Butterfly. ✨ᴊᴜηɢᴋᴏᴏᴋ

Siete.

K. HeeYon.

Estaba en un momento de resaca, horrible, siempre tuve resacas normales, y no tan fuertes, pero esta vez, fue demasiado horrible. Tenía los ojos aún cerrados, no quería levantarme, tengo mucho sueño.

Sentí unos piquetes en mi mejilla, supuse que son mis dos molestos hermanos. —Basta. —dije aún durmiendo.

Abrí mi boca, y el olor a licor muy desagradable llegó a mis fosas nasales, e hice una mueca en mi cara, suspire, y acerque mi cara a mi almohada, que no tengo la menor idea de porqué, tenía el agradable olor de Jungkook, creo que la noche de ayer, su olor se quedó plasmado en mi, e inconscientemente abracé más a la almohada, y en eso su nombre no dejaba de atormentarme. Jungkook susurre.

—¿Si? —mis ojos se expandieron, al escuchar la voz de aquel tormento que no me dejaba tranquila.

Me levante de inmediato, las cobijas se fueron de mi cuerpo, y frunci el ceño al ver a Jungkook con su cuerpo posado en la ventana de aquí, con sus manos en los bolsillos, con la misma ropa de ayer, y con una sonrisa totalmente hermosa. —¡Qué demonios haces en mi casa! —grité.

Soltó una risa, y con su mano en su quijada, alzando una ceja, habló. —Al parecer sigues ebria. —bajo su mano, para cruzar sus brazos. —No sé si te has dado cuenta, pero estas en mi casa niña. —tras esas palabras, mire todo a mi alrededor, y todo se parecía a Jungkook.

Tenía su cuarto de color celeste oscuro, tenía una mesa de noche, y en ella una libreta con un bolígrafo, y una lámpara muy bonita. A lado de su cama había una guitarra negra. Y en una cómoda, había una foto de sus amigos.

¡Tierra tragame porfavor!

—Que.. demonios.

—La pasamos muuy bien anoche, ¿lo recuerdas? —mis mejillas se pusieron totalmente rojas, me quedé sin habla, mis respiración se hizo irregular, mi corazón se paralizó.—Lo haces tan bien. —dijo mordiendo su labio inferior, acercándose más a mi, destruyendo todo dentro de mi.

Solo observé como Jungkook se acercaba a mi, con una sonrisa pícara, y pensamientos perversos llegaron a mi mente, tan solo imaginar eso, mi mente quedaba en blanco.

¿Yo con un chico que apenas conozco? Debe ser una broma.

Podía diferenciar el exquisito aroma que salía del cuerpo de Jungkook, cerré un instante mis ojos.

—HeeYon. —susurro cerca de mi, erizando mi piel. —¡Es broma! —gritó golpeando mi cabeza, despeinandome totalmente.

Con los cabellos en mi cara, respire frescamente, y mi cara se puso de un alivio extraordinario.

—¡Estúpido! —grité retirando mi cabello.

—Vístete, tenemos que irnos. —dijo, lanzando una rara vestimenta de color rosado. —Muévete, no tengo mucho tiempo. Debo hacer.. cosas.

—Si estas ocupado, yo sola puedo regresar a mi casa, conozco perfectamente el camino. —dije con la ropa entre mis manos.

—Por supuesto que no. —negó—Tus queridas "amigas" me rogaron que te cuidara, y debo hacerlo.
No es que me importes, solo que la palabra de Jungkook debe ser cumplida.

—Ajá. —nunca le había escuchado hablar tanto en un solo momento.—¿Y qué es esto? —frunci el ceño, refiriéndome aquel atuendo que Jungkook me había dado.

—Te compre esa ropa. —giró para salirse del cuarto. —No me agradezcas tampoco. —cerre mis ojos por el fuerte ruido de la puerta.

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