Basura.

214 24 53
                                    

Nunca me había sentido tan bien en tanto tiempo, hacer un amigo nuevo era algo fantástico después de haber tenido a los mismos amigos de toda la vida, Pastel sin duda era un "troll" singular, pareciera que tenía un mal carácter pero si lo conocías más a fondo descubrías que en realidad solo es incomprendido y necesitado de amor, nada de otro mundo. Después de el picnic estuvimos juntos todo el día, evitamos entre los dos, digo tres, las horas de abrazar y tuvimos que dejarlo en su hogar al final porque su casa estaba un poco más lejos, casi al final de Villa Troll.

—Llevas mucho rato hablando de Pastel.— Se quejó Aspen interrumpiendo todo lo dicho, ya era de noche y ahora íbamos camino a su casa, tenía un muy mal humor a pesar de habernos divertido los tres juntos, y puede ser que pensarlo me haga mala persona, pero eso me enfadaba. —Puede ser que sea alguien sorprendente, pero no es para tanto...—

—Se que es raro para ti, pero me has tenido para ti solo mucho tiempo.— Aspen no respondió por lo cual proseguí. —Y creí que tú estarías feliz si socializaba más, es un poco difícil encontrar amigos realmente cercanos para mí y tú lo sabes.—

—Arroyín, media villa te ama.— Admitió el anaranjado esta vez con incomodidad. —Solo tu buscas demasiado en un amigo, pides mucho.—

—Aguarda un momento.— Lo interrumpí antes de que pudiera terminar de hablar. —¿"Pido mucho"? ¿Cuándo te he pedido algo a ti como amigo?— Dejamos de caminar un momento para seguir con esta inoportuna discusión.

—Primero no puedo abrazarte mucho tiempo.— Sentí un poco de culpa mientras el lo explicaba. —Sabes que siempre estoy dispuesto a un abrazo pero solo puedo hacerlo en raras ocasiones por ti, y eso para mí es muy incómodo.—

—Si pero...— Pensé en una buena respuesta, hasta que se me ocurrió una. —Pero sabes que no es por gusto, yo amaba los abrazos pero tú sabes perfectamente porque eso cambió, no puedo evitarlo Aspen.— 

—Si lo sé, por eso nunca quiero decirlo.— Movió el brazo y se quejó de dolor, iba a tocarlo pero el retrocedió. —No no está bien, no tienes que hacerlo, mejor me voy a casa, te veo mañana.— El deportista simplemente siguió su camino mirando hacia el suelo mientras que yo solo lo ví alejarse, mis pies no se movían como para seguirlo o simplemente no tenía ganas de disculparme, era una de las dos pero estaba seguro de cuál era la verdadera razón.

Sabia que debía sentirme mal, pero Aspen me estaba culpando de las consecuencias de un trauma. No fue mi culpa haber sido secuestrado y desarrollar un miedo intenso a ser tocado, y Aspen debía respetar eso, actuaba como si le hubiese prohibido abrazar a alguien más.

Por si no se han dado cuenta, los abrazos son algo serio para los trolls, que alguien los evite es algo bastante grave y hasta mal visto, en algún momento alguien iba a descubrir que evitaba una ley en Villa Troll, ¿y que vendría con eso? Posiblemente otra etapa pesada para mí, preguntas y situaciones incómodas, abrazos bajo presión y una muy mala reputación, como si acabase de cometer un delito grave, a veces Villa Troll era demasiado exagerada.

Al menos sabía que no era el único que los aborrecía, Pastel tampoco era fan de ellos, y eso me iba a servir para futuro, por ahora me iba a mantener positivo, como siempre suelo estarlo, sonreí y retome mi camino a casa.

Más de golpe y sin ningún aviso, escuché unas risas, como si un grupito se estuviese riendo de mí y tuve que mirar por instinto hacia a los lados, pero no había nadie, "ya te volviste loco" dijo la voz femenina en mi mente que pensé haber olvidado, y yo solo bufé. Iba a retomar la caminata pero las risas volvieron, y sin duda no estaban en mi cabeza, podía escucharlas con claridad.

Vi a los lados, enfrente y atrás, nada, de hecho parecía que yo estaba solo en el árbol troll, un escalofrío recorrió mi piel y trague saliva, parecía una película de terror dónde eres el último en sobrevivir, pero tome aire y quise caminar de nuevo, pero esta vez escuchaba como si los dueños de las risas estuvieran murmurando, y esos murmullos venían de un arbusto cubierto de moras.

Mala Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora