Mentiras.

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No me había levantado de la cama en mucho tiempo, es más, ni siquiera me di cuenta si aunque sea mucho había pasado. No importaba nada en realidad, solo quería disfrutar este momento. En serio, la música de esa cajita era hermosa, era la melodía más dulce que jamás había escuchado, la o el dueño de la caja pensó en todos los detalles, tenía una buena imagen y la tonada suave, de verdad quería conocer a esa persona, parecía que le importaba demasiado ¿así es como se sentía el amor verdadero?

"No sabes ni quién es." y ni quisiera esa voz podía desanimarme. Nada podía arruinar este momento.

—¡Arroyín, Arroyín! ¡Ábreme, tonto!— La voz de el rompefiestas golpeando la puerta logro que despertara de mis pensamientos, vi el reloj al lado de mi cama y aun era de tarde, 4 pm para ser exactos. Y de solo ver la hora me dio hambre de nuevo, no había comido bien en todo el día. Esperando que de milagro el rompefiestas trajera comida me levante de la cama aun con la cajita en mano y fui a abrirle la puerta. Pastel se escuchaba molesto y cuando lo vi el tenia los brazos cruzados, me quede en silencio al igual que el, supuse que quien debía hablar era yo. 

—¿Hola?— 

—Hola mis polainas.— Me respondió abruptamente enojado. —Ya me entere que la vieja que fuimos a visitar ahora vive con los bertenos.— Sonreí incómodamente. —Ok, creí que era tu madre adoptiva ya que te tenia como esclavo y no parecía amable contigo pero ¿por que todos le temen? Nadie quiso responderme, hasta hablar de ella les daba temor. Ya dime la verdad ¿por que la visitamos?— Pastel miro por unos segundos mis brazos y luego volvió a verme a la cara, pero su vista regreso al mismo punto. —¿Qué es eso?—

Al principio no entendí a que se refería pero mire lo que aun estaba cargando, el regalo que me habían dejado hace horas. —¡Ah si! Es una cajita musical, alguien me lo dejo con una carta.— Expliqué emocionado reprimiendo un grito, moví la pequeña palanca para que se escuchara la melodía suave y el contrario seguía boquiabierto. —¿No es bonita? Quien sea que me lo haya dejado ya me tiene a sus pies.— Dije suspirando abrazando el regalo.

—Es algo extraño que te regalen algo sin dejar de quien es, sabes.— Me explico el ex rompefiestas dejando de ver la caja hermosa para decirme aunque a mi no me podría importar menos. —¿No se te ocurrió que puede ser un traficante de órganos que quiere vender tu corazón?—

—¿O que puede ser mi alma gemela? ¿Tampoco se te ocurrió?—

—No.— Me respondió con el ceño fruncido. —Bueno ya, eso no importa. Ya es tu problema. Solo responde mi maldita pregunta.—

—¿Cual pregunta?— Pastel Tonio me miro con frustración. —Lo siento, es que la plática de la cajita me emociono mas.— 

—¿Quién es la berteno que visitamos?— Me dijo secamente, seguramente ya harto de esta conversación. 

Me debatí mentalmente si decirle o no, Pastel era un rompefiestas y estaba muy alejado de los peligros de ser un troll real, no quería que se molestara conmigo porque pues, la lleve a ver a una asesina de trolls pero tampoco quería mentirle, ya le había mentido demasiado a mis amigos. Sin embargo, las palabras no salían de mi boca, para contarle quien es tenia que contarle toda la historia de mi pasado pero Dios, por fin tenia un amigo que no sabia nada de la historia de la traición, tenia que aprovechar eso. No quería arruinar otra amistad, hacerla incomoda con Aspen ya había sido suficiente para mi. 

—Es una berteno que se escapo de los suyos.— Era la verdad a medias obviamente y eso que dije fue lo primero que se me ocurrió. —Yo la visitaba solamente pero las visitas se convirtieron en un secuestro y ya no me dejo ir.— Ojala esa hubiera sido la historia real. 

Mala Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora