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A pesar de ser las 4 de la mañana y del calor del ambiente, Bakugou no sentía cansancio alguno mientras preparaba dos tazas de té de hierbas en la cocina. Se encontraba descalzo, calzando apenas unos boxer y a torso descubierto por culpa del calor mientras miraba de forma levemente somnolienta como el agua comenzaba a teñirse. Tomó ambas tazas y volvió a su cuarto, donde estaba su esposo sentado en la mitad de la cama, con el pelo revuelto, la respiración agitada y su angustiada mirada puesta en la ventana, observando como por detrás de la delgada cortina de verano y la ventana abierta se alzaba un amanecer naranjo intenso. 

- Deku, bebé, toma -le dijo Bakugou mientras dejaba su taza en su mesita y se sentaba en la cama junto a su esposo y le tendía con ternura el objeto de cerámica. El pecoso se giró y le sonrió de forma cansada, irguiéndose para tomar la taza con cuidado. 

- perdona que te haya despertado denuevo -le susurró mientras sostenía la taza y se inclinaba suavemente contra él, haciendo que así que su esposo le abrazara con cuidado y le dejara contra su pecho, acariciando los rizos con sus dedos. 

- descuida, las pesadillas no son culpa tuya -susurró el mayor mientras se estiraba a besar de forma dulce la cabeza del moreno, acariciando su piel con suma dulzura. 

Desde el momento en que despertó y comprobaron que era realmente él, él les contó porqué había despertado de un grito. A Bakugou se le estremecía la espalda al recordar como su esposo había hablado esa vez mientras comía un postre, tratando de distraerse. 

- fue muy extraño -le dijo a Bakugou, Kirishima y Uraraka, quienes estaban en ese momento presente- recuerdo que volé directo al primer piso cuando vi a un chico atrapado entre algunos de los escombros, sabía que Kirishima y Uraraka me gritaban pero no los escuché, yo solo corrí y no me di cuenta nunca que el edificio lo sostenía Ochako sino hasta cuando me giré con el chico en brazos y ella solo vomitó por el sobre esfuerzo y Kirishima corría hacía mi -murmuró y mientras jugaba con sus manos, teniendo una leve mueca de disgusto- y levanté la cabeza y vi como el resto del edificio se me vino encima, ¿sabes? y pensé en Kacchan, que me esperaba en casa -susurró, antes de negar con su cabeza y dejar sus manos en su regazo, girando su vista por la ventana para así ver como la gente llevaba su concurrida vida con normalidad- y parpadeé y desperté aquí, y fue raro, en ese momento no fui ni capaz de gritar, de respirar, de nada -murmuró es antes de sorber su nariz y tratar de mover la conversación a otro tema. Una vez que Midoriya se durmió esa noche que pasaría en observación, los tres jóvenes se quedaron en la cafetería del hospital, mirándose de forma acomplejada.

Sin embargo, su esposo tenía constantes pesadillas con ese episodio, aunque había pasado ya un mes desde el día del procedimiento médico. Al principio se despertaba gritando como en el hospital, desesperado de encontrar a su esposo cerca de él, pero con el pasar de los días fue haciéndose menos intenso, como esa misma noche, que Bakugou se había despertado por el movimiento que hizo su esposo al sentarse en la cama, ya que Midoriya sintió que solo necesitaba respirar. 

Midoriya alzó su mirada y sonrió al ver a su esposo, quien seguía en silencio acariciando su cabello con suma dulzura, viendo al igual que él el amanecer que se alzaba a través del horizonte. Volvió a erguirse y le dio un sorbo al té, suspirando tranquilo al sentir como el calor del agua en su boca y bajando por su garganta le relajaba. Se estiró suavemente a dejar un corto beso en los labios de Katsuki antes de sentarse mejor, mirándolo de frente. 

- ¿tienes patrullaje hoy? -le dijo mientras ladeaba su cabeza y veía al rubio estirarse a tomar su propia taza, para darle un sorbo mientras negaba, mirándole con mirada dulce- entonces vuelve a dormir, yo dormiré en un rato -le murmuró Deku mientras estiraba una de sus manos y la dejaba con delicadeza sobre la piel de la pierna de su esposo- yo estaré bien

- no lo niego, Deku -le digo Bakugou mientras tomaba la mano de su esposo entre las suyas, acariciando suavemente los nudillos con su pulgar- pero no te dejaré solo, me preocupo por ti -le dijo mientras dejaba su taza de lado y tomaba suavemente la de su esposo, dejando la misma en la mesita de noche antes de recostarse sobre la cama, palpando a su lado antes de que el pecoso se recostara y dejara su cabeza en el suave pecho del mayor. Inhaló hondo en la piel, sintiendo el dulce olor que producía su esposo de forma natural antes de alzar su vista y clavarla en los rubíes que le admiraban desde la penumbra.

- te amo, Kacchan -susurró bajo mientras se acurrucaba y le observaba con dulzura, viendo como el rubio le miraba en silencio- te amo mucho, de verdad -le susurró antes de dejar un dulce beso en su pecho y finalmente cerrar sus ojos, buscando dormir mientras escuchaba los latidos de su esposo. 

Katsuki tragó saliva de forma pesada al sentir como su pecho se apretaba de felicidad al saber que tendría para siempre la voz de su esposo diciéndole eso, llamándole Kacchan, diciéndole que le amaba y como le tocaba de forma única. Aunque les había costado hacerle entender a Deku que estaba un año atrasado en su memoria y que algunas cosas habían cambiado, su cuerpo completo se llenaba de gozo al sentir como el pecoso le sonreía de forma radiante y amorosa. 

- yo también te amo, estúpido Deku -le susurró antes de subir una mano a la espalda de su esposo, acariciándola suavemente para no despertarle. 

A Bakugou le gusta MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora