Recalienta||Joerick||Terminada||

XIV

Joel acomodo al más pequeño en cuatro y se acomodó sobre este posando su lengua en donde terminaba su cabello y empezaba su nuca para bajarla en una agonizante lentitud, para Erick que chupaba la polla de Zabdiel, hasta llegar a su trasero donde hizo el mismo que Zabdiel hace unos minutos durante unos minutos ya que luego bajo para lamer sus bolas mientras lo masturbaba.

Zabdiel tenía la cabeza echada para atrás con los ojos cerrados disfrutando la increíble calidez que emanaba la boca del ojiverde que lo miraba mientras pasaba su lengua por todo su largo, volvió a la punta que comenzó lamiendo cual paleta y luego la envolvió con su lengua que posteriormente "metio" en la abertura, luego metió con dificultad todo el pene del rubio en su garganta tratando de ignorar las arcadas que le daba, pues llegaba a rozarle la garganta.

Tenía un mete-saca con el mismo ritmo en que el rizado lo masturbaba hasta que lo saco de su boca.

—Eres tan grande, joder- gimió el más pequeño provocando que el rubio se corra rápidamente manchando toda su cara.

Joel se levantó y miro a Zabdiel que asintió y se sonrieron mutuamente.

Joel se apoyó en Erick chocando su pene con su agujero, mas no metiéndolo, y comenzó a frotarse contra este que rápidamente arqueo la espalda empinando y moviendo su trasero en busca de más contacto.

—Dios... Joel- gimió moviéndose más.

­—¿Qué quieres, Er? Estoy a tus ordenes- dijo con la voz ronca debido a la excitación.

Si bien ya se sentía demasiado excitado por tener así el nivel incremento demasiado al sentir como el pene del rubio comenzaba a rozarse en su trasero con demasiada velocidad y, al igual que Erick, arqueo la espalda empinándose para poder recibir más contacto.

—Follame- murmuro el ojiverde en un desesperado pedido.

Joel llevo dos dedos a su boca y luego de lubricarlos bien los metió de a uno gimiendo ligeramente por lo apretado que se encontraba, el rubio imitaba sus movimientos sacándole gemidos, al igual que Erick que ya no podía controlar su volumen.

Al cabo de un par de minutos en un constante mete-saca el rizado simulo hacer tijeras en su interior un rato más para terminar de dilatarlo lo más posible.

—Dime que quieres- pidió con la voz ronca.

—Que me folles- admito.

—¿Quieres que te rompa este hermoso culo que tienes? ¿Qué te coja tan fuerte y tan bien que después necesitaras ayuda para caminar? - cuestiono jadeando rozando su miembro con el agujero de Erick que sintió una corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo e ir directamente a su pene.

—Si, joder, si, Joel- gimió empinando más su trasero.

No le hizo falta nada más para introducirse en él provocándose un gemido a los dos por lo apretado que estaba.

A Zabdiel tampoco le hizo falta más espera para introducirse en el ojimiel robándole un fuerte gemido que el también soltó, él también estaba muy apretado.

Los dos embestían a un ritmo suave pero constante que de a poco iba a aumentando, al igual que el volumen de los gemidos tanto de Erick y Joel.

—Más- pidió Joel al rubio que pronto aumento su velocidad dándole lo que le pedía.

Joel también aumento su velocidad sacando fuertes gritos del menor que se sentía en el cielo.

Zabdiel le proporciono una nalgada a Joel que chillo complacido empinándose por más. El rubio sintió el orgasmo se acomodaba en su estómago por lo que bajo su velocidad ya que no se quería volver a correr tan pronto, más eso solo le duro lo suficiente para salir de Joel y correrse en su espalda la cual lamio probándose a sí mismo hasta llegar a su agujero con el que empezó a jugar tanto con sus dedos como con su lengua.

Joel, que era un mar de gemidos, llevo la mano hacia el pene de Erick que con el simple roce de este se corrió en su mano, apretando con fuerza la sabana tratando de no caer por las pocas energías que le quedaban.

Ante el apretón que le dio el agujero de Erick a su pene el rizado salió de Erick, que cayó, rápidamente a la par que el rubio dejaba su agujero y cayó en la cama aun con una erección que el rubio no tardo en bajar con su boca.

Los tres se tumbaron en la cama mirando hacia el techo jadeantes y totalmente agotados por lo que acababa de pasar.