Ambientación

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La mañana era totalmente un espectáculo a los ojos del chico rubio que se encontraba detrás de una de las ventanas de su hogar que daba una buena vista hacia la calle, ésta estaba humedad, puesto a que la noche anterior había llovido torrencialmente que por un momento parecía que se iba a caer el cielo.

¿Por qué le parecía un espectáculo?, por el simple hecho de que estaba fresco en plena estación de verano, y que además hoy debía presentarse a un especie de clase de ambientación en la facultad que de ahí en más, por unos bonitos cinco años, debía ir a ésta para estudiar aquella carrera que eligió de forma espontanea, sí, supongamos eso.

Tomó su mochila, y corrió hacia la puerta, su madre salio de la cocina al escuchar sus pasos apresurados, deteniéndolo rápidamente sujetándolo por el brazo de manera suave.

--Tae, pasare a buscarte luego del trabajo, así que llámame o mándame un mensaje cuando terminas, ¿sí?--el menor asintió con una pequeña sonrisa de labios sellado, confirmando aún más las sospecha de su progenitora.--Bebé, estarás bien, debes acostumbrarte, eres muy inteligente no tienes nada que envidiarle a nadie, no hay por que ponerse nervioso, tu estas a la altura de esta carrera.--lo tomó de los hombros y lo acercó a ella, abrazándolo en un intento de reconfortarlo.

Porque TaeHyung, podría ya tener su mayoría de edad, pero eso no quitaba que no se pondría nervioso por ese tipo de cosas, la desconfianza predominaba de vez en cuando en él, y en alguna de esas ocasiones se le hacia imposible el hecho de controlarla.

Se separo lentamente de su madre, luego de que ésta le hubiera dado un pequeño beso en la frente acunando su rostro en sus manos.--Mamá creo que debería irme.-- soltó el menor un poco más tranquilo junto con una pequeña risa que contagió a la mayor.

--Ya estas creciendo mi osito, no pensé que los años pasan de forma tan repentina, mirate a ahora, todo un universitario buscando un gran futuro para tu y no tengo ni la menor duda de que lo conseguiras Tae.-- dio un último beso en frente para luego acercarse a la puerta abriendola seguidamente.--¡Ve a la parada rápido!, el colectivo esta viniendo.-- vocifero.

Viendo como poco segundos después su hijo corría hacia la parada, estirando su brazo en señal de hacer parar el colectivo, lo vio subir a éste, y solo en ese momento cerró la puerta.

--Todo saldrá bien Tae, confío en ti.

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Había tardado menos de veinte minutos el viaje en colectivo, era un gran beneficio el hecho de que se encontraba lloviznando en ese preciso momento, claro, hasta que tuvo que bajarse del colectivo y correr hacia adentro de la universidad, su facultad era la última por lo cual le llevaba unos diez minutos caminando tranquilo hasta ese lugar, diez minutos que no tenia para su suerte.

Comenzó a caminar de manera veloz, mirando hacia el frente e intentando no chocar con ninguna persona, para su suerte el pasillo estaba en su mayoría repleta de nuevos ingresantes, por lo que veía en sus caras como algunos se encontraban mas que contentos y otros irradiaban nerviosismo por los poros, ni se quería imaginar que decía de sí la expresión en su rostro.

Luego de unos minutos de "caminar",  llegó a su facultad, vio una larga fila en dos mesas que se encontraban detrás de ellas dos muchachas que tenían aspecto de ser estudiantes de grados mayores, se acercó a una de las filas, intentando ver de que se trataba.

El chico que se encontraba frente a él, le había entregado un papel junto con su documento y eso comenzó a impacientarse porque él no había traído ninguna de esas dos cosas.

Llego su turno y su expresión delataba nerviosismo, se sentía desmayar y no sabía siquiera que decir, la chica castaña aún siquiera le había mirado y él estaba entrando en crisis, pensando seriamente en largarse del lugar.

¡Ya deja de sonreír! KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora