XVI

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—¿Qué? - le cuestiono el ojiverde incrédulo.

—Que me gustas, no es muy difícil de entender.

—¿Te gusto? - cuestiono aun sin poder creerlo.

—Me gustas para coger, pero también me gustas para abrazarte en todo momento y apoyarte siempre que necesites, Me gustas para meter mi pene hasta tu garganta, pero también me gustas para darte mimos y ver una película tirados en el sillón cuando estés triste y cuando no también. Realmente me gustas mucho, y para muchas cosas- afirmo sonriendo para luego acariciarle la mejilla.

—¿Por qué? Ósea, digo ¿por qué te gusto?

—¿Por qué no?

—Joel- reprocho alargando la e.

—Es que, te podría decir que es por tu físico, pero entonces seria deseo, no amor, te podría decir que es porque eres inteligente, pero entonces seria admiración, te podría decir tantas otras cosas e igual no alcanzaría a expresarte lo mucho que me gustas.

—¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Porque te lo estoy diciendo ahora- se encogió de hombros consiguiendo una mala mirada por parte del menor- no lo sé, solo, tuve ganas de decirlo ahora, así como antes no tuve ganas de hacerlo. El punto es que me gustas.

—Entonces era cierto- murmuro para sí mismo.

—¿El qué?

—No, nada- negó con la cabeza- pensaba en voz alta.

—¿Y en que pensabas? - cuestiono bajando sus manos a su cintura para acercarlo más a él.

—Zabdiel me dijo que creía que yo te gusto- explico mirándolo a la cara- pero tú no le afirmabas nada- se encogió de hombros.

—Pues Zabdiel no se equivocaba- sonrió divertido.

Ninguno dijo nada más por los próximos segundos hasta que Joel se acercó un poco más para juntar sus labios suavemente, solo los dejo ahí un par de segundos y se separó nuevamente para sonreír de dejar un pico antes de separarse casi por completo.

—¿Y eso? - cuestiono el ojiverde sonriendo.

—Solo... tenía ganas de hacerlo- sonrió encogiéndose de hombros ¿te molesto? - cuestiono frunciendo el ceño, preocupado.

—No lo sé, no fue suficiente como para reaccionar, creo que tienes que hacerlo otra vez- sonrió esperando que el rizado volviera a juntar sus labios.

Esta vez poso su mano en su mejilla para evitar que se separase, aunque sabía que no lo haría, la realidad es que le gusta tocarlo. Junto sus labios suavemente, comenzando con un simple roce por un par de segundos hasta q decidió morder ligeramente su labio inferior para luego apretarlo suavemente con los suyos y finalmente se separó sonriendo.

Su sonrisa se ensancho increíblemente al separarse y ver a Erick aun con los ojos cerrados y los labios ligeramente húmedos.

—¿Sabes? - dijo logrando que habrá los ojos- podría ir a Paris, Roma, Grecia o Egipto pero igualmente para mí la vista más linda de todas seguiría siendo tu rostro luego de besarte.

—No sé qué hice para merecerte, de verdad que cualquiera se sentiría tan afortunado de tenerte a su lado.

—Lo mismo digo, pero, a mí no me interesa que cualquiera se sienta feliz de tenerme, me interesa que tú lo hagas.

—Lo hago- afirmo sonriendo- y, no sé, tal vez podríamos intentarlo- dijo nervioso- no como algo formal, aun, pero intentarlo- ofreció bajando la mirada con vergüenza- ¿quieres?

—Contigo quiero todo- sonrió levantando su cara para volver a juntar sus labios.

Recalienta||Joerick||Terminada||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora