Capítulo 17: El Mar Del Amor.

42 4 0
                                    

Vivian los miraba desde una esquina, sentada en una silla. Le molestaba verlos tan abrazados. Y además le molestaba que Muzania ya no le pusiera atención.

Briseida era solo una chica enferma. Si, era hermosa y muy simpática. Pero no tenía lo que ella. De repente, Shyra se quedó frunciendo sus cejas, si que estaba celosa. Se dió cuenta que sus manos estaban convertidas en puños.

Y que las puntas de su cabello estaban rojas. Parecían llamas. Después de controlarse, se salió del cuarto y fue a la puerta, cuando una voz se metió en su cabeza.

Vivian...has crecido mucho.

-¿Qué diablos...?

Quiero que la mates...mátala. Mata a Briseida...

-No...basta.

Tú la matarás. Y cuando lo hagas...el Paraíso será tuyo.

-No quiero...yo...

¡QUE LA MATES!

-¡NO!-sus gritos fueron espantosos.

Asustó a los padres de Briseida y a Raymond también. El rubio saltó del sofá y aterrizó en el piso.

-¡Vivian, pareces loca!

-¡Muzania!- empezó a llamarlo la chica, estaba asustada y temerosa de todo.-¡Muzania!

Pero el joven nunca acudió a sus llamados.

Viv se derrumbó en el piso y se apretó la cabeza con sus manos.

-¡BASTA, YA BASTA!

Raymond fue con ella, al tratar de tocarla, ella se dejó ir. Lo abrazó con fuerza de la cintura y pudo llorar como una niña.

-Escuché una voz en mi cabeza. Fue espantoso.

-Seguramente lo imaginaste.

-¡No lo imaginé, Ray!

Muzania abrió la puerta del cuarto, se sentía más tranquilo. Briseida iba de su mano, Vivian al verlos quiso incinerar a la chica hermosa al lado del hombre que ella quería.

-Vivi...rayos. Espero que estés bien.- mencionaba Muzania.

La rubia solo meneo su cabeza y se fue de la casa. Estaba bastante harta.

-¿Qué dije?

-Nada malo...ella está asustada. Dijo que escuchó una voz en su cabeza...- Raymond puso sus ojos en blanco, luego vio a Briseida.

Se veía un poco más tranquila. Y también sana. Su cabello se veía fuerte y levemente brilloso, su cara no se veía tan demacrada.

-¿Cuánto dormí?-preguntó la chica enferma.

-Quizás una hora, o dos. No tomé el tiempo, estaba preocupado, creí por un instante que despertarías gritando del dolor...- Raymond siempre estaba preocupado. La cuidaba demasiado.

Briseida sufría de pesadillas, y dolores espantosos. Casi no dormía, por lo mismo de su dolor. Era constante y muy insoportable, se removía toda la noche en la cama, nunca podía comer en paz.

Y ahora que la veía...la esperanza aumentaba. Por fin había una rayo de luz para Briseida. A lo mejor su mejor amiga podía salvarse. Lo que no se explicaba, era por qué ella estaba sanando. Y tan deprisa.

Muzania hizo que se sentara Briseida, y luego le sirvió un poco de jugo. La chica se veía todavía un poco nerviosa de que el dolor regresara. Pero, al parecer, no estaba planeado.

-Quisiera ir a nadar...- mencionó Briseida.

-No, hija.- respondió su padre con autoridad.- Está absolutamente fuera de discusión.

La chica resopló.

-¿Qué caso tiene que me hayan recetado el mar para mi bienestar, si no puedo ir a él?

-Briseida...- le advirtió Raymond.- No te alteres.

-Querida, recuerda que no eres tan fuerte para nadar...

-Pues ya qué...y no me alteré, Ray. Deja de andar revoloteando por todos lados como mosca.

A la chica nunca le había gustado mucho que la cuidaran, le resultaba bastante agobiante. Por eso le agradó Muzania. Porque él la dejaba en paz. Le daba su espacio y se esperaba a que ella lo llamara.

-No soy una mosca, Bri. ¿Quieres un panecillo?

-No tengo hambre...

Se levantó de la silla y fue a caminar por la casa. Se sentó en una de las ventanas de la casa y contempló el mar. De pequeña le gustaba mucho ir a nadar, y perderse en el océano.

Muzania se le fue acercando un poco.

-¿Por qué te gusta el mar?

-Es que me crié aquí. Solo los cuatro primeros años. Luego me adoptaron...y viví en Nueva York.

-Me parece genial que hayas nacido aquí. Grecia siempre me pareció muy interesante y bella...

El cumplido hubiera salido perfecto, si Muzania estuviera mirando el mar, pero en vez de ello, observaba como un ciego al sol por primera vez a la chica que estaba frente a él.

-Quiero nadar...-susurró la chica otra vez.

Muzania se levantó del piso y la miró a los ojos.

-Entonces vayamos a nadar, Bri.

La chica lo miró coqueta.

-Prefiero que me digas, Divina Diosa.

Muzania sonrió alegre y la tomó de la mano. Se la llevó por la ventana, pues todos estaban distraídos, corrieron por las escaleras hasta la orilla del mar. Donde Briseida feliz, soltó un grito de júbilo.

Una de las ventajas de Grecia y sus playas, era que estas siempre estaban desiertas. Por eso, Briseida se quitó su vestido y corrió al agua.

-¡Ven!

Muzania se deshizo de sus ropas y fue corriendo hasta el mar, Briseida lo miró feliz y casi sin poderse contener, le saltó a sus brazos. El chico la tomó entre sus brazos.

-Quiero que me arrojes al agua. ¿Por favor?

-Dios, no me pongas esos ojos...o voy a ceder a todos tus deseos.- le suplicó Muzania.

-¿A todos?- Briseida parpadeó coquetamente.

El ángel ignoró a Briseida y corrió hasta el agua, para ser honestos, el agua era tibia y agradable. La chica sonrió al sentir el agua, luego Muzania la aventó.

Briseida se alejó de él y nadó todo lo que pudo, hasta que sus pulmones necesitaron agua. La chica miró a su ángel guardián con ojos de deseo.

Por primera vez, había un hombre, que no la trataba como a una mujer enferma. Él la veía.

Se le acercó y le dedicó una sonrisa.

-¿Sabes cómo llaman a este mar?

-No...

-Le dicen, el mar del amor. Es famoso por dos cosas, bodas...- la chica se quedó demasiado cerca de Muzania.- Y primeros besos.

Después, unió su boca a la de él. Y se consumieron en un beso húmedo, dulce y apasionado. El mar pudo haberse incendiado, pero ellos no se darían cuenta.

Al separarse, Briseida lo miró todavía necesitada de él. Fue entonces, cuando Muzania la volvió a besar, y está vez, sin cuidado.

HOLA A TODOS, MIS BELLOS LECTORES.
POR FIN HAY UN BESITO PARA MIS PEQUEÑOS, ESPEREMOS QUE MUZANIA Y BRISEIDA PUEDAN VIVIR SU HISTORIA DE AMOR.

LES DEJO UNA FOTO DE UN ÁNGEL BESANDO A UNA HUMANA.

LES MANDO UN BESITO BESUCÓN Y UN FUERTE ABRAZO DESDE MÉXICO, NOS VEMOS MÁS TARDE O MAÑANA💖😁

El Favorito de Dios: Muzania. [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora