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Gente!!! Fiuuuu....estoy completamente exhausto, creo que jamás había actualizado tantas historias. 

Me gustó este hermoso día en el que me dedique a amar mis historias y a complacerlos a ustedes que con mucho amor recibo todos sus comentarios y votos.

Gracias sinceramente, ahora sí los dejaré tranquilos, nos vemos en la próxima.




























—¡Es aquí!—

Soe dirigió su mirada hacia uno de los sujetos del grupo de investigación. Tal parece que la habían encontrado. Suspiró pesadamente sacando sus dudas e inseguridades intentando serenarse para lo que fuera que sus ojos tuvieran que ver.

Cada paso tensaba su ser, mientras más subía cuesta arriba por ese territorio escarpado sentía alivio de que Soma no estuviera ahí, porque en su corazón sabe que lo que sea que vaya encontrar le haría maldecirlo y querer golpearlo hasta matarlo.

"Oficial, ella no era la indicada...la tenía que matar"

Recordó las palabras estruendosas de ese demonio sin corazón ¿Qué fue lo que realmente hizo?

Sin embargo, no podía esconder que, el paisaje era hermoso. La vegetación era una verdadera belleza, el aire era fresco y renovador, la flores en su absurda pero maravillosa paleta de colores pintaba cada rincón de ese lugar.

—¡Oficial Soe!— volvió a gritar otro sujeto alzando su mano hacia el mencionado esperando que acelerara —¡Tiene que ver esto!—

Soe se incorporó hasta el lugar, sus ojos inquietos y llenos de angustia enfocaron una especie de caja enorme de madera que estaba saliendo de un gran hoyo en la tierra. Parecía que la caja no estaba en su mejor estado, tenía algunas grietas y cierta humedad de algún líquido extraño e indescriptible que estaba bañando la madera.

—Según lo que dijo Yukihira Soma— comenzó a relatar uno de sus compañeros —Este debería ser la tumba de la chica—

Soe miró al equipo forense y con un ademán les indico que debían abrir la caja. Los uniformados quitaron los cerrojos de la caja y la levantaron de un tirón. El olor a podredumbre hizo que todos retrocedieran de un salto. Había tantas alimañas dentro, gusanos, asquerosos gusanos que caminan como en su casa sobre el cuerpo muerto de una joven. Era difícil describir con exactitud de quién se trataba, su carne o, mejor dicho, la poca que había no era lo necesario para hacer un perfil de la chica en cuestión.

—Oficial Soe, esto es...— un hombre sacó lo que parecía ser un contenedor, no, era más bien una especie de tanque —Son dos— dijo sacando ambos objetos de la caja —¿Se supone que son...?— interrogó uno de los policías que estaba junto a Soe.

Soe miró la etiqueta apenas perceptible en uno de los tanques "Oxígeno" decía, entonces el oficial endureció su corazón —Son tanques de oxígeno— dijo intentando mantenerse cuerdo —Yukihira Soma enterró a la chica viva y le dio algún tipo de esperanza manteniéndola con oxígeno, eventualmente se acabaría y ella moriría por la falta de aire—

—¿Cuánto se supone que fue eso?— interrogó uno de los policías.

Soe no dijo nada ante la pregunta, ni siquiera quería imaginárselo.

—Lleven el cuerpo al laboratorio, examinen con cuidado y háganme saber cualquier detalle— dio órdenes a su equipo —Yukihira Soma será quien muera una vez que acabemos con esto—

Todos los demás asintieron a sus palabras. No era de extrañarse que todos sabían que el oficial Soe se había tomado el caso muy personal, su objetivo, por muy increíble que fuera era el de condenar al Yukihira Soma. Lo haría pagar con la pena más mortal de todas, así quizá y solo quizá, los muertos puedan descansar en paz.

FilofobiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora