11

624 73 20
                                    

Capítulo muy corto pero es lo que necesitan en sus vidas :,3
















Mientras parecía consternado porque Soe se fue sin decirle una palabra, permaneció inmóvil en su silla, indiferente con todos aquellos que a través de cámaras lo miraban fijamente. Volvió su vista hacia la puerta con la esperanza de seguir con la plática tan amena que tenía con su querido amigo, pero no pasaba nada, quizá pronto lo llevarían a su celda como otras veces.

Escuchó ciertos murmullos de los que se encontraban fuera de la sala algo así como "Aseguren todo" o "Tomen todas las medidas necesarias"

Soma se sintió más ansioso de lo usual, quizá Soe estaba a punto de volver y con algo realmente grande. Se enderezó en la silla, sus manos picaban, tanta era su emoción que empezó a rascar la piel de la raíz de sus uñas y tirar de ella para infringir dolor que pronto se convertía en gracia para él.

—Bien, estamos listos—

Soma no dirigió su mirada a la voz, solo sonrió sabiendo que era Soe quien estaba tras su espalda. El trote de otros policías hizo eco en la sala, siendo unos tres más los que entraban y estos por sus trajes parecían más que simples policías.

—Cuando usted guste...— dijo Soe quien tomó la silla que generalmente era destinada a él y en un acto de caballerosidad se la ofrecía a una tercera persona —Siéntase como en casa, señorita Nakiri Erina— terminó por decir con esa voz cargada de sorna mientras miraba fijamente a Soma y su expresión de asombro.

Tan pronto como Soma recobró los sentidos movió su cabeza lentamente hacia atrás, corroborando su buena suerte o muy mala suerte ¿Por qué? Ella siempre parecía un sueño, como muchas otras veces en las que Soma no dejó de asombrarse de ella, pero ahora, ahora Erina parecía una pesadilla.

Erina se miraba de todo menos cálida, era indescriptible para el pelirrojo buscar un término para definirla, solo sabía que esa expresión en los amatistas no era cosa de todos los días, o de algún día que él recuerde.

—¡Niña de ojos violetas!— gritó con emoción el pelirrojo que con desesperó intentó buscarla de alguna manera —¡Sabía que volverías! No tienes idea de las cosas que he hecho y de lo bien que me tratan aquí, resulta que hace poco un policía con muchos huevos creyó que...—

Su corazón se hundió por completo cuando la vio caminar indiferente, tomar la silla que Soe le estaba ofreciendo y sentándose como si nada en la sala le importase más que estar cómoda.

—¡E-erina!— dijo con cierto grado de preocupación —Me alegra saber que estás bien...yo...realmente te he extrañado estos días y...—

Se detuvo, Erina ni siquiera correspondió a su saludo.

Soma ladeó su cabeza, la inclinó ligeramente hacia la rubia y buscó algo en sus ojos, un poco de felicidad, solo eso quería —¿Niña de ojos violetas?—

—Nakiri para ti, Yukihira— dijo secamente Erina mientras rechinaba los dientes.

—Ohh~— Soma miró con perjuicios hacia Soe quien endemoniadamente satisfecho le sonrió —Si tu actitud tiene que ver con la plaga que tiene placa y asegura ser hombre de ley...— Soma habló a Erina con ese tono frío —Déjame decirte que te está engañando—

FilofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora