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Katsuki no tuvo una idea exacta de a que hora se durmió, o a que hora se durmió Midoriya, solo supo que al momento de despertarse sentía su cuerpo cansado y a su lado la cama estaba vacía y helada. Por solo cinco segundos pensó en que soñó todo el tiempo, hasta que vio como Midoriya se asomó por la puerta de la cocina, saltando en su lugar con sorpresa al ver como se sentaba en la cama, frotando su cara con sus manos mientras suspiraba frustrado al sentir la desagradable sensación de tener los levemente irritados. 

- ¿qué es lo que haces? -dijo en voz alta mientras se levantaba, caminando descalzo hasta el armario, donde sacó unos boxers y luego unos pantalones de pijama, colocándose esos mientras caminaba devuelta a la cama, colocándose sus pantuflas y observaba por la ventana como comenzaba a caer pequeños copos de aguanieve- ¿encendiste tú la calefacción? -le dijo mientras caminaba hacia la sala y ladeaba su cabeza al ver la mesa puesta: la arrocera estaba a solo unos minutos de terminar el proceso de cocción, habían tazas de té ya servidas, además de la cocinilla en la que estaba una sartén con tocino cocinándose. 

- sí, estaba muy helado en la mañana -le dijo Midoriya mientras salía de la cocina, portando en sus manos una pequeña olla junto a unos platos y un cucharón- siéntate, por favor -dijo con una sonrisa dulce mientras dejaba la olla junto a la arrocera y le entregaba su plato, sonriendo luego- ¿tú comes el arroz con huevo? -dijo mientras ladeaba su cabeza, viendo como el rubio ceniza le miraba extrañado mientras negaba, Midoriya asintió suavemente mientras suspiraba aliviado- entonces solo me faltan los palillos, ya vuelvo -le dijo con una sonrisa mientras iba hacia la cocina. Bakugou observó la mesa con detenimiento, asombrándose levemente de con la exactitud de cosas que había puesto, se inclinó y levantó la tapa de la olla, oliendo la sopa miso que había preparado, asombrándose de sentir el picante en la sopa. 

- ¿y todo esto qué es? -dijo cuando volvió el rizado con los palillos en la mano. Le entregó unos antes de sentarse al frente de él, usando sus palillos para tomar el tocino y darlo vuelta, mostrando como el lado de la sartén estaba humeando y crujiente, justo como le gustaba a Bakugou. 

- te escuché llorar toda la noche, y tampoco pude dormir al escucharte, y en parte sabía que era mi culpa, entonces me dediqué toda la noche a inspeccionar la casa, y encontré esa caja, eran mis notas sobre héroes -dijo mientras señalaba la caja que estaba en la silla junto a Katsuki- y en uno de ellos tenía anotadas cosas sobre ti, y una de esas notas eran como te gustaba la comida, y pensé que si te hice sentir mal era mi deber enmendarlo -dijo de forma suave, mientras tomaba ambos platillos y servía sopa en ellos, luego tomando otros para colocarles arroz. Bakugou se quedó en silencio todo el tiempo que habló debido al nudo en la garganta que sintió cuando terminó de hablar. Se mantuvo aún en silencio cuando Izuku sacó el tocino y lo dejó en un plato, colocando otros a cocinar- ¿está bien que haga esto? -le dijo Midoriya mientras le miraba, aún un poco confundido. 

- sí, muchas gracias -le dijo de forma suave, estirando su mano por la mesa hasta tomar la de Izuku, quien aunque se tensó unos segundos, se fue relajando hasta que entrelazó sus dedos con los de Bakugou, sonriendo suavemente- muchas gracias, de verdad, se ve delicioso -aseguró mientras con su mano libre tomaba el tazón de miso, dándole un sorbo y sonriendo una vez tragó, al sentir como la sopa era picante pero refrescante- y lo está -dijo con una sonrisa antes de soltar a Izuku. 

Ambos agradecieron por la comida y comieron de forma amena, charlando de cosas banales y de las cosas que debían hacer en la noche, ya que ambos tenían patrullaje. Bakugou se sentía devuelto en el tiempo mientras observaba como Midoriya hablaba de forma efusiva sobre cosas que había visto en el trabajo y como había cambiado todo desde la última vez que lo recordaba. Recogieron la mesa en conjunto y mientras Katsuki lavaba los platos, sintió como Izuku lo abrazó por detrás y apoyó su mejilla en la unión de su cuello con sus hombros, justo como lo hacía Deku. 

- lamento hacerte sufrir tanto, Katsuki -susurró suavemente- se que ha sido difícil para ti también, por favor, perdóname, te juro que trataré de poner más de mi parte para conocerte más -le murmuró antes de dejar de forma tímida un beso en su hombro derecho, sonriendo luego. 

- está bien, no es culpa de ninguno -le dijo Bakugou en un murmuro, mientras terminaba de lavar lo último y colocarlo a secar. Secó sus manos con un paño de cocina y se giró a ver a Izuku, quien le miraba desde abajo debido a los escasos centímetros más bajo que era- está todo bien, ¿sí? -le dijo de forma dulce, estirándose a besar la frente del pecoso mientras este dejaba su cabeza contra el hombro del mayor. Se quedaron en silencio unos minutos antes de Izuku apoyara separara su cabeza de él y le mirara sonriente. 

Hicieron limpieza a la casa mientras Midoriya bombardeaba con preguntas a Bakugou, quien luego de dos horas tenía la paciencia colmada de tanto escucharle preguntar. En el momento en que vieron que comenzó a nevar y luego fue una tormenta fuerte, ambos sacaron sus trajes de invierno y se fueron juntos al trabajo, donde se despidieron de un corto y discreto beso cuando llegaron a la puerta de la agencia de Izuku. 

Mientras caminaba, Bakugou no podía evitar sonreír por detrás de la bufanda que portaba, sintiendo una enorme alegría al poder finalmente recordar como era tener la piel que fue de su Deku cerca. 

A Bakugou le gusta MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora