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Cuando Midoriya Izuku volvió a despertarse, lo hizo de forma incómoda. El brillante sol matutino llenaba la habitación de forma indirecta, haciendo ver todo vivo. Inspiró antes de toser suavemente debido al picor de garganta, giró su cabeza al lado contrario y saltó al ver como en el sillón estaba el hombre rubio, pero esta vez despierto y mirándole fijamente.

- buenos días -le dijo el hombre, con un tono de voz grave que le provocó un escalofrío al pecoso. Izuku se removió un poco en su lugar antes de tragar saliva, clavando su mirada con valentía en los rubíes que resplandecían como las piedras preciosas.

- buenos días - respondió Izuku con ligera timidez, viendo como el hombre cambiaba su postura, apoyando su espalda contra el respaldo y cruzando la pierna izquierda por sobre la derecha.

- ¿de verdad no me recuerdas, Deku? -dijo el hombre mientras le miraba fijo, Midoriya negó con su cabeza mientras se fijaba en sus expresiones, la cual se ablandó un poco ante su negativa- ¿nada de nada? -le dijo el hombre, provocando otra negativa por parte del menor. El hombre asintió suavemente con su cabeza, frunciendo sus labios- tú y yo somos pareja desde los 19, nos casamos con 21 años, llevamos cuatro años casados, nos conocemos desde que tenemos memoria - le dijo, haciendo así que el pecoso ladeara su cabeza.

- de verdad no te recuerdo -susurró el chico, haciendo así que el rubio se relajara un poco en el asiento, apretando sus labios.

- deberíamos presentarnos antes, entonces -le dijo mientras aflojaba sus brazo y estiraba su mano del anillo, dejándola levemente temblorosa frente a él- soy Bakugou Katsuki -le dijo de forma seria, dejando caer su nombre como un hielo sobre él.

Explosión, podía notarlo, era un hombre explosivo, o al menos creía eso por como se comportaba con él. Suspiró suavemente antes de asentir con su cabeza, al menos el rubio ahora no era el rubio, era Katsuki.

- Midoriya Izuku - murmuró mientras subía su mano, estrechándola suavemente. Su mano era sudorosa y tibia, algo que al principio le disgustó, pero pensó que si se casó por él no debía de importarle.

- lo se, Deku -dijo Bakugou con una sonrisa, antes de apretar suavemente su mano y que se estrecharan. Permanecieron unos segundos así hasta que el pecoso separó su mano, suspirando de forma pesada- ¿Necesitas algo? Puedo traerte algo de comer si lo deseas o algo traerte algo de casa -le dijo, viendo como el rizado subía una mano a su rostro, cubriéndolo suavemente.

- a mi madre y una explicación, por favor -gruñó antes de negar con su cabeza. Sentía sus sienes palpitar al ritmo de su corazón y con esto el bombear de toda su cabeza. Se recostó del otro lado justo en el momento en que Bakugou se puso de pie y salió del cuarto y no se giró hasta que sintió la voz de su madre. Se sentó lo más rápido que pudo y sonrió al ver a su madre entrar seguida de Bakugou y un doctor.

Una vez todos estuvieron ahí, el doctor comparando dos radiografías comenzó a explicarle a Izuku lo que había sucedido y sus hipótesis sobre pérdida de memoria. Debido a Recovery Girl, quien había venido cuando no estuvo, sus costillas y el resto de su cuerpo se encontraba sano, lo único que no había sido remediado había sido su memoria.

- te recomiendo sinceramente que comiences a integrarte a tu vida anterior -le dijo el doctor, mientras miraba de forma fija al pecoso- no deberías demorar mucho ese proceso

- ¿a qué se refiere? -dijo el rizado mientras miraba lo más atento posible al doctor. Giró su cabeza y vio a su madre y luego a Bakugou, quienes se miraron entre ellos y luego miraron al doctor.

- volver a su rutina, Izuku -le dijo mientras cruzaba sus brazos por detrás de él- volver a su casa, con su pareja, a su trabajo, a hacer todo lo que hacía antes de su accidente, puede que en algún momento lo recuerde todo, y entre más pronta sea su reintegración existe una mayor posibilidad -le aseguró- le daré el alta en una semana, para asegurarnos de que no vaya a tener ninguna complicación, y a ustedes debo darles indicaciones -dijo el doctor, señalando a la peliverde y al rubio. Se despidieron poco después y salieron nuevamente los tres, dejando a Izuku solo con sus pensamientos.

Se sentó de forma más erguida y se apoyó en los pies de su camilla, inclinándose por la puerta para ver como el doctor hablaba con ambos, y tanto su madre como Bakugou le escuchaban de forma atenta. Mordió su labio al observar con mayor atención el cuerpo del hombre.

Hombros anchos, cintura estrecha, tenía abdomen plano y se notaba a través de la camiseta que estaba ejercitado, sus brazos y piernas eran musculosas, además de tener un rostro hermoso, con ojos rasgados y nariz fina.

Suspiró al notar eso y volvió a sentarse en su lugar, riendo un poco al pensar que su elección había sido buena.

- ojalá sea buena persona -murmuró mientras volvía a cubrir sus piernas con las sábanas y miraba por la ventana. A fuera había un brillante sol y parecía hacer viento y calor.

- Izuku -llamó su madre, quien de inclinaba por la puerta del cuarto para mirarle- ¿te gustaría bajar al patio a ver como va todo? -le dijo Inko de forma amable, suspirando un poco cuando su hijo negó con su cabeza.

- no me siento bien, la verdad, tal vez debería descansar -murmuró provocando que la mujer sonriera suavemente, antes de asentir.

- es verdad corazón, es mejor que durmieras ahora -aseguró, viendo como el pecoso les sonreía desde la camilla.

Katsuki vio a su suegra volver, quien negó suavemente con su cabeza.

- dijo que no se sentía bien -dijo de forma angustiada la peliverde, suspirando de forma triste- me preocupa sinceramente de que no vuelva a ser el mismo

- no será nunca el mismo, señora Midoriya -le dijo el doctor, quien subió su mano y la dejó suavemente sobre su hombro- pero depende de todos ustedes que pueda ser feliz.

A Bakugou le gusta MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora