El Arte De Amarnos. (Amores que curan # 3)

Capítulo 40

Esperaba que papá estuviera en paz, esperaba que papá fuese libre, esperaba que, si era realmente cierto que existía un paraíso, al menos, él pudiera entrar ahí...

Los días pasaron, fue cuestión de tiempo para que se organizara el funeral de mi padre, mis abuelos adoptivos se encargaron de absolutamente todo, escoger un cementerio, pagar los gastos y organizar la misa con el sacerdote, todo aquello fue en dos días y cuando menos me lo pensé, en un abrir y cerrar de ojos, de repente, me encontraba en el cementerio central junto a mi madre viendo como enterraban a mi padre y aquello casi me mató...

Comencé a sentirme inquieta cuando noté que lo estaban bajando a aquel hueco oscuro y todo fue peor cuando vi que le echaban tierra encima para poder tapar aquel hondo y oscuro lugar, mis manos temblaban mientras las pasaba sobre la tela oscura de mi vestido, me sentí casi claustrofóbica en aquel lugar, no podía seguir ahí, no podía continuar viendo como dejaban atrás a mi padre, simplemente no podía aguantar a la muerte, ella me aterrorizaba.

-Lo siento, iré a respirar un poco -Le dije suavemente a mi mamá la cual seguía en alguna clase de trance, sus ojos fuero a los míos pero entonces no la vi realmente ahí, ella estaba muy pero muy lejos, ella estaba en el mundo del dolor.

-Ve con cuidado -Murmuró mientras alejaba de nuevo la vista de mí y la dirigía hacia la tumba de papá.

Me alejé de la pequeña multitud rápidamente, traté de tomar grandes bocadas de aire para tranquilizarme, pero entonces no fue imposible, no podía estar tranquila, la verdad era que no podía ni siquiera pensar bien, no cuando mi padre había muerto y entonces, en cuestión de días, él simplemente había sido enterrado en aquel sitio...

Caminé por todo el cementerio sin ver o escuchar realmente nada, mis ojos estaban en todas las tumbas, pero entonces me era casi imposible registrar los nombres porque cada que intentaba ver más allá de algo, solo podía recordar la lapida de mi padre y las palabras escritas en ella: "Fuiste un excelente hijo, esposo y padre, siempre te recordaremos con amor"

¿Siempre lo recordarían? ¿Cómo era eso posible? ¿Eso era siquiera cierto?

Las preguntas bombardeaban mi cabeza de manera arbitraria y todas ellas tenían respuestas negativas, ¿como maldita sea nunca iban a olvidar a nadie? eso era falso, las personas siempre se olvidaban, siempre y mi padre no sería la jodida acepción.

No supe realmente por cuanto tiempo caminé, la cuestión fue que el cielo estaba más nublado que nunca y la verdad era que hacía un frío infernal, pero eso no detuvo mi caminata pues al fin y al cabo llegué al final del cementerio en donde estaban la tumbas en las paredes, esas eran más insípidas que las lápidas del piso, pues en aquellas era imposible poner flores y mayor cosa.

¿Por qué se les decoraban las tumbas a los muertos? ¿Acaso ellos veían aquello?

-Es una mierda, no vendré a decorar ninguna tumba nunca -Dije molesta pateando el piso -Es una pérdida de tiempo, es una mierda -Repetí y no supe con quien estaba más molesta, sin con Dios, con Brian o conmigo misma...