El Arte De Amarnos. (Amores que curan # 3)

Capítulo 16

La ira es una ingrata compañera que te ayuda a destruir todo, pero cuando la tempestad termina, se aleja y te deja con su otra amiga, la culpabilidad.

Nunca en mi vida había visto así a mi madre, nunca era nunca, desde que ella me había sacado de aquel orfanato y me había dado todo el amor del mundo junto con mi padre, jamás había conocido esa fachada de ella, la única vez que había estado algo furiosa fue cuando se enteró de que me había escapado del colegio para ir a buscar a Brian en un barrio super peligroso, la madre Diana me había dicho que quizás él podría estar por allá, así que no me la dude y fui a buscarlo aquél día sin permiso de mis padres. Más tarde cuando mi madre se enteró de que estuve en un barrio de mala muerte, casi sufrió un ataque nervioso y después de recuperarse, me chilló fuertemente por más de quince minutos, incluso mi padre tuvo que interceder por mí, pero, aun así, nada de aquello era comparado a como estaba ella en ese mismo instante, literalmente la colera salía de ella en ráfagas.

-Fue un accidente – Volvió a repetir Jhon quién estaba tan tenso que en cualquier momento podría explotar -Y lo que pasa entre Brenda y yo, es solo de los dos, usted no tiene derecho a venir a mi casa y acusarme de algo que no es cierto.

Las palabras de Jhon eran realmente descaradas, pero aún así no dije nada, esta discusión había inicia hacia una hora atrás y ambos literalmente me estaban ignorando como si yo no tuviera voz ni voto en aquella discusión.

- ¿Accidentalmente la diste una bofetada? -Mi madre se rió fríamente -¿Te tropezaste con tu poca hombría y sin querer la golpeaste? – Siguió preguntando ella y suspiré, esto no iba acabar nunca.

Estaba siendo una mala hija, debía estar defendiendo mi madre, debería estar dándole la razón, después de todo le había contado un poco de lo que había sucedido pero, no toda la verdad, lo último que quería era que ella supiera que todo era por Brian. Pero mi madre tampoco estaba siendo de gran ayuda, seguía insistiendo en tratarme como una niña cada que yo intentaba defenderme o decir algo, así que al final, simplemente guardé silencio y dejé que entre ellos dos discutieran.

-Ya le dije señora, lo que es entre Brenda y yo se queda entre nosotros – La mirada furiosa de Jhon voló a la mía – Aun no entiendo porque ella la llamó a ponerle quejas, pensé que todo había quedado solucionado.

Quise abrir la boca para decir dos cosas, la primera era que nada estaba solucionado entre nosotros dos y la segunda era que yo no le había puesto quejas a nadie, pero una vez más, mi madre habló por mi.

-Es mi hija y puede decirme todo lo que quiera, ella aún es muy joven y no se ha dado cuenta que tiene toda una vida por delante sin ti, basura infernal – No pude evitar sonreír ante eso, para mi madre todo era infernal – Ya veraz cuando le cuente a mi esposo.

Literalmente el ataque verbal de ellos dos siguió de aquella manera, yo tomé asiento y dejé de oírlos reamente, pero aun así las palabras que había dicho al inicio mi madre se quedaron en mi mente porque estaban llenas de verdad.