》Donde los asesinatos se volvieron algo común en las calles de Seúl y las respuestas se encuentran bajando por un elevador.《
-¿Por qué alguien mataría a gente inocente?
- Esta loco de seguro.
- Ojalá lo atrapen.
- No lo harán.
√ Inicio: 28/Julio/201...
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Ya habían pasado tres días desde el último asesinato. Las calles se encontraban casi desiertas. Y en las noches no había ninguna alma.
Aunque a Jisung ya le picaba la garganta por matar a alguien, su nuevo trabajo no lo dejaba estar tranquilo.
Hyunjin no entendía la razón del estrés del menor, bueno él llevaba mucho más tiempo trabajando ahí y ya estaba acostumbrado, pero igualmente veía a su empleado muy atareado con esto.
- ¿Seguro no necesitas un descanso?- Era la tercera vez que le preguntaba y siempre recibía la misma respuesta.
- Estoy bien, poco a poco le agarro al ritmo.- Sonrió, como siempre hacía y siguió atendiendo gente. Hyunjin lo veía divertido mientras él escribía unas cosas en su libreta mientras una chica con su hija hacían su pedido. - Un chocolate caliente y un expreso.- No se dio cuenta cuando el de mejillas abultadas ya estaba entregándole la hoja en frente suyo.
-Mmm... Oye Jisung. - Tomó la hoja entre sus manos y leyó nuevamente lo que decía. Pensando en sus siguientes palabras agarró todos los materiales que necesitaba para preparar las bebidas.- Mañana no abriré la cafetería, tengo que comprar algunas cosas que faltan así que puedes tomarte el día.
- ¿¡De verdad!?- Jisung gritó llamando la atención de los clientes. Finalmente podría tomarse un descanso y pensar en su siguiente atentando. Se removió con felicidad y brincó en su lugar emocionado. Hyunjin realmente encantado con la actitud infantil de ese chico.
- ¡Hola Hyunjin!- Otro cliente entró por la puerta de cristal y Jisung tuvo que parar a su emoción. Cabizbajo y algo avergonzado de sí mismo entregó las ya preparadas bebidas.
- ¿Por qué no me llamaste me preocupe?- Hyunjin corrió a abrazar a Jeongin, lo había preocupado. El menor se apartó y miró a Jisung un segundo.
- ¿Lo contrataste?
- No me cambies de tema, ¿Qué paso contigo?
- Oh... perdí mi celular y no tenía cómo hablarte.- Habló avergonzado con un leve sonrojo en sus mejillas.
- Ven, te preparo algo.- Ofreció Hyunjin ignorando el leve rubor del menor, ya estaba acostumbrado a eso y se le hacÍa demasiado tierno.
La plática entre los dos chicos era calmada involucrando varias risas de ambos. Ningún cliente había entrado hasta el momento lo que dejaba algo de descanso a Jisung el cual estaba siendo ignorado.
- ¿Quién es él, Hyung?- Insistió nuevamente el menor.
- Oh, cierto, Jisung.- Llamó su atención moviendo su mano.- Ven un momento.
Jisung se paró desconectando los audífonos de su celular y guardándolos en la bolsa de su suéter.
- Te presento a Yang Jeongin, un amigo mío.- Comentó su jefe.
- ¿Jeongin?- Preguntó Jisung para asegurarse de estar en lo correcto.
- Sí.- Dijo tímido.
- Un gusto.- Sonrió el de mejillas abultadas y extendió su mano para estrecharla con el menor que no dudó ni un segundo en tomarla y sonreír de vuelta.
- Lo verás por aquí mucho por lo que creo que sería buena idea que se conozcan... ¿Qué les parece? Yo atenderé a los clientes mientras tanto.- Hyunjin propuso esa idea con una sonrisa en su rostro.
- Claro.- Los menores dijeron al mismo tiempo.
Hyunjin pidió la libreta de Jisung y éste se la entregó junto con la pluma alejándose para atender a algún cliente que acababa de entrar.
- ¿Cómo te llamabas?- Repitió el menor.
- I.N- Pronunció Jisung en un hilillo de voz.
- ¿Cómo dijiste?- El corazón del menor se aceleró demasiado. ¿Había escuchado bien?
- I.N- Repitió más seguro. Jeongin abrió su boca para preguntar algo, pero las palabras no salieron estaba muy confundido. - No podemos hablar aquí, ve a el elevador en...- Jisung miró su reloj calculando a qué hora debía regresar a su casa del trabajo.
-¿Dos horas?- Interrumpió el menor con una sonrisa divertida, cualquier rasgo de inseguridad había desaparecido de su rostro.
-¿Cómo sabes?
- Yo sé a que hora cierran la cafetería. Ahí te veo... One...
- Jisung.- corrigió. - En la calle llámame Jisung, todo es lo mismo fuera de aquí.- Dejó en claro.
- Claro, Jisung.- El menor tenía un millón de dudas, tal vez podría resolverlas dentro de unas horas... o tal vez no; J.One era un jodido misterio.
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Felix no se atrevía a salir de casa como si de una Apocalipsis zombie se tratase. Tenía las noticias puestas en la televisión como siempre esperando a algo importante.
Todavía no recibía ninguna llamada de su primo y eso le preocupaba más, ¿Y si le había pasado algo? Él era la única pequeña esperanza que tenía para encontrar la razón de su aislamiento.
Tomó una palomita del plato situado en medio de la mesa. Tenía cobijas encima mismo para cubrirse del espantoso frío que hacía, algo inusual para la época del año.
Agarró con ambas manos la taza caliente de café y dio un pequeño sorbo.
Felix realmente se preguntaba si los policías podrían atrapar a J.One, hasta el momento no lo habían hecho.
- Los policías no lo atraparan.- Las palabras de Jisung resonaron en su cabeza una y otra vez. Odiaba la poca fe de su amigo.
Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando se lo imaginó en la misma situación de miedo que él, o peor.
Tras unos minutos de que en las noticias no hubiera nada interesante el sueño se apoderó de Felix después de no haber dormido nada la noche anterior.
Apagó el televisor y caminó arrastrando sus cobijas escaleras arriba. Se tumbó en la cama mirando el techo sin pensar en nada. Pura tranquilidad.
Sus ojos le empezaban a pesar y dejó de poner resistencia en estos.
A los segundos su respiración se calmó al igual que los fuertes latidos de su corazón dando a entender que ya estaba profundamente dormido.