Era un bonito viernes por la noche cuando lo vió por primera vez, allí, en aquél traje color borgoña ceñido al cuerpo, junto a sus padres, Frank, alías Cheech, y Linda Iero. Fue en su propia fiesta de presentación a la sociedad, junto a su hermana melliza.
Bajó las escaleras hacia el gran salón, frente a la mirada de todos los presentes que lo esperaban. A la mitad de la majestuosa escalera de madera de roble, su hermana, Jamia, saludaba a todos con aires de grandeza y él colocó una mano en su vientre para hacer una reverencia a manera de saludo a los invitados, sonriendo encantador. Fue entonces cuando sus verdes ojos divisaron a aquel chico, al joven Frank Iero Jr. único hijo de la familia. Pero su hipnotismo por aquel se vió interrumpido por el discurso de su padre, Donald.—Queridos invitados —Comenzó—. Estoy realmente orgulloso de presentarles a todos ustedes a mis dos hijos mayores, dos alfas de gran porte y elegancia, mis herederos, los futuros representantes de la familia Way: Gerard y Jamia —Los invitados comenzaron a aplaudir y Gerard en ningún momento cambió su elegante postura, al igual que su hermana, la que sonreía orgullosa de ser quién era—. Ahora, las familias podrán presentarnos a sus Omegas... Veremos quién es un buen partido, jaja —Lo último lo dijo medio en broma y medio en serio. Para ser un General del ejército nacional, Donald Way tenía algo de sentido del humor. La fiesta dejó de hacer aquella pausa y Gerard se acercó a su padre, cauteloso por lo que iba a decir.
—Padre, sabes que yo no... Yo no quiero un Omega aún. Tengo veintiún años y me gustaría centrarme en mí carrera militar, sabes que...
—Gerard —Su padre lo interrumpió—. Acabas de venir de una batalla ganada, llevas cuatro años dedicándote a combatir y planear junto a mí y tu hermana luego de salir de la escuela. Ya es tiempo de que pienses en una familia, en buscar a tu Omega y sentar cabeza. Será bueno para ti, ya lo verás... —Le sonrió el padre y Gerard le devolvió la sonrisa, solo un instante porque su hermana entró en escena, haciendo un comentario burlón.
—Ni siquiera creo que Gerard, verdaderamente, haya pasado por un celo. Verás, padre, yo seré la primera en enlazarme con un buen Omega.
— Jamia, controlate. Es tu hermano y debes respetarlo —Dijo Donald, molesto—. Además, a mí no me importa tanto quién se enlace primero, a mí me importa su felicidad, de ambos.
—Pero a la sociedad sí le importa. Vaya a saber qué cosas hablarán de Gerard cuando decida no enlazarse con nadie luego de pasar cuatro años en la milicia, seguro dirán que es un alfa fallado, o peor aún, un beta.
—¡Jamia! Tu hermano podría...
—No te preocupes, padre. Sé que soy la vergüenza de la familia y ya no me importa que me lo recuerden —Dijo de mal humor el hijo menor de la familia, Michael, Mikey, para su familia. El chico que deshonró a su familia sólo por haber nacido beta, ni Omega ni Alfa. Beta.
—Michael... —Donald suspiró—. No es el momento.
—Nunca es el momento, padre. Lo sé —Mikey subió las escaleras totalmente molesto, con su padre, sus hermanos, su vida... Al fin y al cabo, le importaba muy poco aquella fiesta. Pero a los pocos minutos tuvo que volver a bajar dado a que su madre, Donna, lo obligó.
Las familias comenzaron a acercarse para saludar a los jóvenes Way y, de paso, presentar a sus hijos Omegas. Gerard recordaría luego con algo de desagrado cuando le presentaron a Eliza y la chica casi se moja al ver a los mellizos, alborotando las hormonas de ambos.
Entonces llegó el turno de los Iero, que venían arrastrando disimuladamente a su hijo y al verlo, Donald hizo una cara de disgusto increíble.—Diculpen —Se disculpó Linda Iero—. Frankie es algo tímido —Pero no era por eso que Donald había sentido desagrado, sino que era porque aquel joven que venían trayendo para presentar a sus hijos tenía un tatuaje de un escorpión en el cuello y una sombra roja rodeando ambos ojos. Desagradablemente ofensivo era que le presentasen ese Omega a la honorable familia del General Way.
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Sólo Tuyo ||Frerard||
FanfictionGerard y Jamia son dos alfas peleándose por un Omega totalmente asustado, luego de haber sido entregado a la familia Way casi como un esclavo por sus padres que se avergüenzan de que su primogénito y único hijo sea un Omega. Gerard no se quiere en...