberiano. Solo que había algo diferente, tenía los ojos de color verde.

- tranquila yo, de ahora en adelante cuidare de tí sin importar el peligro. - acarició con delicadeza la cabeza de la canina, pero de un momento a otro se puso a la defensiva he intento morder a la humana.

- Trabajaremos en eso.

Camino nuevamente hasta la cocina, agarro el celular dónde comenzó a taclear unos cuantos números. Espero en la línea, se escucharon los tres cortos pitidos y contestaron.

- Estación de policía - hablo una voz masculina - ¿qué se le ofrece?

- Buenas noches, quisiera hacer una demanda a Natsuko kagari.

- oh sí claro, ¿Me podría proporcionar los datos por favor?

- Por supuesto.

Posdata:
¡Hola! Por favor, Di: ¡No al maltrato animal!. También tienen derechos, tienen derecho a vivir.
¡Denuncia si ves este tipo de maltratos! Alcemos la voz por los animales. ¡Vivan los caninos!

Son pequeños maravillosos, te llenan la vida de alegría.

Quien diga lo contrario, puede retirarse de esta historia, en esta cuenta ¡Decíamos NO al maltrato animal!. Con amabilidad; chingas a tu madre.

Soy aliada de los animales. 💙

Más que tu dueña || 𝐴𝑢 𝐴𝑛𝑖𝑚𝑎𝑠ℎ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora