CAP 11 NO TE VAYAS

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-¡Auch, auch, auch! -Se quejó la pelirroja entre lágrimas y sollozos al sentir los fuertes brazos de Steve apretar su cintura y estrechar su cuerpo contra su torso...

Nat se dejó ir débilmente contra el rubio para apoyar sus palmas y mejillas sobre su torso, mordiendose la lengua internamente para evitar que otra queja saliera de sus labios y esperando que las que ya se le habían escapado no hubiesen llegado hasta los oídos del soldado. El abrazo no había sido tan fuerte como para quejarse, pero la sensibilidad de su condición la había estado torturando con dolores absurdos en partes de se cuerpo que ni siquiera recordaba que dolían.

Sin embargo había sido inevitable que aquél chillido de dolor pasará desapercibido para Rogers por lo que enseguida aflojó el agarre de sus brazos un tanto alarmado para separarla de él con cuidado y subir sus manos para sostenerla de las mejillas con total delicadeza... Sintiendo como ahora sus lagrimas amargas humedecían las palmas de sus manos.

-Dios... Amor... ¿Estás herida?... Demonios, claro que lo estás, soy un grandísimo asno... Lo lamento tanto. Perdóname, no quise lastimarte... -Soltó sumamente preocupado mientras limpiaba las gotas saladas de su piel con las yemas de sus dedos... Y depositaba pequeños besos sobre su frente... La rusa no reaccionaba y eso comenzaba a preocuparlo aún más...

-Déjame Rogers... -Sollozó en un susurro ahogado llenó de dolor, intentando apartarlo de ella sin éxito. El rubio no hizo caso a sus palabras ni a su reacción tan infantil...

-Nat, dime que estás bien... Por favor, sólo dime que sucede, lo resolveremos... -Suplicó nuevamente el Cap sin soltar su rostro para que lo mirase a los ojos... Necesitaba mirarlos y descifrar lo que ocultaban.

La rusa se sintió terrible al ver el rostro deformado y triste de Steve... Se veía tan cansado, sus ojos antes brillosos ahora estaban opacos y ojerosos... Mientras que una barba desaliñada comenzaba a cubrir su rostro... Se maldijo así misma por ser la causa de qué él estuviese en ese estado... Todo siempre terminaba siendo su culpa...

-No sucede nada... -Murmuró la espía sin ánimo, desviando la mirada enseguida para fijarla en algún otro punto de la habitación, frunciendo el ceño con dolor mientras se perdía en sus pensamiento lascivos...

Escuchar la voz culposa y angustiada de Steve simplemente la hizo derramar más y más lágrimas, sintiéndose el peor ser de la tierra. No merecía la bondad ni la preocupación del Capitán. No siendo quien era, no después de tantos secretos y mentiras, no era digna de merecer su amor, su perdón ni sus atenciones... Eso lo tenía muy claro, sin embargo aunque quisiera hacerse la fuerte, le dolía saber que jamás podrían compartir una vida juntos... Le destrozaba el alma... Por que realmente lo amaba... Lo amaba con cada fibra de su ser, Steve era lo mas lindo que le había pasado en la vida, pero lo había jodido... Lo había jodido todo... Como cada una de las cosas buenas que solían sucederle...

-Amor, deja de llorar, por favor... Me estás asustando... No hagas esto... -Le dijo afligido, sintiendo que las lágrimas también comenzaban a escurrir por sus mejillas también. Quería solucionar todo y cada vez le parecía más difícil lograrlo. No podía entenderla más...

-Marchate ya por favor, Rogers. Ya te cerciorarse de que estoy bien... Ahora vete... No te necesito ni a ti ni a nadie más... Siempre he estado sola... -Le dijo saltándose bruscamente de sus manos para luego retroceder y alejarse de él...

La espía se limpió las lágrimas y trato de retener aire para no seguir llorando, se irguió tratando de recuperar la compostura, mostrando una especie de sonrisa fingida que más bien pareció una mueca de terror... A la espía le parecía una horrible tortura tenerlo tan cerca y no lanzarse a sus labios... Le parecía una locura sentir sus manos sobre su piel y no responder a sus carias... No resisitiría un segundo más tenerlo frente a ella y no decirle cuanto lo había extrañado, lo mucho que lo necesitaba y cuan grande era el amor que sentía por él.

LOVE AFTER THE LISTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora