Si me enamorara de ti... [Dramione]

Capítulo 19: La carta

Hermione había olvidado por completo el baile de disfraces, Viktor la estaba invitando a que asista con él a la fiesta, ella hubiera pensado que iría con Draco, pero como están las cosas lo más seguro es que no, incluso se había mudado para no tener que verla. Hermione no dejaba de recriminarse por lo ingenua que había sido, él nunca le quiso, solo jugó con sus sentimientos y él había ganado porque Hermione le había entregado su corazón.

Pues si Draco no la llevaría al baile, iría con Viktor, después de todo él ha sido su amigo por muchos años, desde que se conocieron en su cuarto año en Hogwarts.

- ¿Quién te escribe Herms? No me digas que es... - dijo Ginny en un susurro para que no le escucharan Harry ni Ron, la miraba de tal forma que Hermione adivinara en sus ojos que la carta la había enviado Malfoy.

- No Ginny, no es suya, es de Viktor.

- ¿Krum? ¿Y qué dice la nota? – Hermione le pasó la carta para que la leyera.

- Me invita a ir con él al baile. Ya que quién tú sabes, y por primera vez no me refiero a Voldemort, me ha dejado.

- Entiendo, ¿entonces irás otra vez con Krum al baile? Deberíamos ir a Hogsmade a conseguir unos hermosos vestidos, la otra vez vi uno que me encantó y espero que siga ahí, podríamos ir disfrazadas de princesas – Ginny estaba emocionada por el baile, después de todo lo que tuvieron que pasar durante la segunda guerra mágica, un baile por Halloween y luego en Navidad, les sentaría muy bien a todos.

- Pues iré con él, necesito pergamino y pluma para responder a su carta, te veo luego.

De inmediato, Hermione fue hasta su habitación y comenzó a escribir:

Querido Viktor,

Es un gusto que me hayas escrito, claro que me encantaría ir al baile contigo, la vamos a pasar muy bien, igual que en los viejos tiempos.

Estaré esperando tu llegada.

Harry y Ron también te envían saludos y muchos aquí en el colegio están muy ansiosos por verte, espero que te esté yendo muy bien con tu equipo de Quidditch.

Con cariño,

Hermione Granger

Había terminado la carta y la ató a la pata de la lechuza de Viktor, no sin antes haberle dado agua y un par de dulces para que emprenda nuevamente su viaje.

Cerró su ventana y otra vez sintió la soledad de su torre, la falta de aquella rubia compañía que la hacía sentir muy bien con solo verla, abrazarla y besarla, se acostó en su cama y recordaba cada beso, recordaba lo que sus manos sintieron al tocarlo, al despeinar su hermoso cabello y sentía la fuerte mirada de esos ojos de plata líquida que la veían con amor y deseo.

Sin darse cuenta, una lágrima ya caía por su mejilla, ella no quería ser de esas chicas que se terminan sumergiendo en la tristeza, en la depresión por no estar más con esa persona que tanto aman y anhelan tener a su lado. Limpió su mejilla y poco a poco se fue quedando dormida.

Alrededor de la media noche, Hermione escuchó unas voces que provenían de la habitación que pertenecía a Draco, se levantó y caminó por el pasillo silenciosamente hasta llegar a la otra alcoba. La puerta estaba entreabierta, pero el poco espacio no la dejaba ver nada, quería saber qué estaba ocurriendo, de pronto escuchó una voz familiar.

- Sabes que ella no es nada para mí, me sirvió por un momento, pero ahora que ya conseguí lo que quería la he dejado – Hermione se quedó petrificada al oír la voz de Draco, se estaba burlando de ella, y no estaba solo, una mujer lo acompañaba.