El Paraíso estaba entristecido. Su príncipe se había ido, y no tenían idea de a dónde. Dios constantemente buscaba a su hijo por todo el mundo, Afrodita se culpaba por los actos de su retoño de 20 años.
Adiel había sido reprendido por sus hermanos, incluso por su mismísimo padre, quién le advirtió que si algo le sucedía a su hijo, él iba a pagar las consecuencias.
—¿Ah si? ¿Y qué se supone que me harás?—lo retó el ángel.
Su padre lo miró furioso. Tal vez no todos los ángeles eran iguales.
—Ve y busca a tu hermano.
—A mi tú no me ordenas. No pienso buscar a tu pequeño Lucifer.
Dios enfureció por aquellas palabras. Tanto fue su coraje, que le propinó una fuerte bofetada a su hijo Adiel.
El ángel sólo se tensó de la rabia. Y para enfurecer más a su padre, puso la otra mejilla.—Vamos, tú predicas que hay que poner la otra mejilla.— su padre no pudo golpearlo. El ángel dejó escapar una sonrisa de malestar.—Si yo fuera Muzania, nunca me habrías golpeado.
El ángel con lágrimas en sus ojos, se dió la media vuelta.
—No te preocupes, yo iré por tu hijo. Hice que se fuera, y ahora me voy yo, a traerlo de vuelta.
Su padre no pudo detenerlo. Se dió cuenta que, había hecho algo que nunca en su vida practicó. Golpeó a su hijo.
Se sintió vil y despreciable. Era como sentirse una basura. Cuando estaba sumido en su pesar, llegó una visita inesperada.
—¿Muzania?—pero no era su pequeño.
Oh no. Era esa mujer rubia y hermosa, esa ángel loca.
—Sariel.— la rubia hizo una reverencia y lo miró presumida.
—Así que, tuviste un nuevo bebé.
—Tú no puedes venir aquí.
—Cariño, fui una serafín y mi sangre es pura, nunca podrás negarme la entrada a mi hogar.
—Lárgate de aquí.— aunque fue un grito, se escuchó como un murmullo leve. Sariel sonrió al ver como aparecía por detrás de Dios, su esposa Afrodita.
—Vaya, vaya, vaya.—la rubia sonrió más.—Así que, esta fue la hembra que, portó en su vientre a tu princesito. Y pensar que...antes amabas a Eurídice. La pobre debe estar en el mismo lugar donde la mayoría de tus amantes van a dar, una vez que las desechas.
Afrodita frunció sus cejas y observó a su esposo.
—¿A qué se refiere?—exigió la Diosa a su marido.
Sariel se carcajeó.
—No pensarás que eres la primera mujer en su cama, ¿verdad? No creo que seas tan ingenua.
Afrodita agachó su cabeza, por algún motivo no podía contestar esa pregunta. No sabía mucho del pasado de su marido...
—Mujer no. Estrella, si.—respondió triunfal.
La rubia levantó una ceja y meneó su cabeza riendo burlona.
—Eurídice era una estrella. Amira, Kinán, Olimpya y Cruxia. Todas ellas eran estrellas. Y eso que no te he dicho a las mortales, ni a las Diosas anteriores. ¿Qué te ofreció a cambio de su hijo? ¿Una historia de amor griega?
—¡Se casó conmigo!—gritó la Diosa perdiendo la razón.
-Y adivino, después te prometió galaxias incontables, paraísos y Edénes maravillosos.— la rubia siguió con ese tono burlón.
Afrodita, devastada y sin la venda que cubría sus ojos, por fin pudo ver, que todo había sido un gran y bien calculado engaño.
—Tu hijito no gobernará el Paraíso. Lo van a poner en un sitio donde morirá en un dado momento.
—No...no él no puede...
La Diosa se encontraba histerica, el aire se le iba y no podia pensar bien en que contestar para defender su honor.
—Tu esposo, siempre ha querido que sea una mujer quien gobierne.— Sariel mostró una sonrisa resplandeciente.—Y no me sorprendería que, ya estuviera buscando a la persona que procree a la princesita celestial.
Finalmente, Sariel soltó otra bomba que dejo a Afrodita devastada.
—Y yo, tú servidora. Fui su amante una temporada. Tuvimos una hija, Vivian. Pero no era lo que él esperaba. A mi me exilió junto con mi esposo, Evan. Vivian se crió con Muzania en el palacio, no te voy a negar que, la cuidó bien. Pero la pobre, tiene muchas inseguridades. Y para terminar...está enamorada de su propio hermano, Muzania.
Afrodita enloqueció en aquél momento, gritó y lloró envuelta en sus emociones.
-¡Me mentiste! ¡Dijiste que yo era lo que querías! ¡Eres un mentiroso!
Afrodita lo golpeó varias veces, hasta que se desplomó al suelo. Lloró, gritó y maldijo.
Sariel se giró sobre sus talones, y nada ni nadie pudo borrar su sonrisa de satisfacción.
La primera fase de su plan estaba hecha. Decirle la verdad a Afrodita, y hacer que ese matrimonio se fuera desvaneciendo.
Solo faltaba engatusar a Muzania. Y hacer que también odiara a su padre, asi como ella y muchas personas, mortales e inmortales lo hacian, para ella lograr su objetivo.
HOLA NUEVAMENTE.
ESTA SEMANA ESTARÉ PUBLICANDO DIARIAMENTE.
LES DEJO UNA FOTITO DE QUIEN HACE DE SARIEL, ESA ÁNGEL LOCA Y ENFERMA🔥BARAJA MIEDOZA❤️
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El Favorito de Dios: Muzania. [TERMINADA]
RomanceDios ha perdido a su hijo Lucifer. Él había sido su consentido, más no su favorito. Así que ahora, él desea un nuevo hijo. Y cuando este llega, descubre que no sólo será su preferido, sino también el más importante y el más apasionado de todos ellos...