VII

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—Follatelo de una vez- gruñó Joel al acercarse a Zabdiel, refiriéndose a Erick.

—¿A ojitos?- cuestionó olvidando, nuevamente, el nombre del ojiverde. Joel suspiró- ¿cómo le decías?¿Lucecita?- río.

—Luciérnaga- suspiró- se llama Erick y, si, hablo de él.

—¿Por qué de repente las ganas de que me lo folle?- cuestionó con burla el rubio.

—¿Podrías hacerlo sin cuestionarme?- pidió en un intento de no perder su orgullo.

Era humillante decirle a su amigo que el chico que le gusta gimió su nombre en un vídeo para el. Aunque en teoría el ojiverde creía que le mandaba el vídeo a Zabdiel seguía pareciendole humillante.

—Si, lo haré, pero igual te voy a cuestionar y joder hasta que me lo digas- le guiñó un ojo.

—No te lo diré, hazlo y ya- se quejó.

Eso le duro poco más de dos horas, ya que por más que intentaba el rubio no paraba de hablar de eso y aunque Joel intentará alejarse de este siempre volvía a encontrarlo para seguir cuestionando.

Era realmente muy intenso.

—Me mandó un vídeo- dijo por fin, y suspiró antes de seguir- dónde gemia tu nombre- murmuró.

—No  te escucho, habla bien- se quejo el rubio rodando los ojos- te mando un vídeo ¿y qué?-  Joel suspiro antes  de hablar.

—Gimiendo tu nombre- dijo por fin en un tono audible. 

—¿De verdad?- rió Zabdiel- bueno,  pero el cree que habla conmigo ¿qué esperabas que gimiera? Malo hubiera sido que gimiera tu nombre.

—¿Te lo vas a coger o no?- gruño el rizado, Zabdiel no lo entendía.

—Lo haría aunque no me lo pidieras- sonrió  con arrogancia- vamos a buscarlo- dijo rebuscando  en sus bolsillos.

—¿Qué?¿Ahora?- cuestiono incrédulo.    

—¿Por qué no? Antes mejor- sonrió con suficiencia.

 —Pero... ¿estas seguro?-  cuestiono nervioso el rizado jugando con sus dedos.

—¿Tu no?- cuestiono elevando una ceja.

—No es... no es eso, solo que no me lo esperaba- se encogió de hombros fingiendo seguridad. 

Si, el le había pedido que se lo cogiera ya que le parecía buena idea consolarlo cuando Zabdiel lo botara pero no se sentía mentalmente preparado para saber que su amigo se follara al chico que le gusta y pensó que tan doloroso seria llegar  a verlo. 

Entonces tuvo una idea.

—No lo hagas hoy- lo detuvo. 

—¿Qué?¿Por qué?- cuestiono el rubio deteniendo su paso. 

—Fiesta, en tu casa, el sábado. 

—No entiendo tu punto- frunció el ceño el rubio. 

—Qué hagas una fiesta en tu casa el sábado, Zabdiel, no es tan difícil de entender- puso los ojos en blanco.

—Si, bueno, eso lo entendí y, la verdad, me gusta la idea así que lo haré pero ¿para qué?¿qué tiene que ver con ojitos?- cuestiono confundido, caminando hasta su mesa de siempre en la cafetería.

—Lo invitas a la fiesta, lo emborrachamos un poco y...

—¡Dios!¡Joel! Eso no, seré lo que quieras pero un violador- exclamo asqueado y sorprendido por lo que acababa de decir su amigo.

—Iba a decir un trió- dijo sorprendido por la reacción de su amigo- cuando digo emborracharlo no hablo de que al día siguiente tenga una resaca de puta madre, hablo de dos o tres tragos cuando aun esta sobrio pero más animado, digamos- explico- aunque, quien sabe, tal vez hasta lo logremos sin darle nada de alcohol, tu le gustas así que por ti iría sin rechistar pero el problema soy yo.

—¿Osea que voy a organizar una fiesta solo para que nos lo cojamos entre los dos?- cuestiono elevando una oscura ceja, el rizado asintió levemente, nervioso por su reacción- me gusta como piensas, amigo- sonrió y luego se paro en el banco para subirse a la mesa donde silbo sonoramente para dirigir la atención hacia el- fiesta en mi casa el sábado, todos invitados- dijo para luego saltar de la mesa y acercarse al ojiverde que se notaba muy nervioso, se acerco a su cara y fue directamente a su oído- no faltes, ojitos- murmuro con voz grave para luego alejarse, no sin antes dar una leve caricia en su cara.

Joel veía toda la escena  sabiendo que se iba a arrepentir. 

Recalienta||Joerick||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora