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Aquí claramente tenemos un capítulo relajado, algo para aumentar la tensión...
































—Soe— un joven policía toca a la puerta del mencionado.

—¿Qué pasa?— el hombre no deja de teclear en su computadora, casi como si estuvieran ignorándolo —Espero que sea importante—

—Alguien quiere hablar con Yukihira Soma— soltó sin más el joven.

—Eso no es sorpresa, el lunático tiene todo un club de admiradores que le quieren reventar los testículos— dejó lo que estaba haciendo y suspiró cansado pues sabía que no lo tenía fácil, a diario le llegaban cartas esperando que pudiera hundir al desgraciado que había sembrado la semilla de la muerte en la ciudad —Dile a esa persona que no estoy de humor, no tengo tiempo para juegos—

El joven policía ni corto ni perezoso se acercó hasta su superior, tomó una de las sillas y lo miró de forma inquisitiva —Pero estoy seguro que esta visita es diferente, puede que incluso te ayude con el caso—

—No hay nada que arreglar, Soma se ha declarado culpable—

—Ah, ¿en serio?, entonces supongo que no te importa la versión de ella— volvió a levantarse para salir del lugar.

—¿Ella?— preguntó con suma curiosidad.

—Oh, sí, Nakiri Erina se encuentra aquí en estos momentos— con su sonrisa de lado el joven tomó el pomo de la puerta y se dispuso a salir de la oficina.

Soe sintió las ansias invadir su torrente sanguíneo, ¿La víctima?, solo alguien poco cuerdo busca al asesino de sus seres queridos. No era como si no supiera nada de ella, claro, en algún momento había testificado y aunque siempre dijo haber sido "honesta" jamás se quejó de Soma, nunca, ¿Cómo era eso posible?

"Prometí que  nadie jamás la lastimaría" incluyendo lo.

Si todo era verdad, entonces Soma cumplió su palabra. Dijo que era alguien impulsivo, no puede ser que su obsesión tenga un límite, por como habla no parece alguien de barreras. Ella era como un terrón de azúcar, tan vulnerable y frágil, en cambio Soma, él era prácticamente un enfermo mental, ¿Cómo puede el caos contenerse ante la más noble flor?

Soe se levantó de su asiento, tomó la chaqueta que tenía en el perchero y fue rumbo a buscar a la flor lastimada.

La vio sentada en la recepción, parecía algo nerviosa. Se acercó con cautela, no quería admitirlo, pero Soma tenía razón, a primera vista ella es alguien que se quedaría en tú memoria para siempre. Ella estaba acariciando sus largos mechones dorados, cada parpadeo de sus ojos era tan voraz que podías decir que Erina podría gobernar el mundo con solo pedirlo.

"Maldición" el oficial se abofeteó mentalmente "¡Qué mierdas estoy pensando!" sacudió un poco su cabeza cuando ya se encontraba cerca de la dulce chica "Concéntrate Soe, es tu trabajo"

—¿Nakiri Erina?— dijo una vez que estaba al frente de ella.

—Sí, soy yo— se levantó de su asiento con cierta duda, con una mano en su pecho y con esa mirada de niña tierna —¿Usted es el oficial, Soe?—

—Sí, lo soy— reafirmó fuerte y claro —¿Viene a testificar contra Soma?— estaba seguro que ella les había dicho todo lo que sabía, pero siempre hay personas que dan falsos testimonios, así que no estaba de más corroborar.

—No, de hecho, he venido por algo más— juntó sus dedos apenada.

—Usted dirá—

—Quiero ver a Soma— apretó los puños como si se estuviera conteniendo —Por favor, oficial, sé que usted lleva su caso, así que permita que lo pueda ver—

FilofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora