XVIII. Trato a medias.

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- ¡Quiero resultados ahora mismo! - golpeó la mesa con su puño cerrado. Miro a gayert quien temeroso se acercó al científico.

-Lo se, pero aún así no la encontramos por ninguna parte señor- los dedos del señor temblaban, haciendo temblar igual su laptop.

- ¿Quieres morir en este instante?- Saco de uno de sus bolsillos de la bata. Saco su arma apuntando y cargandola.

- L-Lo lamento.

-¡Idiota! - dió un disparo al aire tronando un foco.

- S-señor, déjala ser libre - cubrió su rostro con la computadora como si ella dependiera de su escudo.

-Escucha, Nadie me ordena algo. - apunto la pistola en su cabeza, amenazándolo a muerte. - extraemos partes de su cuerpo, sangre que es lo esencial y haremos de ella nuevas creaciones.

- Lo lamento señor, no volverá a suceder.

De repente se escuchó la puerta impidiendo la muerte de gayert, quien suspiro con el alma en la boca. Farfullo Shō, frustrado se dirigió a la puerta, abrió; se encontró con un chico. Muy conocido para él y a su fiel acompañante.

-Mi señor, ¿Podemos pasar? - con voz firme hablo la chica.

- Cl-claro, pasa adelante. ¿Y bien tenemos noticias si o no? - fue directo al grano.

-Vera- continuo - el día de brujas la encontré, junto a una chica vampiro.

-¡Esas son exquisitas noticias! - brinco de alegría el científico.

Pero se percato de alguien más, era un castaño cuyas características faciales eran identificas a un familiar.

- ¿Tú qué? - hablo sacarron Shō quien miraba con desprecio al muchacho.

- hola padre, tantos años sin vernos. - se giro mirándose de cara a a cara. Ahora, había claridad en sus aspectos tan inmensos e idénticos.

- hola Natsuko kagari. ¿Qué te trae por aquí? - siguió su camino ignorando al castaño quien el solo lo seguía a su ritmo de caminar.

- Vine a buscar respuestas padre.

- No tengo tiempo para preguntas de kinder - fue a una de sus tantas máquinas a investigar más sobre su hija.

Miraba la pantalla, era una grande ubicación sobre todos los lugares de Tokyo, pasaba el radar pero no había señales sobre la chica. Chisco la boca en desaprobación.

- ¡Idiota lo estás haciendo mal! - quitó las manos de su padre, y el comenzó a mover unos cuantos controles sobre éste. Casi, encontrando la ubicación de la rubia.

- ¡Fantástico!

- ¿Ahora puedes responder mis preguntas? - su voz paso de una seria y ronca a como anteriormente se escuchaba una juguetona y engañosa.

- ¡Bien, demonio!

- ¿Qué significa todo esto? - con la punta de sus dedos señalaba cada objeto que encontraba en aquella habitación.

Shō contó de principio a fin, incluyendo la historia con su madre, hasta la muerte de su hija y sus pequeños experimentos sobre ella, cada cosa asombraba más al castaño quien con una sonrisa prestaba atención a cada palabra que decía su padre.
Y sobre las nuevos inventos que llevaría a cabo si encontrará a Sara.

- ¡Impresionante! Deberíamos de trabajar ahora mismo - intento agarrar la máquina anterior pero las manos más grandes de Shō se atravesaron en su camino.

- Alto muchacho, esta investigación puede ser más difícil de lo que crees...¿Por cierto - agrego -, cómo fue que escapaste de tu hogar?

(...)

Nunca me dejas hacer nada! - grito un castaño muy conocido para la audiencia. (Xd)

Natsuko, ven acá y hazme el favor de tranquilizarte! - grito su madre muy molesta.

-¿Crees que quiero ser algo en la vida? - dijo maldiciendo el momento en que entro a la preparatoria.

Lo haces para tener un vida! - contraatacó.

-¡Mi vida sería mucho más feliz si no tuviese que ir a estudiar! - salió de casa.

(...)

- ¿Crees que vendría a solucionar tus problemas? Natsuko, eres tan patético.

- Sabes padre, durante años me he dado cuenta que mi lugar nunca fue en una academia y que busca lo mejor para mí; suena narcisista en cierto punto, pero se que a tu lado debería ser mejor o peor persona.
Te propongo un trato, encontraremos a mi...uh, ¿Hermanastra? Y yo te ayudaré a la nueva creación de híbridos - alzó su mano esperando a que Shō la estrechará.

- ¿Qué recibo a cambio?

- Lo que quieras padre, tu propuesta la escucharé después ¿Entonces, trato? - sonrió con superioridad ante su padre.

Shō sin ya pensarlo mucho, estrecho su mano con su chico, así sellando un trato. Sin embargo no era lo que se esperaba.

Más que tu dueña || 𝐴𝑢 𝐴𝑛𝑖𝑚𝑎𝑠ℎ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora