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- ¡Chan hazte a un lado!- Se quejó Wooyoung sintiendo el cuerpo caliente de su novio abrazarlo. - Me aplastas... ¡Chan!- Wooyoung empujó con poca fuerza el cuerpo del policía y este se desplomó en el colchón a su lado con una leve risa.

- Bebé, ¿Por qué no me dejas abrazarte?- Preguntó indignado el menor.

- Son las tres de la mañana Chan, llegas del trabajo y me aplastas.- Se quejó arrugando su nariz.

- Pero traje pollo frito...- Dijo Bang fingiendo estar triste.

- ¿De verdad?- Woo dudó unos segundos pero después detectó el sabroso olor a pollo y se paró de la cama en busca de este. - ¿Dónde está?

- Ah.. no sé.

-¡No juegues conmigo Christopher Bang Chan!- Así le solía decir cuando estaba enojado pero solo provocaba que Chan sonriera enternecido.

- Ya, lo escondí en el closet.- Le respondió.

El mayor abrió el closet encontrándose con la caja cerrada del pollo frito. Era la primera vez que le traía comida a las tres de la mañana y se lo agradecía.

Chan y Wooyoung son novios. Ultimamente por el trabajo de Chan no se habían visto tanto como les gustaría. A lo mucho Woo lo saludaba entre sueños por lo tarde que llegaba. No siempre pasaba la noche en el departamento de Wooyoung, Chan también tenía su casa pero por la pequeña falta de tiempo para pasar tiempo juntos prefería ir a dormir con su novio.

Mientras comían el pollo parados para no poner la mesa, salieron temas de conversación que despejaban el dolor de cabeza continuo de Chan.

- Amor, ¿Cómo te va en el trabajo? Nunca me cuentas nada.

- No te cuento nada para no preocuparte.

- ¿Qué hay de ese J.One? Todos hablan de él.- Wooyoung no había notado que Chan estaba intentando evadir el tema de J.One lo más posible.

- Él... es el causante de mis dolores de cabeza, es muy astuto, sin duda sabe lo que hace, parece que planeó todo esto desde hace mucho. .- Wooyoung notó que su novio se empezaba a estresar.

- Chan me quedaría hablando contigo pero no has dormido nada por quién sabe cuánto y necesito que duermas.- regañó Wooyoung.

No esperó respuesta del menor para llevarlo a la cama donde se acostaron juntos abrazados.

- Tengo calor.- Dijo Chan separándose.

- Quítate la chamarra.- El problema es que Chan no traía ninguna chamarra. Se separó un poco mas para quitarse su camiseta blanca y aventarla en algún lado del piso. El calor empezó a disminuir solo un poco, pero eso era mejor que nada. Volvió a acostarse a un lado de Wooyoung y lo abrazó con fuerza.

- Channie.- Se quejó Wooyoung.

-¿Te volví a aplastar?- Se separó un poco para asegurarse de no haberlo lastimado.

- No te separes.- Y esta vez el que abrazó con fuerza a Chan fue Wooyoung. Realmente se extrañaban.

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Hyunjin había estado cerrando su cafetería más tarde de lo normal. Necesitaba más personal ya que a él le costaba bastante mantener el pequeño lugar en buen estado. No le molestaba quedarse tarde. No hasta que ocurrió el video.

Intentó convencerse a sí mismo de que era una broma pesada de muy mal gusto. Pero no mucho después de anunciar el vídeo, el cajero de una tienda a dos cuadras de la cafetería se halló muerto con dos heridas de bala en su frente.

Coincidencia.

No fue "J.One".

Tenía que admitir que tenía algo de miedo. Cuando salía del trabajo caminaba lo más rápido que sus piernas se lo permitían.

Igualmente se sentía inseguro estando en su casa solo.

Se sentía inseguro en todos lados aunque intentara aparentar no tener miedo.

Cerraría la cafetería una o dos semanas pero realmente necesitaba despejarse haciendo algo para no pensar en lo que ocurría en el exterior. Se entretenía preparando malteadas, pastelitos, galletas, lo que sea... lo que sea para no volver a ser la persona que era antes.

No era alguien feliz y entusiasta como actualmente intentaba serlo.

Tenía depresión y nula autoestima. No se quería ni un poco. Y la única manera para que olvidara sus problemas era haciendo algo que le gustara.

Lo único que amaba era la repostería y tenía talento para eso. Jeongin era su único cliente para ese entonces.

El menor conocía de los problemas que su Hyung tenía. Acostumbraba visitarlo para que no se sintiera solo por las mañanas y se iba por la tarde cuando empezaba a oscurecer.

De hecho, Jeongin fue el que tuvo la idea de que Hyunjin abriera la cafetería y en el fondo se lo agradecía mucho.

Mejoró sus habilidades preparando postres y conoció a gente interesante.

Por ejemplo. Seungmin.

Ese lindo chico, policía, parecido a un tierno cachorro.

El día que lo conoció entró muy enojado hablando por teléfono. Colgó en cuanto vio que todos los demás clientes se le quedaron viendo sorprendidos. Hyunjin se había quedado estático admirando la belleza que este tenía, ante sus ojos él era hermoso.

Le habían dado ganas de abrazarlo y protegerlo de las miradas raras que le lanzaban.

Se sentó en una mesa lejana y el momento difícil había llegado. Hyunjin tenía que atenderlo sin que se pusiera nervioso. Tomó aire y caminó lo más normal que pudo hasta la mesa y le sonrió preguntándole qué pediría.

Le dedicó una sonrisa de vuelta, la cual casi hace que Hyunjin se desmayara en el momento, y solo dijo "Un capuchino por favor". ¿A nombre de quién? fue lo siguiente que preguntó. "Seungmin".

Seungmin

Desde ese día no se le había olvidado el nombre del chico bonito. Pasó por la cafetería unas cuantas veces más, no muchas. Y esas veces había logrado entablar conversaciones con él, descubrir que tenía un gato, que era policía y su jefe era muy estricto. Pasaron unas semanas y dejó de ir.

Tal vez por eso no planeaba cerrar la cafetería una semana o dos, ni siquiera un día. Tenía la esperanza de que algún otro día volviera el chico lindo.

Kim Seungmin.

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Hellevator || Stray Kids Donde viven las historias. Descúbrelo ahora