16

6K 787 48
                                    

- Katsuki! -sintió la dulce voz de su esposo a su espalda. Se giró y vio como entre el tumulto venía Midoriya, portando sobre sí una chaqueta gruesa de plumas, un gorro y una mascarilla negra, mientras corría con el bolso en su mano. Ver a su esposo correr hacia él en medio de la gente y los copos de nieve hizo que Bakugou se sonrojara levemente, abriendo sus brazos cuando el pecoso llegó hacia él y se estrelló en su pecho, riendo un poco- perdona por tardar -le dijo mientras elevaba su vista y se bajaba la mascarilla, con el fin de estirarse a besar de forma demandante los labios del mayor, jalando su labio inferior con los suyos, haciendo así que Bakugou bajara sus manos a las caderas del rizado, sosteniéndolo por allí. Cuando se separaron el rizado le miró con una sonrisa mientras deslizaba suavemente su lengua por sus labios, delineándolos. 

- llegaste, eso es lo que importa -le dijo Katsuki a su esposo mientras le soltaba y subía sus manos a la mascarilla de su esposo, reacomodándola en el rostro del contrario- ¿ya sabes qué es lo que quieres hacer? -le dijo el rubio mientras tomaba por la mano suavemente a su marido, viendo como este sonreía de forma dulce y negaba con su cabeza, viendo como la sonrisa se ampliaba por como sus ojos se achinaban. 

- ¿y si comemos algo? no tengo ganas de beber -le dijo Midoriya mientras caminaba con su esposo por las concurridas calles de Kamino, barrio reconocido por su vida nocturna. Katsuki miraba con atención a su esposo, quien le hablaba de forma animada como había sido su día en el trabajo, donde habían ido a una actividad de UA como héroes de apoyo. Bakugou se detuvo y señaló el edificio de oficinas, que en su momento había estado el galpón donde se escondía la liga de villanos con los ya extintos Nomu, haciendo así que el peliverde se distrajera y mirara donde señalara. 

- ¿no recuerdas ese lugar? -le dijo en un murmuro, viendo como el pecoso luego de mirarlo por unos segundos llevó su vista hacia el carmín y negó con su cabeza, confundido. El rubio ceniza asintió suavemente con su cabeza antes de apretar con dulzura su mano, sonriéndole de forma apasible- sigamos, podríamos ir a un lugar de ramen y pollo frito excelente -le dijo amable, mientras seguían caminando, confundiendo levemente a su pareja. 

Desde el día del desayuno, se habían comprometido en tratar de conocerse mejor y quedar por lo bajo una vez a la semana para tener una cita en algún lugar que no fuera su casa. En la primera fueron a caminar a un parque que había cerca de su casa, en la segunda fueron a desayunar helado después de un patrullaje nocturno, en la tercera le llevó a que conociera a su padres, donde pudo ver como su esposo seguía siendo alguien sumamente vergonzoso a veces, y esa cuarta vez se encontraban en Kamino, ya que Izuku pensó que sería interesante alguna vez salir. Habían terminado en dicho restaurante, cenando ramen y pollo frito mientras el rizado, tan parlanchín como siempre, le seguía hablando de la nueva generación de héroes que saldrían ese año. Después de comer y asegurar de que lo único que quería era llegar a acurrucarse con él, ambos pagaron a cuenta y se fueron tomados de la mano, caminando todo el camino hasta casa. 

Mientras caminaban en silencio, ambos dándose calor con el contacto de sus pieles, sintió como Izuku se desvió un parque a solo cuadras de su casa, yendo hacia una de las bancas nevadas. Bakugou soltó la mano del chico cuando vio como con su mano sacaba la nieve y se sentaba, palpando el húmedo lugar a su lado. Katsuki dudó un poco antes de sentarse a su lado, viendo como el chico le miraba con una sonrisa melancólica. 

- ¿tú preferirías que todo fuera como antes? -le dijo el pecoso en un murmuro, viendo directamente a los ojos de Katsuki. Podía notar como el rizado se encontraba extraño desde hace unos minutos, ya que su ritmo respiratorio se había elevado y se encontraba inquieto. 

- ¿por qué preguntas? -le dijo Bakugou mientras subía una de su manos y sacaba la mascarilla del pecoso, viendo como este tenía un puchero en sus labios. Midoriya apartó su mirada en dirección al piso mientras tragaba saliva, negando suavemente con su cabeza. Katsuki con mucho cuidado bajó su mano al mentón de su esposo y lo alzó, haciendo así que le mirara con ojos de cachorro. El ojirubí alzó sus hombros y le sonrió de forma ladina, estirándose para dejar su frente contra la del menor. 

- te tengo conmigo, y eso me hace feliz, sin importar las circunstancias -le aseguró antes de estirarse y rozar de forma muy dulce la punta de su nariz contra la de él, sintiendo como el pecoso se dejaba querer con gusto. Luego, y con mucho cuidado, estiró sus labios para dejar en los del moreno un dulce beso, que por decisión del menor fue ascendiendo levemente en intensidad hasta que sin darse cuenta Midoriya se había sentado a horcajadas en su regazo y le abrazaba por el cuello, dándole beso con la boca abierta y la lengua en la cavidad ajena. Estaba todo oscuro a excepción del alumbrado público, estaba prácticamente silencio a excepción de un par de autos a los lejos y ellos, que sus besos emitían un sonido húmedo y el frío del ambiente y la nieve les calaba la piel, pero no querían separarse aún, no querían abandonar los brazos del otro mientras aún pudieran. 

Mientras besaba de forma desenfrenada los labios de Izuku, Bakugou sostenía su trasero con fuerza y lo estrujaba de forma ocasional, pensando en que si hubiese sido así de amable con Deku desde un principio, tal vez las cosas hubiesen sido muy distintas. 

A Bakugou le gusta MidoriyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora