Tik tak tik tak tik tak. El tiempo corría, la canina con muchos esfuerzos ponía un pie sobre el suelo, agarraba su pecho con un poco de fuerza, el sudor era tanto. Su vista comenzaba a nublarse cada vez más. Sabía que eran obras de su padre. Por lo que, decidió ir con él. Sus orejas y cola, intentaba ocultarlas pero era más difícil ahora teniendo veneno en su sangre.
Pasaron unas cuantas horas hasta que al fin vio la casa donde había revivió, los recuerdos pasaron en su mente como un rayo de luz, le aterraba estar ahí pero ¿Cómo puede proteger a Mei? Simple, dándose por vencida ante su padre. Cosa que en pocos segundos ocurrirá.
-Mei...amor eterno perdóname - con pasos débiles, logro llegar a una gran puerta negra.
No era una decisión que tomara por voluntad propia, su padre la estaba abrigando a venir hacia el otra vez. Cerró los ojos con fuerza, miro al cielo. Tan lindo, fresco, feliz...feliz, ella era feliz en los últimos años con mei a su lado. La había sacado de un oscuro hoyo. Dónde solo habitaba el dolor y sufrimiento.
Sus ojos comenzaron a cristalizarse, se inco y con fuerzas, Entrelazo el pasto húmedo con sus dedos. ¿Cuánto sufrirá mei sin la ausencia de yuzu?Tok Tok...
Un - no tan fuerte - sonido goleó la puerta. Capturando la atención de los chicos y chica.
Shō inmediatamente fue hasta la puerta con mucho entusiasmo. Abrió la puerta y se encontró con la chica en el suelo, agarrándose en pecho.- oh, cariño, bienvenida al show - se recargo en la puerta jugando con ella.
Espero a que sara se levantará. Cosa que logro en pocos minutos, su agitada respiración; trataba de controlarla pero era imposible, tomaba grandes tragos de el aire.
Entro con muchos esfuerzos a su antiguo hogar, no había cambiado desde que se fue, estaba totalmente igual al como recordaba.
Su vista viajo a Natsuko. Quién él, solo la veía con furia. Su hermanastro.- Todo es igual. Excepto eso - señaló al joven con indiferencia - eso: es mierda. - con tino burlón, llevo una de sus manos a su boca, salió una pequeña risa.
- ¡Vete a la mierda!
- Ni siquiera un: " ¿Cómo has estado padre? " O "¿Qué cuenta de tu solitaria vida?" - menciono el adulto, trato de imitar a su hija pero parecía que lo estuvieran violando.
- ¿Crees que te he perdonado? - desafío la chica con la mirada a su padre. - ¡Mataste a mi madre, maldito idiota! ¿Por qué debería de perdonarte? ¡Te acostabas con la hija de tu jefe. Teniendo una familia!
Sin más que decir, Shō, le dió una cachetada. Estaba arto de la situación, solo culpabilizando a un inocente, quizás. Pero tenía razón yuzu. Y él lo sabía más que nada en el mundo.
Automáticamente llevo su mano a la mejilla comenzando a sobarla levemente.
- Escucha Sara - su voz se volvió a una autoritaria - harás lo que yo diga apartir de este instante. Deberás obedecer me o...- de uno de sus bolsillos de la bata, saco un control remoto, en medio tenía un botón verde y una figurita de cachorro. Lo alzó, llegando a la altura de su rostro, lo miro de reojo y sonrió. - sufrirás las consecuencias.
Presionó el botón.
Su cuerpo estaba ardiendo, chispas y más chispas desprendían de su cuerpo. La híbrido solo gritaba del dolor, se respiración se detuvo por unos segundos. Sus rodillas tocaron el suelo y de ahí todo su cuerpo. Quedando electrocutada. Habían pasado años desde que sintió ese dolor, cada vez que llegaba a portarse mal. Shō era el encargado de sus castigos tan crueles.
En oídos sordos, se escuchaban las voces discutir de los demás, hasta que, finalmente los logro cerrar.
(...)
Llevo su mano a su cabeza, quien dejó de dolerle por hace poco tiempo. Abrió los ojos, queriendo se encontrar a la canina debajo de sus piernas, pero solo estaba ella. Se levantó de golpe a no ver a la canina; gracias al cielo el dolor de sus caderas había desaparecido. Su mirada viajo al reloj:
15:50 pm.
¿Cuatro horas y no regresaba? ¿Se habrá perdido?. Demás preguntas pasaban por la mente de la azabache, antes de actuar e ir a buscarla por las calles, vio una carta sobre la mesa.
- ¿Qué mierda es esto? - susurro, algo en sus adentros decía que era algo horrible y tenían razón.
Y comenzó a leerla:
Amada mei:
Escribo esta carta para decirte lo siguiente:
Mi padre, logro localizarme. No sé cómo mierda lo hizo pero tendré que irme y esta vez será para siempre. No creo poder volver después de esto. Lo lamento.Lo siento, siento por despertar sentimientos nunca encontrados y mandarlos a la mierda de esta forma, cabe decir que fuiste tú quien me rescato por unos años de mi horrible mundo. Estaré eternamente agradecida por eso. ¿Quién diría que una híbrido y una humana...formarían un grande amor? Me gustas, me encantas, a veces me desesperas. Eso no cambia mis sentimientos por tí. La primera chica que le entrego mi corazón. Gracias por darme un noche inolvidable ¿Aún te duelen tus caderas?
Para finalizar: te amo. Gracias por todo.
Atte; yuzuko, siempre tuya.
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Más que tu dueña || 𝐴𝑢 𝐴𝑛𝑖𝑚𝑎𝑠ℎ.
FanfictionLos cachorros son fieles a sus seres humanos o al menos es así cuando no estás apunto de matarlos con una vara de metal. Los cachorros son felices o al menos es asi cuando no intentas experimentar con ellos convirtiendolos en híbridos. Los cachorro...