Lo que creemos.

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Un día después de ser un troll oficial a los ojos de la Villa, llegué a Prado Rocoso con una hermosa sensación de calidez que recorrió toda mi piel, vamos, ni cuando regrese por primera vez a Villa Troll tras meses en el exilio me sentía así de feliz, tal vez por el hecho de que vería a mis dos mejores amigos cumpliendo lo que estaban destinados a ser, yo nunca encontré lo mío, pero ver a Pastel y a Aspen lograrlo para mí sería todo un honor.

A pesar de que su nueva armadura era muy fría, sentir los brazos de Aspen al rededor de mí me llenaba de emoción, solo había pasado un día sin verlo y lo había hechado mucho de menos. Nifty volaba a nuestro alrededor mientras Rocky frotaba su pequeña cabecita con los pies de el contrario, reí bajamente cuando nos separamos del abrazo.

—Dijiste que nos visitarías, pero no creí que tan pronto.— El anaranjado dijo mientras ambos estábamos en la entrada de su castillo, él por obvias razones vigilaba la puerta. —¡Y mira! Se están bajando algunos moretones.— Apuntó a algunas marcas de golpes en mi cara.

—Lo sé, creo que el único que tardará es este.— Dije señalando a el enorme círculo morado que rodeaba mi ojo izquierdo. —Pero estaré bien, y respecto a lo primero... La verdad, creo que quiero vivir aquí.— Mi sonrisa fue ancha, pero no tanto como la de el otro troll, tuvo que contener su alegría para no gritar de emoción,l.

—¡Eso sería genial!— Gritó Aspen intentando no dar saltitos de la felicidad, se me había tierno como intentaba mantenerse serio por su trabajo pero no podía.

—Claro, si Pastel no tiene problema.— Aclaré, no le quería causar inconvenientes tampoco sabiendo lo lleno que estaba de responsabilidades ahora, no quería ser una carga.

—No tendrá problema ¿Cómo puedes decir eso?— Aspen dijo despreocupado, cruzando los brazos con una sonrisa, cada vez que se movía el metal de su armadura hacia un sonido. —Somos como hermanos para él, sin duda dirá que sí, además de que él en el fondo quería que te quedaras, pero ya sabes que cerrado es él.—

—Lo entiendo completamente.— Asentí, aún recordaba lo difícil para él que fue que me contará toda la verdad sobre su pasado. —Y hablando de él ¿Dónde está?— Pregunté y estaba a punto de entrar al castillo para buscarlo por mi cuenta pero justo en ese momento, el golpeteo de lo que parecían patas de un animal gigante sacudió la tierra, a muchos habitantes del prado no pareció sorprenderlos aún cuando la enorme mascota de el líder de la banda que alguna vez se llamó "rompefiestas" llegó corriendo hasta la entrada del castillo con cierto jefe primerizo en su espalda.

Pastel llegó lleno de vida, bajó del elefante a través de la trompa de este y lo acarició. —Gracias, amigo, te lo ganaste.— Se sacó de la manga un pescado y lo arrojó a un lugar no tan alejado y el enorme elefante corrió por él rápidamente.

Pastel me miró algo sorprendido, yo levanté la mano como saludo moviendola en el aire, pero para mi sorpresa fue a abrazarme, sus brazos rodearon mi espalda, yo obviamente no negué la muestra de cariño, recordé cuando me dijo que a él no le gustaban los abrazos como a mí, eso ya se sentía muy lejano al presente.

—No esperaba tu visita.— El de ojos miel alejó su cuerpo del mío y a pesar de que eso me entristeció un poco sabía que era lo que debía ser. La sonrisa del jóven mostraba sus colmillos, me gustaba verlo tan animado y feliz, se lo merecía después de tanto tiempo sufriendo por su familia y por el mismo.

—Es que no es una visita.— Aclaré mostrando las maletas que había dejado en el suelo cuando llegué a abrazar a Aspen, sonreí nervioso y Nifty se posó en mi hombro nuevamente mientras Rocky era acariciado por el nuevo guardia de Prado Rocoso, las dos mascotas en ese momento vieron como el elefante se iba corriendo por todos lados así que fueron con él, nos quedamos los tres solos, seguí hablando. —Jefe Kaboom, quiero pedirle que me dé un hogar aquí, eso si a usted le parece.— Dije con educación solo para lograr molestarlo un poco, lo logré porque rodó los ojos pero al fin y al cabo ambos sabíamos que estaba jugando.

Mala Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora