Capítulo 17: La culpa es mía

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A la mañana siguiente de ese encuentro romántico y apasionado entre Draco y Hermione, ambos seguían abrazados igual que la noche anterior. Draco fue el primero en despertarse y aún no podía creer lo que había ocurrido entre ellos, jamás hubiera pensado que algo como eso pasaría con Hermione Granger, estaba un poco confundido, pero aun así se sentía tan bien al tenerla en sus brazos; con una mano comenzó a jugar un poco con un mechón de cabello que ella tenía en su rostro mientras la observaba dormir plácidamente, una muy delgada sábana la cubría delicadamente, parecía tan aterciopelada su piel que lo tentaba a acariciarla de nuevo, su mano comenzó a recorrer la línea de su mandíbula con suavidad, luego sus labios, su cuello y espalda, se sentía tan bien hacer eso, ella era perfecta.

Cómo era posible que antes no se había dado cuenta de lo hermosa que es, la culpa era de ese maldito pensamiento de los sangre limpia como seres superiores a los demás, y aparte, esas tontas creencias terminaron destruyendo aún más su familia, dejando en la ruina su apellido.

Después de un momento notó que Hermione se había despertado y sus pensamientos regresaron totalmente a ella, lo estaba observando con una sonrisa en sus labios que le hacían una invitación a que los bese, fue un beso tierno y suave que duró unos minutos, les gustaba sentir el calor del cuerpo del otro.

- Creo que ya deberíamos vestirnos, llegaremos tarde a clase. – dijo Hermione preocupada.

- No es necesario que nos vistamos. – Draco no quería parar de besarla y tocarla.

- ¿Acaso quieres que vayamos así por todo el castillo? – Hermione reía divertida.

- No – él también reía ligeramente – la cuestión es que hoy nos quedaremos en nuestra torre, por favor Herms, seguramente jamás has faltado a clases, solo por hoy, no ocurrirá nada si faltamos, somos los premios anuales.

En realidad, ella tampoco quería moverse de ahí en todo el día, quería pasar el día completo con él, abrazados y en una que otra sesión de besos, aunque era cierto que jamás ha faltado, pero era eso exactamente lo que le hacía pensar que debía levantarse e ir, si quería llegar algún día a ser Ministra de Magia, debía aprobar todas sus clases y exámenes con las mejores notas, siempre ha sido una estudiante prodigio, no quería que eso cambiara.

- Tal vez el fin de semana Draco, pero debemos ir a clases, es nuestro último año y los É.X.T.A.S.I.S. debemos aprobarlos con las mejores notas, además, ¿no crees que los demás sospecharían un poco que ambos faltemos a las mismas clases?

- Tienes razón, pero por lo menos quedémonos un rato y aunque sea faltemos a la primera clase, no tengo muchas ganas de asistir a pociones con el profesor Slughorn – Trataba de convencerla dándole unos suaves besos por el cuello – Por favor – le decía entre beso y beso, al final parece que logró convencerla, porque puso una expresión de que él había ganado esta vez.

- Está bien, pero no te acostumbres – le dijo acercando sus labios a los de él.

Mientras tanto, en el salón de pociones, Harry y Ron se preguntaban dónde podría estar Hermione, debía estar muy enferma si había faltado a una clase, se decían, era muy raro esto en ella. Seguramente irían después a buscarla, si no está en su torre, debe estar en la enfermería con Madame Pomfrey.

Hermione había notado que la espalda de Draco y una parte de su pecho estaba cubierto por cicatrices, además de que ya era muy incómodo ver su marca de mortífago, ver eso también le hacía sentir aún más incómoda, así que decidió preguntarle.

- ¿Cómo fue que te hiciste todo esto? ¿Fue durante el tiempo en el que Voldemort se hizo con el poder? – le acariciaba cada cicatriz con cada palabra sintiéndose mal por él, aunque ella también sufrió mucho, seguro él también lo hizo.

Si me enamorara de ti... [Dramione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora