Rumores.

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—Arroyín, Arroyito, Arroyín... Levántate...—

Abrí mis ojos sintiendo como el sol me golpeaba justo en el rostro, los rayos solares bloquearon mi vista y sentí como si me estuviese levantando de una noche de borrachera, pero solo era que hice yoga hasta la madrugada con Pastel Tonio. Aspen me había estado llamando entre mis sueños para despertarme, el anaranjado aún tenía el yeso en su brazo pero sin la bolsa que lo cargaba, aún así se veía como si nada. Exhausto y soñoliento mire a los lados, me había quedado dormido en la intemperie con el exrompefiestas después de tanta meditación y yoga.

Mire al rompefiestas que seguía dormido en el suelo y luego volví a mirar a Aspen. —Hola...— Recordé lo que había sucedido un día antes entre nosotros y me quedé cabizbajo. —Aspen, lo siento, se que debes estar molesto pero...—

—No importa, no es el momento para hablar de eso.— Obviamente preocupado por algo después se acercó a Pastel Tonio para despertarlo, agitandolo con su único brazo bueno. —Levantense, tienen que ver algo.—

—Agh, ¿Ahora qué pasó?— Pregunté con sueño talladome los ojos, aún se me complicaba mantenerme de pie así que me quedé sentado en lo que Pastel se iba despertando. —Primero ¿Cómo sabías que estábamos aquí?—

—Fui a buscar a Pastel a su casa y no estaba ahí.— Explicó el deportista con naturalidad mientras que el anteriormente mencionado bostezaba y estiraba sus brazos amarillentos. —En ese momento creí que quizá estaría en la tuya y tampoco tu estabas ahí, y lo primero que pensé fue "seguramente está en su santuario donde siempre se desahoga."—

—Vaya, si que me conoces.— Dije desviando la mirada y rascándome el brazo por el nerviosismo y culpa.

—Claro que si.— Aspen aseguró cuando Pastel ya se había despertado completamente. —Bueno, ya vámonos, es una emergencia.—

—¿Por qué? ¿Alguien murió, acaso?— Preguntó el exrompefiestas algo frustrado por el sueño interrumpido, y Aspen negó con la cabeza. —¿algún herido?— Volvió a negar. —Entonces no es una emergencia.—

—¡Da igual! Solo vámonos.—

—¿Otra vez se acabó la brillantina? Poppy y Diamantino ya se encargarán de eso.— Está vez asumí yo pero Aspen un poco más molesto que antes volvió a exclamar.

—¡Vámonos! No hay forma de explicar que pasó, es algo horrible.— Aspen básicamente con su cabello azúl nos estiró de los brazos a mi y a Pastel para que ya nos levantaramos.

Después de tantas quejas por interrumpir nuestro sueño con Aspen quien nos negaba rotundamente a decirnos que pasaba, empezamos a caminar algo acelerados ya que el trayecto era largo si ibas caminando lentamente. Por mi parte en cada paso sentía oleadas de inseguridad, algo de mí me decía que no fuera con ellos, que me quedara con la duda, pero no podía simplemente hechar un paso para atrás sin una razón lógica, solo tenía miedo porque Aspen sonaba preocupado, si seguramente era eso. Solo esperaba que no fuera algo bastante malo, pero tenía sentido mi temor, solo había pasado por una mala noche, si seguro era eso.

Ya estábamos llegando y sentí mi estómago revolverse, el mal presentimiento me comía vivo desde los huesos, Aspen nos miró por última vez, específicamente a mí. —Arroyín, promete que guardarás la calma con todo esto.—

—¿Ok?— Se puede decir que lo prometí, pero es que no tenía idea de que estaba pasando, sin duda era algo malo pero ¿Por qué me afectaría especialmente a mí?

—Ya basta de drama, solo veamos que está pas-...— Los tres movimos algunas ramas al mismo tiempo mientras avanzamos para ya llegar oficialmente a Villa Troll, pero los tres nos quedamos callados ante lo que nuestros ojos presenciaban.

Mala Fama.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora