Capítulo 1: Reemplazo.

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El día comenzaba en el Paraíso.

Y Muzania se despertó con el canto de las aves, que revoloteaban en su balcón. Como siempre y cada mañana, se levantó dándose un baño.

Tenía una cascada dentro de su habitación, el agua que salía de ahí, siempre estaba fresca y limpia. Se duchaba y después nadaba un rato, ya que la cascada estaba conectada a un pequeño lago.

El joven ángel creció lleno de amor y atención. Sus padres le dedicaban todo el tiempo que podían. Lo educaron como a un príncipe, pero a pesar de todo eso, Muzania nunca había sido frívolo. No era presumido, ni se sentía más que los demás.

Tenía un carácter fuerte. Era impulsivo por naturaleza. Sus emociones casi siempre lo dominaban. Nunca había sufrido. Y no es que estuviera consentido, era que nunca le habían dado motivos para hacerlo.

Era inocente. Creía que todo el mundo era bueno, a pesar de saber sobre la existencia del Infierno. Quizás el chico era demasiado bueno. Nunca lo habían corrompido.

Sus padres al mismo tiempo que lo amaban, lo preparaban para ser príncipe. Pero nunca habían mencionado a Lucifer. Ese nombre estaba prohibido para el chico.

Esa mañana, su padre deseaba que hiciera su primer viaje a la Tierra. Pero, Afrodita no deseaba tal cosa. Esa mujer amaba tanto a su pequeño, que preferiría mil veces que su hijo permaneciera en su cuarto, a un día en la Tierra.

—Me encantaría que me acompañaras a la Tierra, Muzania. Sería bueno que la conocieras, ya que un día, la vas a heredar...

La madre salió al rescate antes de que Muz hablara.

—Que ni se te ocurra.— Dios la miró confundido.—¿Quieres que se vuelva como él?—la Diosa hizo énfasis en esa palabra. "Él" era la forma en la que se referían a Lucifer.

—Amor mío, no será lo mismo. Nuestro hijo no es como era él.

La Diosa meneo la cabeza y se fue hasta las escaleras. Su hijo la veía con dudas en sus ojos.

—Madre, no creo que algo me suceda si bajo. Ni siquiera sucedió algo malo cuando fui contigo al Olimpo.

—Mira, Muzania. Si tanto quieres ir, entonces vete.— Afrodita lo miró con autoridad.— Pero antes, ve con tus hermanos, y pregúntales, qué fue lo que pasó la última vez que un ángel bajó a la Tierra.

El chico abrió mucho sus ojos ante tales palabras.

Pero su madre aún no terminaba.

— Mejor aún, pregúntales de Lucifer.

La Diosa terminó de subir las escaleras. Su esposo la seguía totalmente enfurecido.

Dejaron al chico tal vez más confundido. Se quedó pensativo y salió de aquella casa en dirección al bosque donde sus hermanos entrenaban y jugaban.

Adiel era el más antiguo y sabio de todos. Era igual de viejo que Lucifer. Seth y Levin tenían algunos años, pero no tantos como Adiel. Él era hermano de Lucifer. 

Muzania se acercó a su lado cabizbajo.

Seth de inmediato quizo jugar con él, le alborotó el cabello, algo juguetón, pero Muzania se quitó.

-—¡Huy! Nuestro príncipe se encuentra enojado.

-—Basta, Seth.—murmuró Levin.— Le pasa algo a nuestro hermano menor.

Muzania frunció las cejas. En efecto, algo le pasaba. Pero, ¿qué?
Adiel se acercó y casi leyéndole la mente, sonrió sarcástico.

—Le han hablado de Lucifer.

Muzania levantó la vista y asintió.

—Quiero saber quién es.

Seth y Levin se miraron entre ellos, pero Adiel, comenzó a hablar.

—Era nuestro hermano. Fue el consentido de nuestro padre, pero, él deseaba más. Lucifer se volvió el rey del Infierno cuando papá lo desterró.— Adiel hablaba con una nota de nostalgia.— Nuestro hermano bajó a la Tierra, se enamoró de una mortal. Eso está prohibido. Pero a Samael no le importaba. Él amaba a esa mujer. Tuvo hijos con ella, lo cuál causó la ira de Padre.

Seth agachó la vista. Muzania presintió que algo malo se aproximaba en el relato.

—Dicen que papá mató a Seleina. No sabemos que sucedió. El caso fue que, Lucifer enloqueció. Desencadenó a los titanes. Y se arrancó las alas. Eso no ocasionó su muerte, oh no. Hizo estallar la Tierra en miles de pedazos. Y después, Padre tuvo que terminarlo. Él lo mató.

Levin y todos miraban a Muzania. Y este último estaba entristecido. Pero lo que de verdad lo derrumbó, fueron las siguientes palabras de Adiel.

—Luego papá se deshizo de su esposa. Y pasados dos años, y nueve meses. Llegaste tú. El perfecto reemplazo del hijo perfecto.— Adiel le escupió aquello  con intenciones de herirlo. Y lo logró.—Mi querido hermano, papá solo los usa a ti y a tu madre. Quiere lo que Lucifer fue, un hijo desobediente.

— ¡Adiel!- le advirtió Levin.

— ¡Merece saberlo! ¡Es el reemplazo de mi hermano!

Muzania ya no pudo hablar. Hasta que fue a con sus padres, estaba confundido. Había tormentas dentro de él, que pronto iban a desencadenar todos sus sentimientos, mismos que no conocia y no sabia como controlar.

Miró discutir a sus padres. Nunca habían peleado.

— ¡¿Por qué tenías que mencionar a...?!

—¿Tu favorito?- soltó Muzania.— ¿Tu hijo favorito y tu luz del amanecer?

— Muza...

-—Basta, madre. Quiero que sepas, padre, que yo no te daré lo que esperas. ¿Quieres que sea como Lucifer? No lo obtendrás. Yo no soy Samael.

— Hijo, yo no...

—Me largo. No pienso regresar a este sitio espantoso, hasta que entiendas que no soy una pieza de un rompecabezas.

—Muzania, no te vayas...—le suplicaba su madre. Pero él no hizo caso.

—Me iré. Voy a la Tierra.

La madre lo tomó de su brazo. Pero se zafó y caminó limpiando sus lágrimas hasta el pedestal. Ahí, vió a una muchacha hermosa, pudo perderse en sus ojos. Pero...quedó invadido por ella.

Se dió un propósito.

Bajar a la Tierra y encontrarla.

Y así lo hizo. No se despidió de nadie. Se fue rápidamente. Y no miró atrás.

Mientras tanto, Sariel siguió su rastro para ejecutar su plan. Era necesario cazarlo. Iba a reconstruirlo y manipularlo. Todo para cobrarse todas las que le debía Dios.

¡HOLIIII! ESTA ES LA PRIMERA NOVELA QUE PUBLICO ASÍ BIEN. Y ESPERO QUE SÍ LES GUSTE ESTE CAPÍTULO.

SI LLEGARON HASTA AQUÍ, ME DA MUCHO GUSTO.

LES DEJO UNA FOTITO DE QUIÉN HACE EL ROL DE DIOS, EL PADRE DE MUZANIA.

FIRMARÉ COMO BARAJA MIEDOSA❤️
UN BESITO, ACTUALIZO MAÑANA.

El Favorito de Dios: Muzania. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora