Capítulo 6: Es tu misión

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El domingo por la mañana, Hermione se levantó temprano para no encontrarse con Malfoy, se dirigió al gran comedor y solo había pocos estudiantes pues casi todos descansaban un poco más ese día. Apenas se sentó, apareció un delicioso desayuno en la mesa y lo comió rápidamente porque quería dirigirse a la biblioteca a leer un poco el libro de Aritmancia. Cuando por fin terminó de comer, vio a Ron entrando con Harry al gran comedor, cuando la vieron se dirigían hacia ella, pero a Ron no se le veía tan entusiasmado de ver su novia. Hermione sabía que le pasaba algo, pero no sabía el qué, y ahora mismo lo averiguaría.

- Herms, ¿qué haces levantada tan temprano? – le abrazó Harry.

- ¡Harry! debo ir a la biblioteca para un deber de Aritmancia, ¿y ustedes, levantados tan temprano un domingo?

- Práctica de Quidditch – Ron ni si quiera la veía a los ojos, eso la estaba lastimando, ya no quería esperar más, debía preguntárselo.

- Ron, ¿podemos hablar un momento?

- No lo sé Hermy, la práctica comenzará pronto y no quiero retrasarme.

- Ron, recuerda que yo soy el capitán del equipo, te doy unos momentos para que hablen y luego nos vemos en el campo – Harry comió un poco y luego se fue al campo de entrenamiento.

Hermione estaba muy nerviosa, hace tiempo que le sentía a Ron distante y alejado de su relación con ella, ni si quiera se había acordado de preguntar por su amiga Ginny por todas esas cosas que le estaban dando vueltas en su cabeza.

- Ron, ¿qué sucede?

- ¿A qué te refieres? Tú eres la que quería hablar conmigo.

- Lo sé, me refiero a nosotros, ¿qué sucede? Desde que llegamos a Hogwarts he sentido que te has alejado de mí, y ni si quiera comprendo por qué, todo estaba bien cuando te vi en las vacaciones.

Ron se quedó callado, no sabía qué responder, quería decirle todo, pero no quería romperle el corazón, no a ella, si le contara lo que sucedió antes de entrar a clases, ella probablemente se derrumbaría y no quería hacerle eso.

- Hermy, todo está bien, he estado un poco preocupado por la copa de quidditch de este año, eso es todo, sabes que cuando se trata de eso ando un poco distraído.

- No solo es eso Ron, te conozco desde hace muchos años, y sé cuándo mientes, no sé lo que esté sucediendo contigo, pero si puedo ayudarte en algo sabes que cuentas conmigo, soy tu novia y te quiero.

- Yo también te quiero Hermione, espero que nunca lo olvides, pero lo que necesito hacer tal vez no sea lo correcto. Bien, ahora debo ir a entrenar, seguro mi hermanita ya está allá con Harry.

- De acuerdo Ron, pero prométeme que me lo contarás todo luego, necesito saber qué sucede.

- Sí Hermy, pronto.

El chico no le había dicho a Hermione cuál era el problema, pero al menos no se había quedado con las manos completamente vacías, la mentira de Ron le confirmaba que sí tenía algo que ocultarle, y él mismo lo había aceptado diciendo que se lo contaría, esperaba que fuera pronto porque ella no soportaba verlo así tan indiferente con el cariño que tanto le había expresado en el pasado.

Había pasado un rato que Hermione se encontraba en el mismo lugar en el gran comedor, el cual ya había empezado a llenarse, estaba pensando en qué le podría estar ocultando Ron, ¿era acaso que ya no la quería y quería el tiempo para llenarse de valentía y decírselo? El solo hecho de pensarlo, hizo que los ojos de Hermione comenzaran a llenarse de lágrimas, cuando se dio cuenta que los de la mesa de Slytherin la miraban y se burlaban de ella, solo se levantó y se fue.

De camino a la biblioteca pensaba que tal vez no debería adelantarse a la situación, quizá Ron sí estaba preocupado por algo más pero aún no estaba listo para contárselo, debía esperar a que él se lo dijera y no andarse poniendo ideas en la cabeza.

Toda la mañana del domingo había pasado Hermione en uno de sus lugares favoritos, muy entretenida con sus libros, que hizo que olvidara todo por un momento y se concentrara en su materia favorita, hasta que alguien llegó a arruinarle el día.

- Así que nos vemos de nuevo Granger.

- Malfoy, pero, ¿qué haces aquí?

- ¿Te das cuenta que no es tu biblioteca verdad? Que cualquiera puede entrar aquí, no te creas la dueña del lugar solo porque pasas todos los días aquí ratita de biblioteca.

- Eres un idiota Malfoy, solo hice una simple pregunta y como siempre sale a flote el chico arrogante que por tener ese apellido se cree la gran cosa.

- No te atrevas a insultarme Granger, que no sabes de lo que soy capaz.

- Pues quisiera verte intentarlo Malfoy, no eres tan valiente ahora que tus guardaespaldas ya no están ahí para protegerte.

- Yo no necesito que me protejan, yo puedo hacerlo solo, mucho más si es contra una sangre sucia como tú.

- Vete de la biblioteca, ya tengo suficiente con que vivamos en la misma torre, te dije que me dejaras en paz y yo haría lo mismo contigo.

- Tú no me mandas leoncita, yo estaré el tiempo que quiera donde quiera.

- Como sea Malfoy. – Hermione ya estaba harta de pelear con él, había sido siempre lo mismo desde primer año, así que mejor regresó a su lectura, ya había pasado la hora del almuerzo y ella ni si quiera se había dado cuenta.

Draco se había quedado en la biblioteca solo para no darle gusto a Granger y para molestarla un poco más, por lo menos con su presencia, él no soportaba la idea de que lo vieran con ella, no se podía imaginar cómo iba a hacer lo que le había prometido a su madre.

Desde lejos Hermione sentía unos ojos posados en ella, se dio cuenta que el hurón no se había ido, y que su mirada la ponía nerviosa, no podía concentrarse en lo que leía, y otra vez recordó aquella vez que lo conoció, vaya que no queda ni un poco de ese niño que se presentó ante ella en el tren, pero claro, él había creído que ella era Slytherin y por eso es que comenzaron a hacerse amigos, ella tampoco sabía los prejuicios que él tenía con todos los que no sean sangre limpia y de las mejores familias, se había equivocado aquella vez pensando que podrían llegar a ser buenos amigos.

Hermione se levantó y se adentró por uno de los pasillos de la biblioteca, quería dejar los libros en su sitio y marcharse de ahí, nunca esos ojos plateados dejaron de verle, él tenía un libro en sus manos, pero solo fingía leerlo, en realidad la miraba a ella pensando cómo cumplir con lo solicitado por su madre, eso lo estaba volviendo loco.

Draco recordaba lo que le había dicho Narcissa antes de regresar de nuevo al colegio y eso le molestaba mucho, no podía creer que ella le esté pidiendo a él eso, ¿acaso no estaba conforme con que el apellido no sea ya respetado? ¿Y ahora quiere verlo totalmente por los suelos? Él desde el principio no estaba de acuerdo, pero si a su madre le parecía que eso era lo correcto para su familia, debía hacerlo, aunque eso le costara, aunque fuera tan difícil cumplir sus deseos.

FLASHBACK

- Draco, yo te amo con todo mi corazón y mi alma y sabes que haría cualquier cosa por ti, eso no lo dudes nunca, así que necesito que hagas esto por nuestra familia y me ayudes a reconstruir nuestro apellido. Sé que todo esto será muy difícil para ti, pero necesito de tu ayuda.

- Pero madre, ¿estás segura que eso funcionará? No quiero hacerlo y que luego no de ningún resultado positivo, no me quiero arriesgar con eso que me pides.

- Lo sé cariño, sé que será difícil para ti, pero estoy segura que funcionará, los demás comenzarán a vernos con respeto nuevamente, como si lo que pasó con tu padre no haya estado relacionado con nosotros nunca.

- De acuerdo, espero que eso nos ayude, pero dame tiempo, esto será algo complicado.

- Por supuesto que lo será, pero confío en tus encantos mi cielo, esa es tu misión, sé que conseguirás desposar a Hermione Granger.

FIN DEL FLASHBACK


Si me enamorara de ti... [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora