Hermione le había contado todo a Ginny sobre la sorpresa que Draco le había preparado, ella estaba muy sorprendida porque jamás creyó que alguien como él pudiera hacer ese tipo de cosas, era mejor de lo que cualquiera esperaría. Nadie podía enterarse de eso aún, querían que lo sepan sus amigos, pero no sabían cómo reaccionarían al enterarse, además recién tenían algo más que una amistad y no querían arruinarlo.
Había pasado apenas unos días desde que cenaron en el bosque en esa hermosa velada, todo el tiempo querían pasar juntos, como siempre al inicio de una buena relación. Al llegar el fin de semana habían planeado quedarse en su torre y disfrutar de su compañía, comerían ahí mismo, pues como Premios Anuales podían darse ese lujo. Estaba claro que ambos se gustaban y no querían desaprovechar el tiempo que tenían para estar juntos.
- Buenos días, Hermione – tocaba Draco la puerta de ella, pues había escuchado que ya estaba despierta - ¿Deseas que ordene el desayuno ahora? ¿O prefieres esperar un poco más?
- Buenos días, Draco – se oyó su voz a través de la puerta - ¿Te parece si esperamos un poco? No tardaré en estar lista.
- Por supuesto, como desees, estaré en nuestra sala común.
- Claro, en un momento bajaré.
Draco había estado leyendo el Diario El Profeta y como siempre estaban las publicaciones de Rita Skeeter, desde que acabó la guerra mágica, había estado escribiendo sobre los mortífagos prófugos y sobre aquellos que habían sido perdonados por el Wizengamot por tener suficientes bases como para probar que ellos no habían sido discípulos del señor tenebroso, sino que habían sido amenazados o controlados a través de la maldición Imperius, lo que los absolvía de cualquier culpa, a pesar de tener la marca tenebrosa, así como Draco.
Skeeter había mencionado que los Malfoy fueron una de las principales familias que contribuyó a la causa de Voldemort, por lo que ninguno debería estar en libertad, sino en una celda en Azkabán, que todos ellos habían perdido el prestigio que tenían en la sociedad mágica y a pesar de la gran riqueza que poseían, la gente ya no quería considerarlos de la clase alta, sino como unos simples magos, incluso más bajo que un sangre sucia o un traidor a la sangre.
A Draco ya no le importaba esos status de la sangre, al crecer fue comprendiendo varias cosas, y ahora que ya estaba por finalizar sus estudios, se dio cuenta que no se necesitaba ser un sangre pura para ser un gran mago, y como ejemplo tenía a Hermione, que siendo hija de muggles, había conseguido grandes cosas a tan corta edad, siendo considerada una heroína de guerra, conocida y respetada por toda la comunidad mágica.
Recordó lo que su madre le había dicho acerca de su compromiso con ella, que debía ser lo más pronto posible, eso hizo que se le erizara la piel. Ya no estaba interesado en eso, al menos no porque ella le obligara, si eso ocurría algún día quería que fuera por voluntad propia. No le había enviado ninguna carta, aunque deberá hacerlo pronto, pues conociendo a su madre, ella irá al colegio a hablar con él, y en ese momento no le importaría salir de casa si es para regañar a Draco y asegurarse de que cumpla con la misión que ella le había impuesto.
- Creo que ya es hora de pedir nuestro desayuno – Hermione había bajado e interrumpió sus pensamientos. Rápidamente echó al fuego el periódico. - ¿Por qué lo hiciste? Aún no lo había leído.
- No había nada de importancia. Ya sabes que El Profeta ha declinado su nivel y ya no publican nada interesante últimamente. – se acercó a ella para saludarla con un cálido beso - Entonces ya está hambrienta Hermione, ¿te parece bien si llamo a un elfo? – Draco sabía que Hermione era la fundadora de la P.E.D.D.O. y estaba en contra de que los elfos sean usados como sirvientes sin recibir ninguna paga, pero se lo preguntó porque igual no había nadie más que se los llevara y si se negaba tendrían que ir al Gran Comedor y ninguno de los dos quería eso, al menos ese día.
ESTÁS LEYENDO
Si me enamorara de ti... [Dramione]
FanfictionLos Malfoy han logrado manchar su apellido por la fidelidad que tenían con el señor tenebroso, tanto así, que la comunidad mágica ya no los respeta para nada. Narcissa Malfoy deberá reparar eso por su bien y el de su hijo, por lo que lo obligará a c...