Raymond le acariciaba el cabello a Briseida, se veía tan linda. Tenía tantas ganas de que ella abriera sus ojos, y verla postrada en una cama, sin saber si estaba viva o muerta...fue demasiado.
El señor Williams entró al cuarto.
-Quisiera un tiempo a solas con mi hija, Raymond.
-Por favor...deme cinco minutos más...-le suplicó el rubio con lágrimas en los ojos.
-Has estado con ella, durante toda su vida...por favor, déjame tomar su mano.
El rubio se limpió las lágrimas, se levantó de su silla y fue hasta la puerta.
El padre entró y se puso al lado de su bebé, tomó su mano entre las suyas, estaba helada. Así, dormida y sin moverse, no había perdido esa belleza que la caracterizaba.
-Pequeña, por favor, escucha a tu padre, vuelve con nosotros. Vuelve a ser mi bebé.- los sollozos invadieron la garganta del hombre y en un punto dado, su voz comenzó a quebrarse.- Por favor, hija si tú nos dejas, no podré salir adelante...te lo suplico, Bri. Regresa.
Pronto había comenzado a llorar desconsolado, sujetando la mano de su hija. Y sosteniendo esa esperanza de que ella también apretara sus dedos.
Raymond fue a fumar un cigarrillo afuera del hospital, mientras veía la puesta del sol, sus lágrimas caían por sus mejillas, y el cigarrillo temblaba entre sus labios.
Decidió llamarle a su Abril.
Contestó al segundo timbrazo.-He esperado tu llamada, mi idiota.
-Abby...- su voz estaba muy triste.- Ella...cayó en coma. ¡Está en coma!
El rubio soltó ese grito desesperado.
-Se que ella estará bien, Raymond.
-No te llamé para que me digas eso...si no fuera por ese estúpido de Muzania, ella no estaría ahí, él la distrajo de todo.
Si Ray se hubiera dado la vuelta, habría visto a Muzania en un callejón, escuchando la conversación.
Muzania lloró en silencio y se fue hasta el hospital. Se sentó en una de las mesas que había, tomó una servilleta y una pluma.
Con cuidado comenzó a escribir unas palabras para Briseida. Se las dejaría a Raymond, aunque pensara que por culpa suya, su amiga estaba en coma.
"Mi Bri...
Prometí protegerte de todo. Y lo voy a cumplir. Antes de conocerte no tenía un destino fijo. Después de ti, ahora hay algo que me impulsa a seguir. Y juro que no te lastimaré nunca.
Voy a rescatarte. Pero debes saber, que me iré. Para traer el antídoto a tu enfermedad, debo alejarme de ti. Sentirás dolor, pero no por mucho tiempo, te prometo que volveré.
Te quiero, te extraño mucho, Briseida.
Mientras no esté, sueña con nuestras noches.Con amor, tu ángel.
P.S. Te veo en Grecia."
Al terminar, dobló la servilleta en dos partes y después dió un beso a ella. Fue a ver a esa chica que quería y al hacerlo, descubrió que no estaba sola.
-Perdone. Ya me retiro, solo quería verla.
-No te preocupes. Deberías verla...
El padre de la chica se despegó de su hija. Cuando llegó al lado de Muzania, él le frotó su hombro.
-No debes culparte, se que no tuviste nada que ver con su ataque.
-Perdone que...
-Tranquilo. No fue tu culpa. Mi hija está enferma. Y te necesita ahora.
El ángel volvió a sentir como sus ojos le picaban, quería llorar, pero para espantar sus lágrimas, parpadeó.
El señor Williams se fue del cuarto, dejándolos juntos y solos. Muzania se acercó a la cama de Briseida y acarició su cabello con dulzura.
-Se que me puedes escuchar...así que por favor, aguanta hasta mi regreso. Te prometo que te llevaré por el mar en un bote blanco, donde estaremos los dos solos, siempre...
Scott iba corriendo hasta la habitación de Briseida, cuando entró en ella, captó a su amiga siendo besada por Muzania.
-¡Déjala!
-Raymond...por favor. Necesito que...
-¡Aléjate de ella!- gritó el rubio molesto.
-Tienes que hacer algo por mi.
Ray meneó su cabeza molesto y dolido al mismo tiempo.
-Jamás haré nada por ti.
-Por ella.- corrigió el ángel.- Se que la amas. Y tal vez más de lo que piensas. De lo contrario no habrías dejado a tu novia e hijo solos.- el rubio se doblegó un poco, él no sabía explicar bien qué sentía por Briseida.
Sabía que era más fuerte que una amistad...pero no la amaba como mujer.
-Así que, por eso te ruego que en el tiempo que me vaya lejos de ella, tú Scott, su principal protector, le leas cada atardecer sin falta, esta carta.
El ángel le tendió la servilleta, y Raymond la recibió con sus cejas fruncidas.
-¿A dónde irás?
-Debo encontrar un antídoto para su enfermedad. Hay uno, y será muy peligroso. Pero no importa el costo, o si yo muero en el intento de recuperarla, te juro que Briseida despertará y estará sana nuevamente...
Scott no tuvo dudas al ver los ojos del ángel. Se veía sincero y muy decidido.
-De acuerdo.- aceptó el rubio.
En el Infierno...
Sariel se había apoderado del pueblo infernal. Todas las almas malditas la obedecían y seguían a morir.
Leeloo aún tenía su propia opinión y se la guardaba. No le era leal a nadie más que a Lucifer.
Era hija de Lilith una antigua demonia que había sido condenada a permanecer atada en una cueva sagrada, siempre muriendo cada noche y recusitando cada mañana.
Leeloo era muy fuerte y valiente, pero no le gustaba Sariel. Parecía demasiado inestable.
-Leeloo, necesito que bajes a la tierra a traerme algo.- le decía Sariel.
-¿Qué cosa?
-Es un artefacto que nos servirá de mucho para deshacernos de alguien.
-¿Puede decirme su nombre?
La rubia sonrió de forma malvada.
Se pasó una mano por la melena rubia y miró a la demonia.-Vivian Clayton D'Martlub.
La demonia abrió mucho sus ojos ante tal nombre.
-¡Su hija!
-Si, y de Dios. Ella será mi próxima arma, para asesinar de una vez a su heredera.
-¡Pero usted no puede hacer eso! ¡Lo que quiere hacer es ruin y cobarde!
Sariel se levantó de la silla y gritó ferozmente.
-¡Yo no te pedí tu opinión! Vas a ir por el error de hija que tuve, y la traerás a mi reino.
Leeloo entrecerró sus ojos y después de fulminarla con su mirada, se fue directo al acantilado, donde al tirarse, caería a la tierra.
Cuando lo hizo, juró que nada malo le sucedería a esa princesa celestial. A Briseida nunca le pasaría nada, teniéndola a ella como su aliada...
HELLO NUEVAMENTE 🤗
ESTE DÍA HA SIDO EXCELENTE PARA LA INSPIRACIÓN.
UN BESITO Y LES DEJO UNA FOTO DE HELLIOT, EL ÁNGEL DEMONÍACO❤️
ESTÁS LEYENDO
El Favorito de Dios: Muzania. [TERMINADA]
RomanceDios ha perdido a su hijo Lucifer. Él había sido su consentido, más no su favorito. Así que ahora, él desea un nuevo hijo. Y cuando este llega, descubre que no sólo será su preferido, sino también el más importante y el más apasionado de todos ellos...