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A Bakugou Katsuki se le vino el mundo abajo cuando Midoriya Izuku lo abandonó. De forma repentina le había perdido el rastro, ya que el pecoso había cerrado todas sus redes sociales y no contestaba a ninguna de sus llamadas o mensajes. Recordaba que en cuanto se repuso fue a ver a la madre de Midoriya para ver si se encontraba allí, pero la señora Inko dijo que su hijo le había dicho que se había ido de casa, pero que no le diría donde estaba ya que no quería que Bakugou le buscara. Pasó los primeros cuatro meses llamándole todos los días, las primeras semana le llamaba cada hora, una y otra vez con la esperanza de que el pecoso le contestara, pero nada sucedió.

Con el pasar de las semanas, sentía que ya podía respirar sin él. Se lo había topado una que otra vez por la calle, o en una reunión de logística para misiones, pero ambos se limitaban a seguir con su camino. En los seis meses que estuvieron separados, Bakugou no fue capaz de sacar su anillo nupcial de su dedo, joya que admiraba de forma melancólica día tras día.

El día que se cumplía un año y un mes del accidente de Midoriya donde perdió la memoria se encontraba saliendo de un patrullaje nocturno. Sentía su cuerpo fatigado y su estómago pedía a gritos un desayuno, por lo que se desvió a la primera cafetería abierta que vio. En el lugar no habían más de dos o tres personas, cada uno ensimismado en su mundo, por lo que fue directamente al mesón y pedir un café y un trozo de pastel, luego de haber pagado permaneció de pie examinando el lugar, hasta que comenzó a girar su vista hasta que se topó de frente con la mirada esmeralda de Midoriya, que le miraba de forma asombrada desde su altura en el asiento de la cafetería.

- Katsuki -murmuró, mientras dejaba el diario que tenía entre sus manos y miraba al rubio, a quien se le iluminó el rostro al ver como luego de casi 7 meses, tenía en frente al amor de su vida.

- Deku -murmuró asombrado, mientras le examinaba lo más rápido que le permitía su mirada antes de que pasara a ser un comportamiento extraño. Se veía un tanto más delgado y tenía un su rostro una barba corta, de no más de 5 días, además de llevar unas ojeras debajo de sus ojos, que se veían brillantes debido al efecto de la mañana. Bakugou se distrajo cuando la persona tras el mostrador le entregó su pedido mientras Izuku despejaba la mesa del desorden que tenía y sacaba su bolso de la silla vacía, haciendo así que Bakugou fuese a sentarse frente a él, sonriéndole levemente. Se quedaron mirando en silencio un poco antes de que Midoriya sonriera aún más amplio, solo recalcando el cansancio que llevaba sobre su rostro.

- no hemos hablado en mucho tiempo, Bakugou -le murmuró el pecoso mientras se acomodaba a verle, observando aún como Katsuki seguía un poco en shock- yo... Quería hablarte desde hace tiempo, Katsuki -murmuró Izuku mientras bajaba la vista a su café, tomando la cuchara para revolverlo un poco, intentando apaciguar su nerviosismo- mucha gente me habló sobre como cambiaron las cosas entre nosotros, Todoroki y Uraraka, Kirishima, tu madre, incluso All Might, ya que fui a visitarlo a su casa hace unos meses -aseguró mientras sacaba la cuchara y la dejaba reposar en el platillo, cruzando sus brazos mientras apoyaba sus codos en la mesa, dejando su vista gacha- y la verdad quería hablarte, pero no me daba el valor -murmuró el rizado antes de alzar su vista y ver como ahora Bakugou le miraba un poco confundido.

- ¿ha ocurrido algo? -le dijo Katsuki mientras le miraba con atención y dejaba totalmente de lado el cansancio y hambre que sentía su cuerpo al ver los gestos de preocupación en el rostro de su aún esposo. El pecoso vaciló un poco con su cabeza antes de alzar un poco sus hombros, moviendo apenas la delgada tela de la camiseta que llevaba encima.

- no aún, de hecho, por eso se supone debí haberte llamado -le dijo mientras apoyada su codo en la mesa y en su palma de la mano su mentón, suspirando un poco pesado mientras en su labio se formaba un leve puchero con su labio interior- ¿recuerdas a Eri, no? la niña que rebobinaba -le murmuró mientras Bakugou asentía levemente con su cabeza- pues me la topé en la calle hace tal vez un mes, iba yendo con Aizawa y bueno, les he contado de todo el tema del accidente y la pérdida de memoria y bueno, ella me ha dicho que cree que hay una forma de que... bueno, vuelva a ser el original yo -murmuró mientras se erguía y le miraba de forma fija, haciendo así que el ojirubí ladeara su cabeza. 

- ¿con su singularidad? -le dijo confundido, viendo como su esposo asentía con su cabeza de forma lenta, bajando su vista al café para tomar la taza y subirla a su boca, dándola un sorbo. Le imitó por inercia, probando así por primera vez el café que había pedido. Una vez ambos tragaron y devolvieron las tazas a la mesa el pecoso apretó sus labios levemente. 

- va a ser como si este año nunca hubiese ocurrido, Katsuki -dijo en un murmuro mientras le sonreía un poco, alzando sus hombros luego- me van a internar en unos días y dijeron que era mejor que tratara de hacer lo más parecida mi vida a lo anterior, ya que iba a ser como si fuese solo un pestañeo, o eso dijo el médico cuando fui a consultarle sobre lo que había dicho Eri, y bueno, no te he hablado porque tampoco sabía de donde partir -dijo con una leve sonrisa torcida, la cual se desapareció luego de unos segundos. Permanecieron unos segundos en silencio antes de que Izuku alzara su vista y la clavara en los rubíes que le examinaban- ve conmigo, por favor

aviso que no deben quedar más de dos o tres capítulos.

A Bakugou le gusta MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora