~•Capítulo 6: ¿Adiós?•~

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  Frank suspiró en medio de aquel beso que disfrutaba en demasía, desprendiendo feromonas a más no poder y estando al borde de soltar lubricante, liberando así más de su atrayente olor. Gerard, en un acto instintivo lo empujó contra la cama, haciendo sonreír gustoso al Omega que abrazándolo por el cuello siguió besándolo, cerrando los ojos y hundiéndose en aquel grato momento, abrazando al Alfa con las piernas también.
  En cierto momento Gerard bajó sus labios al cuello de Frank y comenzó a dejarle pequeñas mordidas que hacían gemir al Omega.

  — Alfa... Oh, alfa... Tómame...— Susurraba, queriendo más y más de Gerard a cada segundo.

  Pero entonces, Gerard entró en razón y se separó del cuerpo del Omega como si este quemara, poniéndose de pié contra la puerta del cuarto, con la respiración agitada. Frank hizo un puchero y Gerard le gruñó, se veía tan fuerte que Frank sólo se excitó con aquello.

  — Alfa...— Se quejó meneando la cadera con las piernas abiertas, mostrándole al Alfa como había comenzado a manchar sus pantalones con lubricante.— Tómame, Alfa...

  — ¡No, Frank! ¡Es tu celo el que habla!— Gruñó Gerard logrando, ahora sí, hacer temblar de miedo al Omega que cerró las piernas deprisa.

  — No estoy tan seguro— Se quejó.

  — ¿Qué?—

  — ¡Que no estoy tan seguro de que sea mi celo el que habla! Tú me haces sentir tan especial, Gerard... Que me haces desear ser tomado por ti. Sólo por ti— Gerard lo miró sorprendido y luego apretó los labios, bajando la mirada.

  — Frank... Aprecio mucho lo que dices, enserio, pero si yo te hice sentir así fue sólo un error. Lo que yo buscaba era hacerte sentir bien en este ambiente, dadas las circunstancias— El alfa suspiró.— Ya lo he dicho cientos de veces Frank, creo que incluso hemos hablado sobre este tema y yo aclaré que no quiero un Omega, no ahora—

  — Pero... Yo creí...

  — Frank, no me conoces, no sabes quién soy enrealidad—

  — ¡No lo necesito para saber qué te quiero!—

  — ¡Sí lo necesitas! Porque yo... Soy peligroso para ti—

  Frank palideció ¿Qué quería decir con eso? Pero entonces Gerard salió de la habitación, azotando la puerta y dejándolo con la duda.
  Una hora más tarde entró Ray a la habitación, con una bandeja en sus manos. Saludó a Frank con cortesía y lo invitó a tomar té en el balcón, diciendo que le gustaría hablar con él.

  — ¿Qué querías decirme, Ray? No me siento de muy buen humor—

  — Lo sé. Gerard... Él me contó lo que sucedió— Frank lo miró sorprendido y sonrojado.— No, no, no con detalles. Pero me contó que querías que te tomara y se negó. Déjame decirte que fue muy estúpido de su parte—

  — Ray... ¿Por qué Gerard cree que es peligroso para mí?— Preguntó Frank y Ray miró hacia otro lado, tomando de su té.— Ray...— El nombrado suspiró.

  — Bueno... Mira Frank, Gerard podrá ser joven, pero ha hecho muchas cosas en su vida. Cosas que... Es mejor que no sepas—

  — Quiero saber ¿Qué es aquello tan terrible?— Ray comenzó a golpear el piso con un pie, totalmente nervioso.

  — Él ha hecho cosas horribles por la patria, Frank. Puramente por la patria. No es alguien malo, solo es alguien que... Ha hecho cosas malas por buenas causas —

  — Ya sé que ha matado, en la guerra eso pasa—

  — Pero hay más. La guerra es un lugar frío y sin misericordia, y si quieres ganar debes ser así—

Sólo Tuyo ||Frerard||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora