Renacuajo.

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–¿Qué quieres que te acompañe a ver a quién?– Respondió Pastel Tonio con medio pastelillos en la boca viéndose sus afiladas uñas y sin prestarme mucha atención.

Había decidido ir a buscarla, a ella, a la voz en mi cabeza, la curiosidad me estaba matando y posiblemente no lo olvidaría así de fácil. Estaba consciente que ir con ella implicaría correr un nuevo riesgo que me pondría en la cuerda floja, si alguien se enterará que el traidor de Villa Troll fue tras una villana aún más odiada si eso ya era posible, habrían muchos problemas. Sin embargo, no podía ir solo, y nadie mejor que alguien que no conoce mi historia para acompañarme. Ahora mismo estábamos en su capullo y le había llevado una cesta de pasteles para ayudar a convencerlo, lo único bueno que me enseñó chef fue la manipulación.

–A una... Amiga.– No quería entrar en detalles, rasque mi nuca con incomodidad mientras que el ex rompefiestas alzaba una ceja. –Es una bertena.– Se mostró con más interés que antes.

–Ok eso sí me interesa.– Kaboom dió un aplauso con decisión y me apunto con su afilada garra. –¿Pero por qué yo?–

–Bueno, mi amigo Aspen se lastimó ayer y no quiero molestarlo.– Dije la verdad a medias y la expresión en la cara de el contrario me hizo temblar.

–¿Voy como un reemplazo?– Pastel dijo con algo de dolor pero lo oculto con su característico tono sarcástico y malhumorado. –No quiero ser la segunda opción de nadie, gracias.–

–No no no no.– Levanté las manos intentando arreglar la tontería que había dicho. –Tambien es porque...– Pensé en alguna escusa u otra razón al azar para no hacerlo sentir mal. –Quisiera saber de tí.– Fue lo primero que se me ocurrió.

–¿De mí? ¿Por qué?– Preguntó con la nariz arrugada en una mueca.

–Es que el otro día deje mi clase contigo ahí y creo que fue algo grosero.– Intenté no hacer contacto visual porque al ver su ceño fruncido no quería arruinarlo más. –Y estaba en mi peregrinación de yoga cuando paso todo esto de su invasión y blah blah blah.–

–Ja, con razón no sé nada de ti.– Pastel se puso de pie después de haber estado comiendo en el suelo durante toda la plática. –Ok voy contigo.–

–¿Enserio?– Pregunté aliviado.

–Si, es eso o quedarme a escuchar a todos cantar.– Me ofreció su mano para ayudarme a levantarme y obvio lo acepté. –¿Nos vamos ya?– Asentí y tome una mochila con un montón de cosas guardadas, el viaje era no era ni muy largo ni muy corto.

Aliviado de que nadie se percatará de mi huida con el rompefiestas, salimos en búsqueda de esa mujer. Chef era la dueña de mis pesadillas y la molesta voz en mi cabeza, esto era una mala idea pero por el lado positivo, no era la única mala idea que he tenido en la vida. El trayecto hasta una vieja casa en el árbol era demasiado largo, casi dos horas a pie, nos dió hambre varias veces en el camino sin mencionar que a veces los ruidos de la naturaleza no eran muy lindos, no todos los animales tienen ojos hermosos y pelo adorable; el bosque era engañoso. Para distraernos y no hacer el trayecto más largo y aburrido de lo que ya es Pastel me contaba algo mientras que yo recordaba mi mapa imaginario de como llegar allí, si no me equivocaba ya estábamos muy cerca.

–Y así es como ocultaba la cola en mis disfraces.– Aguante una risa mientras que Pastel terminaba de explicar con neutralidad, yo miré a los lados escuchando nuestras pisadas golpear las hojas en el suelo.

– Que interesante.– Me detuve y tome una gran inhalación, sentía un aura amargado muy cerca. –Creo que llegamos.– Mire hacia arriba igual que mi acompañante, si, había una desgastada casa en un árbol casi derrumbándose justo ahí.

Mala Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora