¿Eres feliz?

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Aunque estaba muy cerca, volver a casa no fue lo más sencillo, sabía lo difícil que sería ver a todos a la cara y decirles que lo sentía por traicionarlos por segunda ocasión, tal vez las cosas habían cambiado desde que me había ido, lo que sea, sabía que no me la iba a pasar bien, no me iban a recibir con los brazos abiertos como la vez pasada.

Nifty pareció notar que me había tensado, así que dejó de volar para posarse en mi hombro y restregar su pequeño rostro con mi mejilla, yo sonreí mientras llevaba de la correa a Rocky.

—Lo sé, no será agradable.— Dije mientras sobaba mi ojo morado. —Tengo que dar muchas explicaciones que no sé cómo dar exactamente.— Susurre antes de llegar a un montón de arbustos y moverlos hacia un lado, mi corazón se estrujó cuando el escenario se me hizo tan familiar, moví cada arbusto y rama, para llegar a Villa Troll.

Cuando llegué, mi vista se recorrió por todos los trolls que seguian ordinariamente sus vidas, otros compraban por el mercado y hacían sus rutinas de siempre, un troll cualquiera posó sus ojos sobre mi y me apunto gritando aterrado.

—¡Arroyín volvió!— Pude jurar que el grito de todos los trolls en la Villa sacudió el árbol por completo, puse mis ojos en blanco cuando todos empezaron a huir de un lado a otro exactamente como la otra vez.

Me cubrí mi ojo por la vergüenza justo antes de que la reina de Villa Troll y su mano derecha llegaran corriendo ante la dramática escena que se estaba formando, Ramón había sacado de su cabellera a Gary apenas me vio y Poppy simplemente me vio con molestia, poniendo un brazo enfrente del pecho de Ramón impidiendo que diera un paso más.

Rocky gruñó y yo me agaché para acariciarlo con mi mano libre, mi otra mano aún cubría mi herida. —No vengo a hacerles daño.— Dije solamente y ninguno pareció creerme.

—¡Dinos que haces aquí, traidor!— Confrontó Poppy primero sorprendentemente, paso sus ojos por mi cuerpo seguramente notando cada moretón por lo que dejó su tono y preguntó con más curiosidad. —¿Qué te pasó?—

—No te distraigas, Poppy.— El troll azúl dijo para verme a mi nuevamente. —Si planeas traer a los rompefiestas, estamos listos para cualquier ataque suyo.— Ramón apunto a los botones de su control remoto apunto de presionar el más grande. —Asi que será mejor que te expliques por las buenas o-...—

—Cierra la boca, Ramón.— Lo interrumpí drásticamente por lo que los presentes alzaron sus cejas. —Escuchen, se que están molestos conmigo, ir con nuestros "enemigos" no es lo más ideal ¿Pero no me dejarán explicarles?— Pregunté un poco molesto, Nifty se asusto así que recargue mas mi mejilla en ella.

—No necesitas explicarnos, Aspen nos contó todo.— Dijo Ramón aún apuntandome con la única arma autorizada en Villa Troll. Maldije mentalmente que Aspen hubiera hecho eso, pero no lo culpaba. No sabía si me facilitaba o dificultaba explicarles todo así. —Así que simplemente te fuiste por "triste", si, es una buena excusa.— Suspiré, de molestia y tristeza al mismo tiempo, trate de desviar la mirada con la mano aún en la cara.—¿Por qué te cubres?— Preguntó Ramón pero no por curiosidad o preocupación, por su típica desconfianza.

—No es de tu incumbencia.— Sabía que decirles que las personas con las que habían escapado me habían lastimado físicamente iba a ser lo más desagradable, no quería recibir comentarios sobre el karma o que lo merecía.

—Como quieras, pero no estamos dispuestos a perdonarte está vez.— Amenazó el troll azúl aunque Poppy no había dicho nada. —Te dimos el beneficio de la duda y nos apuñalaste por la espalda ¿Tienes una excusa? Seguramente te la pasaste genial con esos bandidos hasta que la consciencia te remordió.— Gruñí aún cubriendo mi ojo morado, mi vista se dirigió a Nifty en mi hombro, que a pesar de que no hablaba, entendía que me estaba diciendo, que si mostrará que me habían hecho.

Mala Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora