Butterfly. ✨ᴊᴜηɢᴋᴏᴏᴋ

Uno.

HeeYon

Las estúpidas gotas de la lluvia llegan a mis labios causando que me ahoge poco a poco. ¿Porqué mis padres me mandan a comprar si saben que esta lloviendo?

Ni siquiera llevé una sombrilla para cubrirme, encima salí con una prenda de vestir algo descubierta, y aseguró que obtendré un resfriado demasiado fuerte, y eso no es una ventaja, porque a pesar de que muera con cualquier enfermedad, la escuela es primero, siempre ha sido así, y pensandolo bien, quejarme como una niña de Kinder, no hará que la lluvia se detenga, y mágicamente salga el sol, es demasiado absurdo.

-¡Aah! -me queje para mi misma, miraba a mi alrededor, muchas personas con unos abrigos anchos y gruesos, con sombrillas, y con un acompañante. Literalmente todas las personas están con alguien abrazados, y riendo, como si la lluvia fuera un chiste o algo parecido.

En cambio, otras me veían raro, por tener un atuendo descotado, en pleno invierno. ¿Ridículo no?

Tres malditas cuadras para llegar a la magic shop, y mis zapatos no dejan de salpicar agua por doquier. ¿Saben qué fue lo peor?

Tras caminar como una estúpida, un carro paso de mi lado con mucha velocidad, haciendo que un enorme charco de agua y lodo, me empapara completa, y lo peor fue que todos; niños, ancianos, chicos, y chicas se rieron de mi, a carcajadas.

No podía no quejarme después de esto, maldecia cada minuto, e insultarle al chófer de aquel carro, solo hizo verme más ridícula. -¡Estúpido imbécil! -volví a gritar, cautivando la atención de las personas de mi alrededor.

-¿Qué demonios me ven? -alcé mis hombros, y como lo pensaba, todos empezaron a "murmurar"

La lluvia había acabado, supuestamente, levante mi quijada, y como por arte de magia, la lluvia volvió atacarme, y esta vez con máxima potencia como la anterior.

-¡Maldita sea! -grité, queriendo echarme a correr, pero esta vez mis pies fallaron.

El lodo de mis pies, se veía por todas partes, mis brazos era como globos que se movían al son de mi espalda, que poco a poco iba para atrás, mi cabello salpico a mis ojos, quebrando mi vista, mi estómago tenía una adrenalina exquisita. Estaba esperando el horrible golpe que llegaría a mi trasero, a mi espalda, y a mi cabeza, probablemente muera en este instante.

Cerré mis ojos, encogiendo mis labios, al igual que mis hombros. Pero una mágica salvación llegó a mi cuerpo, en cuestión de segundos sentí unos brazos alrededor de mi cuerpo, no pude ver con claridad, solamente sentí un reloj en mi cintura, que era de aquella salvación.

La salvación me colocó de pie, todo mi cuerpo fue a su normalidad, mi cabello de por si, ya estaba enredado, no podía preocuparme más.

Mi irregular respiración hizo que el chico riera, con los puños de mis manos, limpie mis ojos para ver con claridad. -Ay. -dije, puesto que toda mi cara esta llena de tierra, y sentí un dolor en ellos.

-¿Estás bien? -el chico sostuvo mis muñecas, y un pequeño escalofrío paso por mi vena.

La voz del chico, es gruesa, y refrescante a mi oído. Al fin pude abrir mis ojos, y vaya sorpresa.

Es un chico, totalmente hermoso. Con unos ojos negros como la noche, con un cabello un poco ondulado por la lluvia, con una piel seca, pero radiante a la vez, con una sonrisa colgate, y díganme ridícula, pero la lluvia lo hacía más perfecto. Tiene un aroma a cielo, una droga para mis fosas nasales.

-¿Estás bien? -volvió a preguntar, y fingi atragantarme, primera vez me quedé muda frente un chico.

-Estoy bien. -dije, y el chico volvió a sonreír.