Especial: Primera Navidad Juntos

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Un mes después de la fiesta de presentación...

  Era veinticuatro de diciembre al fin y Frank amaneció con una sonrisa en los labios, en los cálidos brazos de su amado Alfa.

  — Alfa... Alfa...— Susurró, moviéndose un poco.

  — ¿Mmh?— Fue lo único que recibió como respuesta.

  — Buenos días, amado Alfa— Ronroneó Frank y el Alfa sonrió contra la piel de su cuello.

  — Buenos días, amado Omega— Dijo Gerard contra su oído, con esa voz ronca que Frank tanto amaba.

  — ¿Dormiste bien, Gee?—

  — Dormí de maravilla, como cada noche que duermes en mis brazos— Susurró Gerard, mordiéndole la oreja de forma juguetona.

  — Oh, Gee— Rió Frank, retorciéndose un poco.— No hagas eso — Se quejó, aún con una sonrisa.

  — ¿Que no haga qué? ¿Esto?— Exclamó el Alfa lamiéndole la oreja ahora.

  — Oh... Gerard no...— Gimió Frank cuando Gerard bajó sus labios a su cuello, mordiendo y lamiendo.

  — ¿No qué?—

  — No pares...— Rió ahora, dándose la vuelta para encararlo y comenzar a besarlo, tomándolo del rostro.

  — Si es contigo no puedo parar— Susurró Gerard cuándo se separaron del beso.

  — Oh, Alfa... Amo que seas así, tan...—

  — Tan... ¿Qué?—

  — Sensual, sexual, yo qué sé...— Rió el Omega y Gerard lo abrazó, poniéndose encima de él y atacando su cuello, volviendo a subir a sus labios luego.— Si sabes de qué hablo...— Frank se mordió el labio inferior mientras Gerard comenzaba a desgarrarle el pijama, descubriendo así unas lindas bragas de lencería negras que llevaba puestas.

  -— Oh, dios... Cómo amo verte en esa ropa— Gruñó el Alfa y Frank rió coqueto.

  — Lo sé, Alfa. Por eso las uso a diario ¿Lo olvidas?—

  — Intento hacerlo, porque de solo pensar que tienes lencería bajo tu ropa sería capaz de tomarte en el comedor— rió Gerard dándole un beso.

  — Dios... Eso suena tan bien...— Sonríe Frank, mordiéndose el labio después.

  Gerard no esperó más y comenzó a destrozar sus ropas, mientras lo besaba de forma necesitada. Pero entonces se vieron interrumpidos por unos golpes en la puerta y la voz de Donna.

  — Chicos... Es hora de levantarse. Recuerden que hoy es un día especial— Dijo con voz dulce y Gerard gruñó levemente.

  — Ya vamos, madre— Dijo y le dió otro beso a Frank, levantándose de la cama luego.

  — Alfa...— Se quejó Frank y Gerard le sonrió.

  — Es hora de levantarse, mí Omega— Dijo con dulzura y Frank obedeció a regañadientes, terminando de desvestirse frente a Gerard que ya se estaba colocando la camisa. Frank miró a su Alfa con una sonrisa pícara y comenzó a bailar, moviendo su trasero frente a él. Gerard negó y se acercó a él, abrazándolo por detrás, a lo que Frank pegó su trasero a su entrepierna.

Sólo Tuyo ||Frerard||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora