XXV. Rescatemos a la híbrido.

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- aquí es chica, dónde está mi hermano y sara. - señaló ume la pequeña chosa en medio del bosque.

Una grande chosa color moca y óxido. Llena de madera podrida, y algunos que otros insectos que habitaban en las tablas. Estaba cubierta de ciertos aparatos los cuales eran peligrosos: Una reja eléctrica. Pistolas rodeadas de las casa. Y demás cosas.

- ¡Bien, entremos!. Mei se levantó del arbusto pero ume se lo impidió.

-¡No podemos entrar así, idiota! - susurro en modo de gritos. - ¡Ah ya se por donde debemos entrar!

...

- ¿Estás segura de esto ume? Está muy estrecho. - dijo mei entrando por tubo de agua seco.

- segura - afirmó - además, he hecho esto cientos de veces, cuando planeaba hacerle bromas a mi hermano.

- entonces no hay que esperar y ayudemos a sara.

Gatearon un par de kilómetros, ume solía asustar a su hermano así, era una parte del ventilador. El aire daba a sus rostros haciendo que pequeño polvo cayera en sus ojos, pero eso no impidió que la azabache siguiera con su plan de rescatar a su querida canina. Al fin, después de tanto tiempo, nuevamente la abrazaría.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando unos gritos se escucharon en la parte baja.

- ¡Muevete, está mal acomodado me lastimas! - grito natsuko molesto

- ¡Estás lastimandome, imbécil! - grito yuzu dándole un codazo al contrario.

- ¡Tienes que agarrarlo así y hacer estos movimientos! - señaló Shō mostrando a yuzu.

-¡Estás muy húmedo natsuko! - el sudor bajaba constantemente.

- ¡Eres realmente mala para esto yuzuko! ¿Acaso yo te enseñe hacerlo así? - le dio un golpe a yuzu en el estómago.

Hey puedo escuchar unos ruidos! - dijo ume a susurros.

-¡Yo igual! - aseguro de la misma manera que la mayor, pero no podía ocultar sus celos, aquellos gritos parecían muy vulgares.

- ¡P-por favor n-no me l-lastimes más! - dijo yuzu entre gemidos, y lloriqueo.

"Oh, no esto si que no" mei golpeó fuertemente la tubería que hizo que se rompiera al instante, haciendo caer a las demás, enfrente de los antes nombrados.

-¿Que le hacen a yuzuko?, ¡Malditos bastardos! - grito mei apuntando amenazante con un pequeño palo con clavos.

- ¡Vamos ya nos hiciste perder! - grito Shō derrotado por natsuko y yuzu.

¡Es juego a terminado!. Dijo la consola tratandose burlar de los jugadores.

- ¡Denme una explicación a todos los argumentos que acaban de salir de sus sucias bocas! - mei exigía una respuesta e inmediatamente.

-los "golpes" son de los videojuegos, los movimientos eran los combos del combate, y por último y finalmente lo húmedo era el sudor de natsuko. - dijo yuzu casi faltando le el aire

-¿Na-natusko? - mei no se había percatado de la presencia del castaño después del pedido la explicación, el temor se vio reflejada en sus pupilas. - ¿qué haces aquí?.

-Estoy con mi padre, idiota. - señaló al pelinegro.

- ¡Un gusto! - saludo alegre Shō, como si fuera una reunión de parejas de lo más común de la vida, pero en realidad más de una vida faltaría.

- ¡Te mató, idiota!

Mei, con aquel palo lo sostuvo con todas sus fuerzas intentando golpear al adulto. Pero en habilidades impresionantes logro esquivar cada golpe que daba la menor. Hasta quedar derrotada.
Callo en los pies de la híbrido quien al instante la abrazo, con todas sus fuerzas. Tratando de no apretarla mucho, por el quejido que salió de la boca delgada de la chica, yuzu pensó que era sobre la pequeña pelea que tuvo con su padre.

- Estoy embarazada. - menciono la chica de repente.

- ¿Qué? - sus lágrimas rozaban por sus mejillas - ¿Por qué me engañaste?

Incrédula comenzó a llorar. Pero mei solo rio a carcajadas. Yuzu se enfado ante la acción de la su amante.

- Lo lamento pero será un historia larga que contarte, es tu hijo. - llevo una de las manos de la rubia hacia el estómago de la azabache.

Una fuerte conección tuvo con aquel feto que venía en camino.

- Definitivamente es mío.

- ¡Vaya reunión amorosa pero es show no ha comenzado! - grito con malicia el castaño. - ¡Jure que matar a todos lo que amas!

- Ni por muerto, la vuelvas a tocar. - yuzu se interpuso entre Natsuko y mei.
Se acercó tanto que sus respiración podían juntarse.

-mhj...¿Shō? - llamo al antes nombrado, como una señal con un significado que yuzu bien conocía.

Acto seguido, Shō presionó el botón del control remoto dónde yuzu al instante se convulsionó, y comenzó a tener ataques de control.

Yuzu, yuzu! - ume intento quitarle el botón a su hermano pero era en vano, era mucho más alto que ella. Por más saltos que daba menos lo alcanzaba.

Yuzuko por favor, responde! - sacudió levemente a la rubia.

Mei corrió con puño cerrado, recibiendo el golpe natsuko, escupió un poco de sangre.

- ahora verás maldita... - mei trato de protegerse como pudo pero la noqueó con el primer golpe. Quedando inconsciente.

...

-¿Qué pasó? - comenzó a visualizar.

Estaba amarrada a uno de los tubos de sus máquinas. Al frente estaba yuzu en su misma posición pero de cabeza.

- ¡Yuzu! - no podía moverse, todo era en vano.

Amada mía! - saco sus garras pero se las habían cortado.

- ¡Vaya show, no esperaba asesinar a otra aihara! - comenzó a aplaudir.

- ¿Cuál fue el mal que provoque?

- Podría decirse que...ellos durante un corto tiempo fueron mis padres adoptivos pero al nacer, me quitaste todo lo que necesitaba. ¡Te odio mei!

-...¿Ah?.

- YO TENÍA TODA SU ATENCIÓN, ELLOS LLEGARON CON LA GRAN NOTICIA DE QUE ESTABAS EN EL VIENTRE. ¡GRACIAS POR DESTROZAR ME LA VIDA!

-...¿Ah?

- YO...bien no importa, no quiero gastar mis argumentos. -sacudio un poco su traje y acomodó su corbata.

- vete a la mierda - escupió la chica con asco.

El juego había comenzado, dolores provocaban en los cuerpos de los amantes. Mei intentaba resistirse pero la máquina era más fuerte que ella, se preocupaba por la salud del bebé, no por ella. Yuzu intentaba quitarse las ataduras de sus manos pero era en vano, no logro absolutamente nada. Su ira comenzaba a crecer poco a poco.

Más que tu dueña || 𝐴𝑢 𝐴𝑛𝑖𝑚𝑎𝑠ℎ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora