》Donde los asesinatos se volvieron algo común en las calles de Seúl y las respuestas se encuentran bajando por un elevador.《
-¿Por qué alguien mataría a gente inocente?
- Esta loco de seguro.
- Ojalá lo atrapen.
- No lo harán.
√ Inicio: 28/Julio/201...
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Muy temprano por la mañana Wooyoung se despertó de golpe al creer haber escuchado un grito agudo pero lejano.
- Fue una pesadilla.- Suspiró hablando para sí mismo. Salió de su cómoda cama y se colocó las pantuflas que estaban a un lado de esta. Caminó con pesadez mientras arrastraba los pies hasta llegar a su pequeña cocina. Tomó un vaso y empezó a verter agua dentro de este hasta que estuviera lleno. Todo estaba en completo silencio, como era normal en el departamento.
Dos gritos más, algo largos pero no tanto. Eso fue lo suficiente para hacer que Wooyoung escupiera el agua que había tomado encima de su pijama azul.
- ¿Qué mierda fue eso?- Algo asustado dejó el vaso en una barra de madera y caminó a una pequeña ventana a un lado de la puerta para asegurarse que todo estuviese bien.
Como se lo esperaba no vio nada ni se volvió a escuchar ningún otro grito. Tal vez su mente le había jugado una muy mala broma otra vez como de vez en cuando lo hacía.
No era la primera vez que se despertaba a altas horas de la noche por haber escuchado algo "inusual" que terminaba siendo absolutamente nada. Pero todas esas cosas de escuchar cosas que en realidad no eran nada habían empezado desde que se mudó a su departamento actual. Además, Woo tenía el sueño ligero y cualquier sonido por más pequeño que fuera lo podía despertar fácilmente.
Regresó a su pequeña habitación en silencio, en caso de que algún otro ruido se presentara.
Dejó sus pantuflas acomodadas en el mismo lugar de donde se las había puesto y se sentó en su cama bostezando. Le llegó una notificación en su celular que hizo que la luz se reflejara en su rostro. En vez de ver de qué se trataba el mensaje recientemente recibido, miró la hora. 5:28 am.
- Tengo mucho tiempo más para dormir.- Sin pensarlo dos veces se tumbó en su cama cubriéndose con las cobijas a su alcance para taparse del creciente frío.
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Bang Chan era estricto con todos, siempre poniendo más y más tareas a cada uno, a veces sin dar descansos muy prolongados. No le gustaba tener que estar gritando una y otra vez los nombres de sus trabajadores.
Todo le generaba un dolor de cabeza insoportable. Muerte tras muerte, desaparecido tras otro. Todo era un caos.
Solo deseaba llegar a su casa y acostarse en su cama y disfrutar de ella hasta que se sintiera nuevamente bien. Pero por cada vez que Changbin y Minho entraban por la puerta de su oficina su deseo se alejaba millones de veces más.
- ¡Changbin!- Gritó por quinta vez en los últimos diez minutos.
- ¿Sí?- El más pequeño entró con el pelo despeinado y notables ojeras en sus ojos por el cansancio.
- Toma un descanso y dile a tus chicos lo mismo...- Se rindió Chan, finalmente.
- No Chan, déjame seguir yo... nosotros...
- Basta, están cansados, así no harán bien su trabajo.
Changbin permaneció unos segundos en silencio para después hacer una reverencia y salir de la oficina.
- El jefe acaba de anunciar que tomemos un descanso.- Al regresar anunció fuertemente a las personas que trabajaban para él en su misma sección.
Todos suspiraron cansados relajándose en sus sillas.
- Quiero que vayan a sus casas y descansen, los quiero mañana a las 6:00 de la mañana para seguir con su trabajo, vuelvan con cuidado.- Aclaró sentándose en su silla.
Poco a poco la sala se fue despejando hasta que Changbin se encontraba solo en esta.
- ¿Qué paso aquí? ¿Dónde están todos?- Minho entró viendo a Changbin solo trabajando con su computadora.
- Chan dijo que descansaremos, ¿A ustedes no les dijo nada?
- Me acaba de llamar, seguro es eso...- Caminó de una esquina de la sala a la otra. -¿Tú no te vas a ir?- Preguntó nuevamente. El pequeño negó sin despegar su vista de la pantalla.
El más alto entró a la oficina de Chan y como ya se lo esperaba, le pidió que tomara un descanso.
Changbin estaba dispuesto a quedarse el tiempo que fuera necesario. Y Minho también. Estaban seguros que se quedarían en la estación con tazas de café para el sueño, papeles en mano y sus computadoras prendidas hasta que encontraran por lo menos una pista de quién es J.One. El problema es que ambos realmente estaban cansados y Chan tenía razón, no harían su trabajo bien de esa manera.
- Me prepararé otro café, ¿gustas?- El más alto preguntó a lo que el más bajo asintió con una sonrisa cansada.
Estaba frente la máquina de café cuando Minho se perdió en sus pensamientos.
¿Qué será de Han Jisung? Sabía que debía estar buscando a ese tal J.One pero de pronto se acordó del más cachetón. La primera vez que lo vio, aunque ante él se mostró algo frío, se le hizo muy tierno como sus mejillas se pusieron rojas al estar enojado; o eso parecía.
Y su amigo, el pecoso, si había ido a la estación de policía una o dos veces a visitar a Changbin. No sabía de donde pero Lix y Seo parecían amigos de toda la vida o hermanos. Felix era de las pocas personas con las que Changbin decía oraciones de más de tres palabras y obviamente Minho sabía el porqué.
- Está muy caliente ten cuidado.- Advirtió Minho. - Binnie ¿Cuándo volverás a ver a Felix?
- Mañana, lo invité a... un lugar.- Sus mejillas se tornaron de un color rojo pero su expresión seguía seria.
- ¿Cuánto tiempo estarás fuera?... sabes para que Chan no se ponga histérico.- Rió Minho seguido por Changbin.
- No mucho, es para sacar información acerca de Jisung.
- ¿Jisung?
- Sí... no confío mucho en él.
- Se ve inofensivo no creo que hasta el momento haya salido de su casa.
-Mmm, tal vez; pero prefiero estar seguro. Tomaré esta salida con Felix como una cita de trabajo así que Chan no tiene que preocuparse por nada.
- No tiene que ser de trabajo, disfruta tu tiempo con Felix y que sea una "cita" normal.- Levantó sus cejas incomodando al más bajo.
-Basta, mejor ponte a trabajar.- Evitó la conversación. - Minho...
- Dime.
- ¿Es muy obvio que me gusta?
- Realmente no, haces un buen trabajo ignorándolo.- Le guiñó un ojo.
No volvieron a cruzar palabras otra vez. Y tampoco estaban completamente concentrados en lo que hacian. Uno pensaba en un lindo pelirrojo pecoso y el otro pensaba en por qué desconfiar de Jisung.