XVII. Extraños.

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Llevo sus dedos con de delicadeza a mis labios de la contraria tocando apenas con la llema del dedo.
Choco miradas con la chica, observando cada detalle en los ojos. Violáceo, su color favorito desde que la conoció, su mirar era tan penetrante y sincero; dos cosas en uno.

Comenzó a acercarse apoyándose de su mano para dar impulso, sintiendo la comodidad del sofá en sus manos. La respiraciones comenzaron a juntarse, el corazón de la canina se aceleró pero sus pensamientos la engañaban. "Es una humana" "Es tu familia" "¡Está mal!" Prefirió escuchar a su corazón.

Aquel extraño sentimiento lo sellaron con un beso, sus lenguas comenzaron a jugar entre ellas, pero la falta de experiencia se había convertido en algo raro.

- ¿Qué fue eso? - rio yuzu ante lo ocurrido.

- Creo que fue un beso - respondió entre risas la chica azabache, se limpio la mejilla llena de saliva de yuzu.

- ¿Qué es lo que somos? - menciono la chica con sinceridad. Su miraba vagaba en la sala, apenada tomo la mano de mei sin dirigirle verla a los ojos.

-Creo que...en realidad no lo sé - se aferró a su mano de la chica entrelazando la.

Se acostó en las piernas de la canina, con los ojos cerrados inhaló y exhaló profundamente tratando de encontrar una respuesta en alguna parte de su mente. Era la respuesta más difícil de toda su vida; ¿Qué eran? Son familia pero sentimientos puros habían florecido al paso del tiempo al verla como humana.
Llevo uno de sus brazos al rostro cubriendo sus ojos evitando la mirada de la canina.

La de ojos aceitunados sabía que pasaba por mente de su dueña, intento quitar el brazo de mei despejando la vista, algo que logro con muchos esfuerzos.

- No importa si me contestas o no - se acercó peligrosamente al rostro de la chica - puedo decir que mi corazón te pertenece.

- No sé si pueda decir lo mismo - soltó la chica como una cubetada de agua fría.

- ¿P-por que no? No te gusto.

- ¡Claro que sí, me gustas demasiado! Pero no sé si pueda...- eludio la mirada, algo que logro enfadar a la híbrido pero se relajo.

- ¿Hubo alguien más antes de mi, no es verdad? - con un hilo de voz dijo la chica entristecida.

- ... sí.

- Cuéntame. - suplico yuzu, tomando las manos de su dueña y las beso.

Años atrás...
P

ov. Mei.

Yo solía ser una niña alegre, cosa que a muchos contagiaba con mi sonreír, mis padres. Vivíamos en esta casa solo que era más pequeña a lo que es hoy.

Mi padre un hombre de altura promedio, grande, fornido, inteligente, maduro y responsable, cabellos oscuros, sus ojos eran color rojo pasión.

Mi madre una mujer delicada, sencilla, cabellos oscuros al igual que mi padre, flaquita de buen cuerpo, su sonrisa era lo que enamoraba a mi padre, alta, sus ojos de ella eran color verde oscuro.

Mis padres no tenían tanto trabajo, algo que me favorecía, así que se la pasaban conmigo el mayor tiempo.
Al ir al kinder me hice amiga de Natsuko kagari, con el paso del tiempo nos fuimos gustando.

- ¿Por qué de él? - interrumpió la can con enojo.

- ¿Me vas a dejar hablar? - refunfuño la chica.

- una disculpa.

¿Sabes? Ser querida por un chico era algo majestuoso, en ese entonces creía que él era mi príncipe azul. Lograba sacarme de cualquier enredo, desastre emocional.
Al ser unos adolescentes, iniciamos una relación. Mis padres estaban más que conformes con ello. Nuestra relación avanzó, pasaron días, semanas, meses.

En los últimos días, Natsuko actuaba extraño. No quería preguntarle porque tenía un temperamento tonto.

Una noche me dijeron que Natsuko había chocado, estaba gravemente herido y se encontraba en el hospital, junto a sus padres.
Le dije a mis padres que iría, ellos me dijeron que si, pero con la condición de que estuviera llamando los a todas horas.
Yo en menos de una hora llegue y pregunte por él, solamente me dijeron:

"Lo siento señorita, pero el apellido Natsuko no se encuentra en este hospital"

En ese momento el enojo y la frustración me invadieron, no sabia si era un broma de mal gusto o simplemente me habían dicho mal la dirección. Me fui rendida a mi casa, No sabia que hacer. En dónde estaba o ¿Qué había pasado con él? pero cuando llegue. La puerta de mi casa estaba abierta.

Me asuste demasiado.... Y entre.

Encontré a mis padres tirados en la sala. Todo estaba fuera de su lugar cosas rotas y demás.
Rápidamente y sin dudarlo dos veces me acerque. Vi que estaban llenos de sangre.
Estaban boca abajo y decidí voltearlos temerosa, Pero ví...que tenían la panza abierta mostrando sus órganos, con la boca cosida.

¡¡¡FUE VERDADERAMENTE HORRIBLE!!!

Salí corriendo de mi hogar, sin mirar atrás, no quería verlos más.
No paraba de llorar, durante semanas, después del entierro de mis padres
No tenía a nadie mis abuelos habían fallecido, mis tíos y primos estaban demasiado lejos para yo ir sola.

Aparte era menor de edad y no podría ir sin ninguna autoridad a mi lado.
Estuve por meses sola...Ni siquiera tenía a ningún perro que me ladrase.
No aguantaba estar así más, le dije a mi vecino que me enseñará sus cámaras de seguridad, para ver el verdadero culpable.

Él con gusto me las mostró.

Lo sé, no pensé en ese momento (el día de la muerte de mis padres) que había cámaras.
El mundo se detuvo cuando por fin mire a mi asesino.

Y resultó ser Natsuko...

-Mei, trataré de tranquilizarme está noche, no sé cuánto aguantaré - menciono la chica con furia.

- no hagas idioteces.

Más que tu dueña || 𝐴𝑢 𝐴𝑛𝑖𝑚𝑎𝑠ℎ. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora